Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 30 de enero de 2010

SOBRE IDIOMAS Y COMENTARIOS.

Como en otras ocasiones, y aprovechando la relativa tregua del sábado, traigo a primera página los comentarios recibidos a la entrada sobre el inglés y Zapatero.

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Quizá tengas razón, pero es que ZP se muestra como vergonzante analfabeto, en vez de hacerlo con la dignidad de un Zarkosi que habla siempre en francés sin que se le desajuste el tupé. Con todo, un presidente de un gobierno de un pais, sí debería hacer un esfuerzo para aprender, especialmente el inglés, que le viene muy bien para enterarse de algo en esas convenciones de rabadanes politicos.
"von Thies"

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Anónimo dijo...
No estoy de acuerdo Rafael. Me parece mal que los demás no hablen español, pero eso no justifica al inútil este, que aparte del idioma, no tiene ni puta idea de por donde se anda. Cualquier muchacha española en cualquier tienda de la costa pongamos el caso, habla inglés. ¿Qué coño ha estudiado este tio en su vida?. No me creo que sea licenciado en derecho, este ha inflado el curriculum como todos los de su cuerda. Antón

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27 puntos dijo...
Lo triste, querido anónimo, no es que cualquier muchacha española en cualquier tienda de la costa pongamos el caso, habla inglés, lo triste es que, por la educación recibida, no sepa hablar el Español.

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Apañó dijo...
Yo sí estoy con Rafael, ¡qué cojones!
¡Qué aprendan ellos español!

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Efectivamente, mi querido "von Thies", la actitud es lo que resulta vergonzoso; eso de ir por el mundo con sonrisita de bobo y pidiendo por favor la limosnita de un traductor. También Rodríguez es víctima del complejo de no saber inglés, tan extendido entre los españoles, y en el fondo se avergüenza de no hablar guiri.
Indudable también la utilidad de poder entender en vivo lo que larguen los politicastros de aquellos aquelarres a los que asiste. Tanto mejor si, entendiéndolo, se negase a hablarlo. Pero eso, evidentemente, se quedó en Carlos I.
De acuerdo, mi querido Antón, en que este impresentable no sólo no sabe inglés, sino nada de nada, y eso es lo grave. Tan ignorante es, que ni siquiera con los 254 asesores personales que tiene es capaz de resolver algo. Así puestos, que no sepa inglés me parece pecata minuta; una levísima ignorancia de lujos insignificantes, al lado de la oceánica e imperdonable necedad sobre lo imprescindible.
Acierta de pleno 27 Puntos: lo triste es que -en las costas, y en los valles, y en las montañas- las muchachas sepan chapurrear inglés, y no sepan español. Menos ignorantes que Zapatero, todo sea dicho, que hasta el español lo habla con faltas de ortografía.
Para que no nos llamen exagerados, recodaré el comentario que hice, mesea trás, sobre el tema, a propósito de la carta de una moza al maromo correspondiente, que nos retrata el paisaje. Y el paisanaje.
Así es que, como dice Apañó, ¡que aprendan ellos español!.

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