Ya saben: el niñato que dijo que “Los que ganan 900 euros y votan a la derecha no me parecen Einstein. Cuando tienes una conciencia falsa de la realidad y votas a tus verdugos, te estás equivocando.”
Bueno, pues ahí están sus amigos clavándole en todo lo alto el pago de las autovías a los más pobres. Vean mi opinión, si les apetece, en El Correo de España.
Todos los que decían que iban a terminar con el fascismo, que la izquierda barrería a la ultraderecha -porque la ultra siempre es derecha, evidentemente; la izquierda sólo es progresista y moderada-, deberían, caso de tener vergüenza, de ocultarse para los restos a la mirada de los que sufrieron su bombardeo de mala baba, de reptiliano veneno y de idiotez avanzada.
Por supuesto, no lo harán: seguirán esparciendo su odio, su rencor, su desfachatez y su inutilidad. Pero, si gustan, pueden leer mi opinión sobre algunas frases de los -Zapatero dixit- rojos, en El Correo de España.
Porque tal es el epíteto -tabernidad, tabernarios- que el marrullero jefe de la cheka del CIS aplicó -antes de las elecciones- a los posibles votantes de los partidos que no fueran rojos.
Vean mi opinión al respecto, si lo tiene a bien, en El Correo de España.
Que consiste, simple y llanamente, en responder a los energúmenos (y energúmenas, y energúmenes, no se me molesten la ministra Montera y lo ministre Marlaske) que no tienen más objetivo que eliminar de la vida pública -y acaso no sólo de ella- a quien piense distinto de lo que su estalinismo impone.
En El Correo de España tienen ustedes, por si gustan leerlo, mis opiniones al respecto.
