Sabido es que mi opinión, ya expresada hace unos días, era que no habría adelanto electoral salvo que ocurriese algo que diera esperanzas al PSOE.
Cierto que los datos oficiales dicen que el paro ha vuelto a bajar, y que las encuestas del CIS decían que se había recortado la ventaja del PP a sólo siete puntos. Pero ambas cosas no me parecen suficientemente significativas, ni tan prometedoras como para liarse la manta a las urnas y echar las patas electorales por alto.
Si me parece significativa la fecha elegida; ese día como cualquier otro, en definición del señor Rodríguez, que en el hecho de referirse a ello ya demuestra que es diferente. Temo que acierte de pleno mi camarada Rafa España, cuando se pregunta si buscan "tensión" -la que el señor Gabilondo le aconsejaba a Zapatero a micrófono erróneamente abierto-, y si pretenden crear un clima propicio sacando a pasear a sus hordas antifas, borrokas, antisistema e indignadas de banderilla morada.
Pienso que acierta, y pienso que, además, ya lo han avisado. A su modo subliminal y chanchullero, pero lo han avisado, y El Plural lo remachaba: El PSOE piensa que “estamos en el camino a la mayor sorpresa de la historia de la democracia.”
La sorpresa del 14-M-2004 ya sabemos por dónde salió, así es que es de temer lo peor. Y como es impensable un atentado etarra antes de las elecciones -despues ya se verá-, y tampoco parece probable que los musulmanes desaforados deseen perder de vista al socialismo, la forma de tensionar -valga el palabro del señor Gabilondo, el periodista marrullero, no el fraile rebotado a ministro- debe ir por lo que señala Rafa España.
Además, puede que la reciente matanza del masón noruego le haya ofrecido ideas a algún iluminado de los que pululan por las covachas de agitadores y provocadores a sueldo de nadie sabe quien, pero todos lo imaginamos.
¿A que a los progres guerracivilistas y memohistéricos le vendría de perlas una buena movida de la que se pudiera culpar a lo que llaman ultraderecha?
Y, por favor, que nadie me tome a broma, porque lo digo muy en serio. Valga también como ruego de la máxima cautela a todos los camaradas, más o menos fogosos y más o menos influenciables.
Conozco lo suficiente -y no es más que una milésima de lo que otros camaradas podrían atestiguar- para saber cómo se las gastan los agitadores y provocadores.