Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 2 de noviembre de 2010

SOBRE UNA PROPUESTA.

La que me llaga por correo electrónico, con cierto aire de broma, pero que a me parece suficientemente interesante como para llevarla incluso a un programa electoral.
Juzguen ustedes:

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¡Qué gran idea!
Colocar a las personas de edad en las cárceles y los delincuentes en las residencias de ancianos. De esta manera, nuestros ancianos tendrían acceso a una ducha todos los días, al ocio, paseos, medicamentos, exámenes dentales y médicos regulares. Recibirían sillas de ruedas etc.
Recibirían el dinero en vez de pagar por su alojamiento.
Tendrían derecho a la vigilancia continua por video, por lo que de inmediato recibirían la asistencia después de una caída u otra emergencia.
Sus camas se lavarían dos veces a la semana, lavada y planchada la ropa con regularidad.
Un guardia vendría cada 20 minutos y les llevaría sus comidas y sus bocadillos directamente a su habitación. Tendrían un lugar especial para recibir a su familia.
Tendrían acceso a una biblioteca, sala de ejercicios, terapia física y espiritual, así como la piscina e incluso la enseñanza gratuita.
Pijamas, zapatos, zapatillas y asistencia jurídica gratuita bajo petición.
Habitación, privada y segura para todos, con un patio de ejercicios, rodeado por un hermoso jardín.
Cada hombre de edad tendría derecho a un ordenador, televisión, radio y llamadas ilimitadas.
Tendrían una "junta directiva" para escuchar las quejas y los guardias tienen un código de conducta que debe respetarse!
Los delincuentes tendrían platos fríos, se quedarían solos y sin vigilancia. Las luces se apagarían a las 20: 00 hrs. Tendrían derecho a un baño a la semana (¡y mas todavía!), vivirían en una pequeña habitación por la que tendrían que pagar al menos 2.000 euros por mes, y sin esperanza de salir con vida. ¡De esta forma habría justicia para todos!

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