Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 24 de diciembre de 2008

SOBRE LAS LENGUAS PROPIAS Y LOS CUARTOS.

El señor Pérez Touriño le pidió ayer al señor Rodríguez Zapatero que tenga en cuenta, a propósito de la financiación de las autonomías, el hecho diferencial de tener lengua propia, y el coste que de ello se deriva.
Contra lo que pudiera parecer, y seguramente esperen mis habituales, no voy a decir quer el señor Pérez es un imbécil, ni que el señor Rodríguez es un fantoche. Ni siquiera voy a recordar sus posibles ancestros.
Al contrario: me parece muy requetebién que a los que tienen dos lenguas se les suelte la mosca de manera adecuada a sus necesidades.
Sobre todo, teniendo presente que, para evitar un patente agravio comparativo, a unos cuantos afortunados que no hablamos castellano, sino español, nos va a tocar una pasta gansa. Empiecen, señor Pérez, señor Rodríguez, el recuento, y vayan sumando las partidas presupuestarias correspondientes para los que tenemos como lenguas propias las siguientes: una de las cooficiales en muchos Estados de EE.UU., y en Filipinas; mejicano, nicaragüense -¡salve maestro Rubén!-; hondureño, salvadoreño, dominicano, cubano, guatemalteco, costarricense, peruano, boliviano, venezolano, ecuatoriano, colombiano, uruaguayo, paraguayo, chileno, argentino, aragonés, santanderino, castellano, andaluz, canario, extremeño, murciano, leonés, navarro, madrileño, ceutí, melillense, y alguno más que seguramente se me olvida.
Pero, sobre todo, tengo verdadero interés en que me subvencionen el estudio de dos lenguajes a los que tengo gran aprecio y me parecen cada día de más utilidad: el cuartelero, cuyas primeras y eruditas clases recibí hace muchos años del gran maestro Rafael García Serrano, y perfeccioné practicando con un benemérito guardia civil que Dios tenga en su Gloria; y el arameo, idioma que cada vez nos está haciendo más falta por razones evidentes.


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