Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 20 de diciembre de 2013

SOBRE LA NECIA SEÑORA RAHOLA.

Necio -como ya tengo muy dicho- vale por inculto, por desconocedor de lo que se debería saber. Siento repetirme -cosa que a los habituales se les hará pesada-, pero cuando uno trata de incultos, de bobos, de tontilocos, de politicuchos o de fiscaletes, la reiteración es obligada.
 
La señora Rahola es buena prueba de ello y según La Gaceta no ha tenido mejor idea -o lo que tengan los elementos y elementas de su especie- que despotricar contra Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, acusándole -porque la pobre idiota se cree que eso es una acusación- de hacer discursos similares a los de Primo de Rivera y reiterando que antes que usted han venido Primo de Rivera y otras personas como José Antonio, en fin, es el mismo Primo de Rivera, es igual.
 
Lo que se ve que siempre es igual es la gilipollez cerril de los paletos. Tan idiotas como para no haberse enterado aún de que su propio mito pujolero dijo que José Antonio era el español que mejor había entendido a Cataluña en el último siglo.
 
Pero es lo que tiene llevar en el anca la marca del amo, y lo que conlleva no tener ideas, sino tópicos. La señora Rahola, perfecto ejemplo de separatista que tras vivir unos años de la politica, ahora -es miembro, o miembra, del Consejo Asesor de la Transición Nacional- lleva décadas viviendo del cuento. Como todos los fulanos -dispénseme de no aplicar el femenino- de su ralea.
 
A mi don Alberto Rivera me trae bastante sin cuidado. Si tiene que defenderse ya lo hará, y no seré yo quien saque la cara por su abortismo y su concepto de nación puramente liberal. No tengo nada que ver con él ni con su partido, aunque me parezca que en la política regional catalana es la única opción válida -junto con UPyD- para los españoles que quieran votar, si las leyes dictatoriales persisten en no permitir la concurrencia a las fuerzas políticas que no forman ya parte del tinglado.
 
Pero que doña Pilar Rahola venga a nombrar a José Antonio en su ridícula cerrilidad, me motiva lo suficiente para afirmar que esta señora es groseramente necia, típicamente tópica, y burdamente paleta.
 
Como todos los fulanos y -vaya, señor fiscal, por doña Bibiana miembras Aído- fulanas de su especie.

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