Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 5 de septiembre de 2018

SOBRE LA COMEDIA DEL SEÑOR TUESTA.

El señor Tuesta -según el charnego Rufián- es, como ya se imaginan, el señor Torra.

El señor Torra pronunció ayer una conferencia en la que se explayó sobre las líneas políticas de su gobiernillo. Uno -que como no es demócrata liberal puede pensar- diría que donde se tienen que informar los proyectos de cualquier Gobierno es -en este sistema memocrático que nos hemos dado- en el correspondiente parlamento. 

Pero parece que en la Catalunlla cateta no es así; máxime cuando el señor Tuesta propugna para este otoño una "marcha por los derecho civiles, sociales y nacionales de Cataluña..." siguiendo el ejemplo de "grandes luchas por la libertad" como la de Martin Luther King."

Bueno, señor Torra, tenga usted en cuenta que marcha, lo que se dice marcha famosa -salvo para paletos indocumentados- es la de los camisas negras sobre Roma. Pero -ni que decir tiene- ni usted, ni los suyos, ni doscientos cincuenta millones de analfabetos históricos, pueden acercarse a la suela del zapato de Mussolini. Pero la aspiración tuestera da que pensar.

Por otra parte, dejando al lado las imposibles referencias al fascismo, el señor Torra sitúa como punto de partida de su proyecto el -dice él- referéndum del 1 de octubre, la movilización del 3 de octubre y la declaración política de independencia del 27 de octubre. Y aseguró que "no hemos dado ningún paso atrás y no hemos renunciado absolutamente a nada."

O sea: más claro imposible. El programa político del actual presidente del gobiernito autónomo de Cataluña es sostenella y no enmendalla.

Y uno se pregunta si esta declaración política del presidente autonómico no es suficiente para que el señorito Pedro corresponda en igual medida y, para no dar pasos atrás ni renunciar a nada, ponga en marcha nuevamente la aplicación del artículo 155. Pero esta vez, en serio.

Pregunta retórica, lo sé. Para los socialistas, los comunistas y otras gentes de mal vivir, lo que hay que hacer es dialogar; mucho dialogar, todo dialogar. La ley está para otras cosas, no para cumplirla, y lo importante, lo que no puede esperar, lo urgente, es desenterrar a Franco.


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