Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 22 de noviembre de 2015

SOBRE EL RIDÍCULO.

Se que no están las cosas para hablar de tonterías, pero a fin de cuentas uno también tiene su corazoncito.

El ridículo es el del Real Madrid, con su entrenador-oficinista, sus estrellitas millonarias inútiles, y su parte de la afición estúpida. La afición que silbó a Iker Casillas hasta obligarle a irse a un sitio donde hubiera menos gilipollas.

¿O es que también el ridículo de ayer del Real Madrid ante el Barcelona es culpa de Casillas?

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