Se que no están las cosas para hablar de tonterías, pero a fin de cuentas uno también tiene su corazoncito.
El ridículo es el del Real Madrid, con su entrenador-oficinista, sus estrellitas millonarias inútiles, y su parte de la afición estúpida. La afición que silbó a Iker Casillas hasta obligarle a irse a un sitio donde hubiera menos gilipollas.
¿O es que también el ridículo de ayer del Real Madrid ante el Barcelona es culpa de Casillas?