Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 21 de octubre de 2015

SOBRE LA CAZA DE MAS.

Que en su megalomanía y ombligomundismo, entiende que el hecho de que el tesorero de su partido sea detenido por el asuntillo del 3% -Maragall dixit-, y se descubra que la red de prevaricación, corrupción y estafa de los separatistas catalanes se extiende a toda Cataluña, es una cuestión política para jorobarle a él, personal e intransferiblemente.

En su soberana estupidez, en su oceánica estulticia, ha declarado -véase El País-: “Convergència y yo somos objeto de caza mayor.”

Hombre, señor Mas... caza mayor, lo que se dice caza mayor, es mucho decir. No sea usted tan fatuo ni tan engreído; usted y los suyos son, como mucho, caza ínfima. Conejitos casi de peluche. Vamos, de esa que uno tira porque no tiene nada serio que llevarse a la mira.

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