Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 1 de marzo de 2025

SOBRE EL RETRATO DE ABASCAL.

Hace sólo unos días escribí en este mismo diario una entrada que titulé SOBRE LOS MANIPULADORES -bajando un poco la encontrarán-, en la que denunciaba eso mismo -la manipulación- de los opinólogos de la cadena COPE acerca de lo que ellos decían que había dicho don Santiago Abascal, cosa que en nada se parecía a la realidad. 

No es que defendiera a Santiago Abascal, pero si ponía las cosas en su sitio frente a los sinvergüenzas que acusaban falsamente. Pero también indicaba: "No obstante, espero también una declaración clara del señor Abascal -declaración que se traduzca en hechos a lo largo del tiempo y no se quede en salida por la tangente- con respecto a la agresión rusa, al imperialismo de corte soviético que mantiene Rusia, y a la canallesca posición de Trump."

Hoy, a la vista de la farsa indecente montada por el canalla Trump para atracar a Zelenski y, lo que es peor, para atracar a Ucrania, queda claro que los Estados Unidos han dejado de ser un país fiable, un país serio con el que poder negociar. Menos aún un país cuyo ejemplo seguir -para quien lo haya sido alguna vez, que no es mi caso según tengo escrito en mil ocasiones- aunque en algunos aspectos lo pareciera.

Pues tras la farsa inicua, vulgar atraco de matón de patio de colegio, tocaba retratarse. Y el señor Abascal se ha retratado saliéndose por la tangente, acusando a los dirigentes europeos -incluidos Sánchez y Feijoo- de alegrarse de que no se firmara el acuerdo que podría ser el principio del fin de la guerra, lo que le lleva a situarse al lado de Trump.

Ellos saben que sólo Trump puede ayudar a Ucrania a defenderse y a reconstruirse, ha dicho el señor Abascal. Y lo dice sabiendo que Trump sólo pretende expoliar a Ucrania, denigrar la lucha y el valor de un pueblo, y entregarle a su amigo Putin el producto de su agresión.

Nosotros, con los intereses de España. Y el principal interés de España es deshacernos de toda esa patulea de políticos progres (...) que amenazan nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestra libertad, ha dicho también el señor Abascal. 

¿De verdad, señor Abascal? ¿De verdad es hacerle la pelota al sinvergüenza Trump, un payaso indecente que nunca debería haber salido de su círculo de chalanes, la forma de defender nuestra seguridad y nuestra libertad? ¿De verdad es tolerar un comportamiento tabernario la forma de defender la libertad?

Yo comprendo, señor Abascal, que usted tiene que colocarse de perfil, no dar la cara, echar balones fuera y esperar a que escampe. Pero yo, que no tengo esa necesidad, si tengo la de ser consecuente. Y para serlo, tengo que decirle que usted ha perdido -para mi- toda la credibilidad que pudiera tener.

No me espere, señor Abascal, en las próximas elecciones. Para sinvergüenzas, traidores, cobardes, vendidos y malandrines de diverso pelaje, ya tenemos partidos de sobra. 

He votado a VOX -lo tengo muy dicho, también- en varias ocasiones: cuando, siguiendo la recomendación joseantoniana, me ha parecido que era lo menos malo. Pero para ponerse al lado de un matón, un chulo, un tipejo grosero, prepotente, maleducado y canallesco; para venderse a un chalán, señor Abascal, no hacía falta VOX.


Publicidad: