Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 26 de febrero de 2009

SOBRE LOS POBRES ANIMALITOS.

Los que, según asociaciones protectoras de animales -nos lo cuenta 20 Minutos- la perrera de la Comunidad de Madrid sacrifica y arroja en vertederos sin más, cosa que a estas asociaciones y a los defensores de los animales les parece muy mal.
Y a uno -que no considera que maltratar a los animales sea bueno, ni mucho menos, no me tomen el número cambiado- le surge la pregunta de si estas asociaciones y, particularmente, los acérrimos defensores de los derechos animales, se han inmutado cuando se han descubierto restos de seres humanos abortados en la basura de las clínicas, o cuando se han hallado trituradoras industriales que permitían arrojar esos restos -restos humanos- por los desagües.
Uno se pregunta, incluso, si estos acérrimos y fanáticos defensores de los derechos y la vida animal, no son de los que luego están a favor del aborto libérrimo cuando les salga del aparato reproductor.
Porque -sigue pensando uno- una cosa es cuidar del entorno y evitar malos tratos a los animales, y otra ponerlos por encima de los seres humanos: a los perritos no se les debe abandonar, a los niños sí; a los perros no se les debe sacrificar, a los niños sí.
Aunque, bien visto, la mayoría de los animales son mucho mejores que determinados humanos, que de tales no tienen -ya ven ustedes, qué cosa- más que la catalogación zoológica.



SOBRE LAS FOTOS DE ELUANA.

Fotos que, a pesar de la prohibición expresa del Tribunal que autorizó su asesinato, han hecho médicos y periodistas durante el proceso. Con la intención -dicen- de dejar constancia del estado físico en que se encontraba en esos momentos.
Bien, no hay por qué dudar de sus afirmaciones. Queda, sin embargo, márgen para preguntarse si el interés en poner fin a una vida no estaría relacionado con el posible fruto -no necesariamente económico, pero sí propagandístico- de esas imágenes robadas.

martes, 24 de febrero de 2009

SOBRE LA NO INTIMIDACION.

Porque el mismísimo señor Rodríguez afirmó el pasado sábado que no va a consentir que se intimide a los jueces.
Supongo que el juez Ferrín Calamita se habrá sentido muy aliviado con esta declaración.

domingo, 22 de febrero de 2009

SOBRE EL 23-F.

Del 23-F poco nuevo puedo decir. Lo viví, como casi todos los españoles, a través de la televisión y la radio. No había entonces teléfonos móviles de los que pasarse el día colgado, y mi actividad -por llamarla de alguna manera- fue permanecer durante aquella tarde-noche pegado al teléfono de mi domicilio, a la espera de alguna llamada que no se produjo.
Pude -quizá debí- acompañar a algunos de mis camaradas en la sede de Fuerza Nueva, o en las inmediaciones del Congreso. Preferí quedarme en mi casa, cuidando de mi familia, y preparado para acudir a donde se me ordenase; pero para algo concreto y a un lugar determinado, y no para andar de aquí para allá, desesperando ante la falta de actividad útil.
Desde entonces me persigue la sombra de lo que probablemente fue cobardía, y por tal la confieso. Y la confieso para que se vea hasta qué punto la famosa trama civil de que hablan los necios no existió.
No existió, al menos, desde la parte de las Fuerzas Nacionales, que los tontos llaman ultras, y siempre he dicho que la única víctima civil del 23-F fué Juan García Carrés. Digo víctima civil, porque víctimas militares fueron casi todos los encausados, con la unica excepción -quizá- del general Armada. Aunque, bien visto, probablemente este también fue víctima, aunque en otro sentido.
Uno de los procesados -no recuerdo ahora quien, tal vez el Teniente Coronel Tejero, acaso el Teniente General Milans del Bosch, quizá otro- dijo algo como que le gustaría que alguien le explicara qué había pasado el 23-F. Y no era broma, ni salida chusca; era la auténtica realidad, porque los que menos sabían del 23-F eran los hombres que, por honor y por deber, desarrollaron los planes que habían hecho otros y que no eran los que se les habían comunicado.
Esto es algo que desde el primer momento resultó evidente para todo el que no se plegara a los dictados de la tele o los periódicos de carril, y que para mí y una veintena de camaradas resultó meridianamente claro a la semana siguiente, cuando la policía nos detuvo por el horrendo delito de pegar unos carteles que -en su docta opinión- carecían de pie de imprenta. Afortunadamente, el señor Garzón aún debía andar por las primera ramas de la planta trepadora que le ha llevado a donde está, y el de guardia en aquella fecha nos mandó a la calle nada más tomarnos declaración, justo a tiempo para desayunar.
Más claro aún lo vi durante el verano de aquél mismo año, cuando tuve conocimiento de cierto proyecto en el que se quiso embarcar a cuanto incauto se pudiera, y que de haberse llevado a cabo podría haber supuesto un baño de sangre que castrase definitivamente cualquier intento desestabilizador. Aunque ha pasado tiempo más que suficiente, no puedo dar más detalles; pero aquello tenía todo el tufillo de una operación -bastante chapucera, por otra parte- de los mismos autores intelectuales que pusieron los ingredientes para casos como el de Atocha, la Operación Galaxia, el mismo 23-F, la inicial consideración de los atracadores del Banco Central de Barcelona como guardias civiles golpistas, el posterior 27-O...
Hay muchos libros escritos sobre el tema, y resulta difícil destacar uno sobre los demás. En mi opinión, el del Comandante Pardo Zancada (23-F, la pieza que falta), refleja muy bien el espíritu de los que dieron la cara, y fueron juzgados y condenados por aquellos hechos, y cumplieron sus condenas como caballeros, con un ejemplar silencio que a tantos debería abochornar si tuvieran vergüenza.
Silencio y discreción ejemplar y digna de todo elogio, aun cuando en su momento -cuando fue puesto en libertad el Teniente General D. Jaime Milans del Bosch-, me produjo un pequeño disgusto. Había mantenido una breve correspondencia con él, con motivo de ofrecerle -a él y a otros de los caballeros que permanecían en cautiverio- la revista EJE, que a la sazón dirigía, como mínimo presente. Don Jaime acusó recibo con cortesía de gran señor, y además adjuntó el importe de la suscripción, a pesar de que nuestra intención era el obsequio. Al salir en libertad, tuve el atrevimiento de solicitarle una entrevista para EJE, con el egoísmo de saber que algo así pondría nuestra publicación en lugar muy alto, pero con la necesaria corrección para indicarle que, si no estimaba conveniente concederla, diese por no recibida la solicitud.
Compréndase mi posición: como director de EJE tenía que intentarlo. Como persona que intenta actuar correctamente, tenía que comprender y respetar su silencio y -fuera de la redacción de EJE- nadie ha conocido esta anécdota hasta ahora.
Sobre el 23-F ya está dicho todo lo que se puede decir por el momento; esto es: que algún día sabremos de verdad qué pasó. Pero, a estas alturas y ante la ofensiva propagandística desatada este año sin motivo aparente, lo que si recomiendo es la audición de dos programas radiofónicos muy clarificadores, y cuyos enlaces les ofrezco:

sábado, 21 de febrero de 2009

SOBRE EL ENFERMITO.

Porque resulta que el superjuez superguay superprogre se nos ha puesto malito.
Es lo que tiene el estrés, que parece que no te da, que estás por encima de todo, que llegas a estar en los periódicos, en las teles, en los mítines y en las cacerías, y resulta que no; que te sacude el latigazo .
Hágame caso, don Baltasar; hágame caso, que no le deseo mayor mal que el que usted desee e mí a los míos: tómese unas largas -muy largas- vacaciones. Disfrute de la vida y de los muchos lugares paradisiacos que usted, seguramente, ya conocerá de sus múltipes viajes. Tómese unas vacaciones de dos o tres años, que seguro que el señor Bermejo se las concede -con sueldo, faltaría más-; y si no, yo mismo abro una suscripción popular a su favor.
Cuídese, señor Garzón. No le importe dejar su puesto, que seguro que alguien habrá que lo desempeñe mientras usted descansa, y así descansamos los demás también. Manténgase en buena forma, señor Garzón, que usted es único en su especie, y a ver de dónde íbamos a sacar otro garzón de su categoría para hacerlo juez.
Y hágame un favor: no se vuelva a morder la lengua, coño, que vaya susto nos ha dado.



jueves, 19 de febrero de 2009

SOBRE EL ARREPENTIMIENTO DEL CHULO COBARDE.

El animal que hace algo más de un año -concretamente en Octubre de 2007- agredió a una chica en un tren, siendo grabado por las cámaras de seguridad. Fulano que ahora se disculpa con que estaba borracho y drogado.
Creo que no tengo que decir mucho más de lo que en su día comenté. Si acaso, reafirmarme en que ni la borrachera ni la toxicomanía pueden ser atenuantes ni eximentes en ningún delito, sea cual sea.
Y repetir una vez más el consejo, a plumíferos y telebasureros, de la lectura del DRAE. Porque en el caso que comento, no hay ni puede haber racismo, habida cuenta de que la víctima no es de raza diferente a la del agresor.

SOBRE EL TONTO ANONIMO.

El que se ha debido esforzar al máximo para escribir, como comentario a mi entrada sobre el rojo Bermejo, lo siguiente:
* * *
Anónimo dijo...
¡ Qué fuerte !
Pensé que la gente que opinaba como tú estaba ya en la prehistoria.
por supuesto que mi comentario es anónimo. Os tengo más miedo que al diablo.
Amuéblate la cabeza, chaval.
* * *

Algo habrás hecho para temer al diablo y a la gente que piensa; porque la gilipollez y la cobardía -más que evidentes en tu anónimo caso- no son motivo para tener miedo. Sólo lástima.
Mi cabeza, anonimín, animalico, tiene los suficientes muebles para que no me pareca bien un Gobierno que roba, que prevarica, que miente y que fracasa cotidianamente.
A ti, pequeño idiota desconocido, te parece muy bien que los ministros incumplan la ley, ¿no es eso? Y tu te llamarás demócrata ¿no?
¿O lo que te parece mal es que le llame rojo al rojo Bermejo? Porque entonces, el que tiene pocos muebles en la cabeza eres tu, dado que fue él mismo el que se definió así a poco de ser nombrado Ministro.
Por otra parte, cagurrín innombrado, la gente que opina como yo está en la prehistoria. Y en la Historia. Y, lo principal, en el futuro. Los que no están en ningún sitio son los tontolabas como tú, que no tenéis ideas, sino antipatías.
Anda, pequeño gilipollas, métete otra raya, encalómate otra litrona, fúmate otro canuto y vete a tomar por culo.

SOBRE EL TRABAJO DEL ROJO BERMEJO.


El rojo Bermejo -él se autotitula, y no le vamos a llevar la contraria-, declaró ayer que no piensa dimitir porque tiene que trabajar por este país.
No lo dijo -cómo lo iba a decir, si es rojo y sinvergüenza, condiciones por otro lado complementarias- pero uno piensa que lo mismo en su no-dimisión hace algo de peso lo de poderse gastar doscientos cincuenta mil euros en remodelarse un pisito, o poderse ir de caza a las fincas del Patrimonio Nacional.
Estos socialistas -o rojos, que se lo llaman ellos- piensan que el dinero público no es de nadie, pero que el Patrimonio Nacional es suyo. Ya lo demostró Felipe González usando el Azor -y ordenando el traslado forzoso de un funcionario que se permitió el choteo de pedir que lo pusieran en lista de espera para lo mismo-; o Corcuera y Barrionuevo trincando los fondos reservados para regalarle joyas a las queridas esposas. O queridas y esposas, vaya usted a saber, y cómo cambia una simple conjunción -copulativa, vaya por Dios- una frase.
O el propio rojo Bermejo, pasándose por el arco de la canana la obligación legal de tener licencia de caza, papelín -y tasa- que por ejemplo a mí me exigen para renovar mi permiso de armas, aunque maldita la intención de cazar que tengo.
Piensa uno, también, que acaso el rojo Bermejo no dimite, pero no porque quiera trabajar por estepaís, sino porque si dimitiera tendría que ponerse a trabajar. Y eso ya no, ¿verdad, rojillo?


miércoles, 18 de febrero de 2009

SOBRE TRES COMENTARIOS.

Realizados por otros tantos amigos y camaradas a mi entrada de ayer, y que aunque los tienen ustedes accesibles de forma sencilla, quiero en esta ocasión traer aquí para poder contestar, si bien sea brevemente, a lo que me dicen:

* * *

Apañó dijo...

Discrepo en esta ocasión.
¡Por supuesto que Barcelona, Cataluña y España entera, se merecen monumentos que honren la memoria de José Antonio!
Al menos, lo cual no es poco, nos los merecemos los españoles que, sintiendo que ser español es una de las pocas cosas serias que se pueden ser en la vida, vivimos asediados en tierras que, ha tiempo, fueron tomadas al asalto por el nacionalismo periférico más impositor.
¿Acaso nos merecemos, por poner un ejemplo, que algunos parques de determinadas poblaciones catalanas (cuyos nombres no citaré) honren la memoria de un asesino como el Che Guevara?
Saludos y ¡Arriba España!


Se, amigo Apañó, que en Cataluña hay buenos y recios españoles, que no se merecen esta basura que les ha caído encima. Pero mi comentario -lo de que esta Barcelona de hoy no se merece tener a José Antonio en sus calles- es una manera de expresar -tal vez de manera poco afortunada con respecto a los buenos españoles de Cataluña- que no ofende quien quiere, sino quien puede; y que estos snobs horteras, y los millones de horteras y snobs que les votan, no se merecen nada decente, ni digno, ni elevado. Se merecen tener esos parques dedicados al asesino Ernestito Guevara, sin tener de él mas idea que las del márqueting de camisetas vulgares.
Opinión esta que no es exclusiva hacia Cataluña, sino que he expresado en varias ocasiones y para distintos lugares. Incluído, por supuesto, este Madrid de Alberto Botella.

* * *

Rafa Martín dijo...

A esta chusma dictatorial lo que les mueve es el odio, la vileza, la cobardía la ira... en definitiva, los sentimientos mas bajos y degradados del ser humano. Guardan en sus entrañas el rencor, pero un rencor hacia ellos mismos, por no atreverse a cometer estos actos vandálicos hasta estar seguros de haber domesticado antes al pueblo.
Es tiempo de apretar los dientes y tirar de templanza. La razón es nuestra y Dios hará justicia. Arriba España.

Así es, amigo, camarada y tocayo. Pro creo que es algo aún peor: resentimiento.
Son resentidos porque conocen su incapacidad para ponerse a la altura de lo que denigran. Son inútiles para construir; sólo sirven parta destruir, romper y ensuciar.
Envilecer, a su mismo nivel de envilecimiento resentido.

* * *

LOBO_IBERO dijo...
COMO SIEMPRE, HE MANIFESTADO Y DICHO, TODO ESTO SE TRADUCE EN RENCOR, VENGANZA, ODIO, Y ENVIDIA, EN LA MAL LLAMADA MEMORIA HISTORICA, QUE YO PERSONALMENTE, SIEMPRE LA HE LLAMADO, O MEMORIA HISTERICA, O AMNESIA HISTORICA. EN FIN.
INTERESANTE BLOG, E INTERESANTE ARTICULO, CAMARADA,CUANDO QUIERAS, TE INVITO A PASAR POR MIS TRINCHERAS CIBER-PATRIOTICAS, POR SI SON DE TU AGRADO.
¡¡ADELANTE ESPAÑOLES,SIN MIEDO A NADA NI A NADIE, POR LA FE Y POR LA PATRIA, LAS BANDERAS EN ALTO,¡¡VIVA CRISTO REY, ARRIBA ESPAÑA, ADELANTE POR ESPAÑA!!

Y es una simple y reiterativa invención, amigo LOBO_IBERO.
Los que hemos vivido los años de Franco -siquiera, como es mi caso, los últimos-, sabemos que lo que se cuenta es, lisa y llanamente, mentira.
Me tomo la libertad de enlazar tu página aquí y unir las trincheras.

* * *
Y un último comentario para JF -él ya sabe- que ha tenido la gentileza de enviarme un artículo con respecto a este mismo tema, pero a quien no he podido acusar recibo debidamente pues el servidor me devuelve los correos porque tiene el buzón lleno.
Un saludo a todos y ¡Arriba España!

martes, 17 de febrero de 2009

SOBRE LA DESMEMORIA HISTERICA.


Porque memoria -según verá quien lea- no puede ser, e histórica aún menos.
Dice 20 Minutos -y tambien Público, entre otros panfletos- que el alcalde de Barcelona, un tal señor Hereu al que es de esperar que conozca su virtuosa madre y su no menos santa esposa, afirma que la demolición del monumento dedicado a José Antonio Primo de Rivera en la dicha ciudad, es aplicación de la ley zapatera, la cual establece la retirada de escudos, insignias, placas y otros elementos conmemoativos de la sublevación militar franquista y de la posterior represión.
Evidentemente, ni a los del cuartillo de hora ni a los del peripatético les llama la atención ninguno de los siguientes hechos:
Primero: que José Antonio no se sublevó, ni se unió al Alzamiento, ni tomó parte alguna en él. Por una razón sencilla y comprobable: ustedes, los rojos -Bermejo y Zapatero dixit- lo tenían encarcelado desde unos meses antes.
Segundo: aunque hubiera existido la represión que ustedes dicen, José Antonio no pudo tener parte en ella por una obvia razón: que ustedes, los rojos, le habían asesinado unos años antes.
Dicho esto, y a riesgo de desorientar a los posibles lectores, debo declarar que me alegro de la desaparición de ese monumento.
Porque esta Barcelona separatista y cateta, hortera y snob de hoy, no merece tener en sus calles el nombre de José Antonio.

domingo, 15 de febrero de 2009

SOBRE "LOBOS Y ZORRAS" DE GONZALEZ.

Y para que no digan que me lo invento, aquí está la cita textual de El País:

"No se puede poner a los lobos a cuidar del redil o a las zorras a cuidar de las gallinas"

Tal rasgo de sinceridad de Felipe González casi me deja anonadado. Por fortuna, ya anda uno hecho a estas cosas y aún otras más chuscas.
A quien no le habrá gustado nada el epíteto de lobo, habrá sido a Rodríguez, a RuGALcaba, a Solbes... Y no digamos el otro calificativo a las lógicas destinatarias, por razones de género: Mari Tere, Leire, Bibi, Maleni...
Suerte que se haya echado amante de manera oficial, porque de esta lo dejan eunuco.






SOBRE EL DESPIDO QUE QUIERE "LA DERECHA."

Y que -según el señor Rodríguez- es que sea más barato y más fácil, informa Diario Ya.
Que la derecha quiera despido fácil, barato o absolutamente libre es algo evidente. Que el socialismo quiera otra cosa, ya es más difícil de creer, por mucho que Rodríguez se empeñe en engañar.
¿Quien habla del trabajo como de simple mercancía: mercado de trabajo? El PP, evidentemente. Y el PSOE, también. ¿Quien habla del trabajo como de un derecho y del mejor capital -no capitalismo- de que dispone una nación? Obviamente, ningun partido con representación en el chiringuito.
Además, señor Rodríguez, ¿quien dio vía libre a las empresas de trabajo temporal, auténticas lonjas de esclavos que alquila seres humanos por horas llevándose buena parte de su esfuerzo? ¿Le suena de algo un tal Felipe González Márquez? Pues ese.

jueves, 12 de febrero de 2009

SOBRE LA INCONGRUENCIA DEL DESPIDO BARATO.

Que es la receta del gobernador del Banco de España, don Miguel Angel Fernández Ordóñez, para salir de la crisis: abaratar el despido, para que se hagan más contratos.
Es decir: hay que facilitar que se ponga a un trabajador en la calle y se contrate otro en el mismo puesto. Nada de crear empleo para que los dos estén trabajando; de lo que se trata, es de repartir el paro, receta socialista -aunque no exclusivamente- que tan buen resultado le dio a don Felipe González: miseria para todos, y la sopa boba hasta donde llegue.

martes, 10 de febrero de 2009

SOBRE EL ASESINATO DE ELUANA.

Y esto no lo digo yo -que también- sino el Vicepresidente del Senado italiano, tras el fallecimiento de Eluana Englaro, a los tres días de ser condenada a muerte por hambre y sed, y a pesar de que el supuesto médico Alberto Defant, que tras varios años cuidándola la ayudaba a morir, afirmase que se encontraba en perfecto estado físico y aún podría vivir catorce días sin alimentación.
Usemos la lógica. Si la fallecida estaba en perfectas condiciones físicas unas horas antes de fallecer... ¿es que no ha muerto por hambre y sed, sino por otros motivos? Pregunta que, pienso, debería hacerse algún fiscal italiano.
Pero aún me hago otra o, por mejor decir, otro razonamiento. Si Eluana Englaro ha fallecido mucho antes del pronóstico médico, es evidente que los médicos se han equivocado. Y si han cometido tamaño error, ¿no cabe pensar que también lo pueden haber cometido al diagnosticar que su estado de coma era irreversible?




lunes, 9 de febrero de 2009

SOBRE UNA RECETITA SENCILLA

Que me ha llegado por correo electrónico y, la verdad, no tiene desperdicio:


Pollo a la Concejalía


Ingredientes:
- un pollo
- un despacho
- varios chorizos


Preparación:
- Se coge el pollo
- Se le coloca en un despacho
- Se le rodea de chorizos
- Se le deja a su antojo
- Y él solito se va haciendo rico, rico, rico.


Pues eso: hay mucho aficionado a esta cocina rápida.

SOBRE EL AEROPUERTO SUAREZ.

Lo cuenta así Diario Ya:
El PP presentará hoy en el Congreso una proposición no de ley para que el aeropuerto de Madrid-Barajas pase a llamarse Adolfo Suárez en “reconocimiento al primer presidente democrático tras la dictadura franquista”, según avanzó el secretario general del Grupo Popular en el Congreso, José Luis Ayllón.
Desconozco profundamente a ese tal José Luis Ayllón, cosa que probablemente le ocurra a mucha gente. Incluído su señor padre.
Desconozco con absoluta profundidad qué otros merecimientos -además del de ser el primer presidente democrático tras la dictadura franquista- se le suponen al señor Duque de Suárez. No obstante, me parece bien la imposición de nombre. Barajas se ha convertido en un aeropuerto simple fachada, sin nada util dentro; un mamotreto colapsado porque a los gestores les viene grande, demasiado grande. Una cosa enorme que sirve de poco; una cabeza de pamplonés zaldikomáldico sin que nadie lo baile por dentro. Todo lo cual refleja también a la perfección la época de Suárez.
Desconozco igual de profundamente la incultura que atesora el señor Ayllón, pero -en un simple deseo de darle la mínima formación que debería tener para el puesto que ocupa- debo recordarle que don Adolfo Suárez fue, sí, el primer presidente de esta mierdocracia; pero antes había sido Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento de Segovia; y había sido director de radiotelevisión española; y había sido Ministro Secretario General del Movimiento. Todo ello, evidentemente para quien no sea un necio -puede darse por aludido señor Ayllón- en el régimen de Franco.



miércoles, 4 de febrero de 2009

SOBRE LA PACIENCIA DE SEBASTIAN.

Que ayer mismo se quejaba de que los bancos no estén haciendo lo que al Gobierno le gustaría en el asunto de los créditos.
Verá usted, señor Sebastián: en mi opinión, las posibilidades son tres.
Una: los bancos están cumpliendo las leyes y los compromios adquiridos, en cuyo caso, los culpables son los que han hecho mal las leyes o han formulado mal los acuerdos.
Dos: los bancos no están cumpliendo sus obligaciones legales o contractuales, en cuyo caso son culpables de ello; pero tanto o más lo son los que no toman las medidas necesarias para enderezar los entuertos.
Tres: no hay normativa al respecto, en cuyo caso los culpables son los que, pudiendo, no la han hecho.
Total, señor Sebastián: que lo miremos por donde lo miremos, el Gobierno del que usted forma parte está involucrado hasta el cuello.


domingo, 1 de febrero de 2009

SOBRE LA SANIDAD MADRILEÑA.

No pretendo sentar cátedra ni universalizar lo particular. Lo digo porque ye he tenido mis rifirrafes con el estamento médico, y no se trata de eso. Hay ocasiones en que todo el mundo cumple su obligación, y el resultado es una mierda. Acaso porque todos siguen los protocolos, y en ningún papel se les ha ocurrido poner que las personas son personas, y no cachos de piedra.
En este caso, a mi tía la vieron nada más llegar: radiografía, colocación de férula, todo rapidísimo. La indicación de que hay que ponerle unas inyecciones de heparina para evitar trombos, y que me vaya decidiendo a pincharle yo, porque para eso no se desplazan los practicantes o como les llamen ahora, que en el cambio de nombre deben haber incorporado la comodidad.
El absoluto pánico que me produce la idea de pincharle a alguien a quien no quiero hacer daño, me lo puedo ir tragando. En ese momento, podría haberle pinchado a alguno de ellos, pero no con jeringuilla, sino con una hermosa bayoneta de esas rusas, triangulares, que -a decir de los divisionarios que se trajeron el recuerdo- dejaban un dibujo muy bonito. Pero ni tenía la bayoneta, ni quien le pusiera las inyecciones a mi tía en caso -más que probable- de que algún garzón me empapelase sin atender a mis motivos artísticos.
Llevarla al ambulatorio dentro de quince días, a que le hagan otra radiografía y le quiten la férula, también corre de mi cuenta. No tuvieron a bien explicarme cómo hago para llevarla; principalmente, cómo combinar la bajada de cuatro pisos de escaleras -sin ascensor- y la recomendación de no apoyar el pie.
A partir de aquí viene lo mejor: ¿se la lleva usted? ¿tiene alguien que les venga a buscar? Pues no, mire; sólo tengo a otra persona de 90 años, y además no tiene carnet de conducir. Y tampoco la puedo subir solo por las escaleras, como no sea arrastrando a modo de saco de patatas. Bueno, pues las ambulancias tardan tres o cuatro horas.
Y no tres ni cuatro, sino cinco horas en hallar ambulancia disponible. Y mi tía desesperándose, y con su cabeza -que no está para muchas gaitas- desvariando cada vez más. Y llega un señor diciendo que tiene fuera una ambulancia, pero que si hay que subirla a casa. Si, claro; si no hubiera que subirla, ya me habría ido en taxi hace cinco horas en vez de esperar a que venga un imbécil con estas preguntas. Pues entonces hay que llamar a una ambulancia que venga con ayudante.
Y otra media hora esperando, y temiendo que por el ligero despiste del gilipollas que la pidió la primera vez, la cosa se prolongue otras cinco horas. Por fin llega, y ya cerca de casa, le empieza a dar el ataque que dicen puede ser epilepsia. Ante la disyuntiva de volver al hospital, o seguir y cuidarla en casa, y como ya me conozco el cuadro, opto por llevarla a su cama y que sea lo que Dios quiera, pero en paz.
Y héte aquí que la culpa, evidentemente, no es de nadie. Porque atenderla la han atendido pronto. Tampoco había nadie más, pero eso no permite presuponer lo no ocurrido. Pero una vez atendida, ahí queda eso, paquete fuera, ya no es paciente, está dada de alta y se puede ir cuando quiera. Si necesita ambulancia, que se espere. Y a esperar se ha dicho, una anciana de 92 años a la que -por su estado y sus enfermedades- cualquier contratiempo le produce una alteración importante. Y una hora. Y otra. Y otra más. Y otras dos. Y cada vez más impaciente, más alterada, más fuera de sí...
Total: que ataque epiléptico o lo que diablos sea, a cuenta de la maravillosa gestión sanitaria de doña Esperanza Aguirre, que trata a las personas peor que a los animales, porque sobre estas cosas nadie va a decir nada -y si lo dicen ya le contestarán que es un caso puntual, que qué mala suerte, oiga- pero si alguien encuentra un perro abandonado, hay cincuenta organizaciones ecolomamonistas prestas a la batalla. Ahí es nada, el estrés de los toros, o los cerdos, metidos en camiones. Y no digamos los cabritos, que esos si que les preocupan por evidentes razones. Nada comparable con una anciana, enchiquerada durante cinco horas en un cuchitril de urgencias, a la que incluo miran mal cuando pide ayuda para ir al baño porque le acaban de decir que ni se le ocurra apoyar el pie.
Y la pregunta final, es si no habrá alguien capaz de obligar, por ley, a que los gestores acudan a los mismos servicios que gestionan. Porque todos estos mamandurrieros jamás van a ir a la Sanidad pública salvo para que les tiren tomates -algo frecuente con el consejero Lamela, el amo del cotarro madrileño- antes o despues de hacerse fotos para la prensa. Un titular bien vale un tomatazo, debe ser su lema. Pero ninguno va a que le atiendan o -si Dios lo quiere- a rendir su alma al Señor en un hospital de la Seguridad Social, como aquél dictador que falleció, de viejo, en La Paz. Todos estos van -incluso para morirse- a clínicas de doscientas estrellas.
Bueno, aquí va la parrafada. Tenía ganas de contarlo y me ha salido así, sin siquiera mala leche. Creo.



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