Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 13 de junio de 2012

SOBRE LA GUERRILLA MINERA.

Que no es que lo diga yo, ultra, fascista, intolerante y todo eso, ya saben; que es que lo dice, en portada, el 20 Minutos de hoy: Los mineros asturianos pasan al ataque de guerrilla. Y presenta una foto de tres energúmenos, dos de ellos lanzando cohetes contra -dice- la Guardia Civil, y otro llevándoles el suministro.

Y luego, en páginas interiores, se explican las hazañas de los mineros asturianos: corte de carreteras y de vías de ferrocarril. Cosa que no es de ayer, sino que viene de largo, en este sistema acomplejado y cobarde, donde cualquiera puede secuestrar a los ciudadanos, usarlos como rehenes, impedirles su derecho a la libre circulación.

Evidentemente, los mineros asturianos se lo tienen creído, desde que la república segunda los quiso utilizar como contrapeso al Tercio, durante la guerra, por la fama ganada en la revolución socialista del 34. Entonces -lo mismo en el octubre asturiano que en la guerra- la Legión les dio sopas con honda, así es que uno se pregunta si no sería bueno ir pensando en hacer frente al "ataque de guerrilla" con los medios proporcionados.

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