Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 26 de abril de 2014

SOBRE LA CAMPAÑA O NO CAMPAÑA ELECTORAL.

Y me explico, que -como decía el maestro Rafael- soy de Infantería. Aunque sea, en mi caso, Infantería de Marina.

Digo que si campaña o no campaña electoral, porque creo que -legalmente hablando- aún no estamos en campaña, aunque es evidente que desde hace muchos meses todos los partidos -principalmente los que trincan del presupuesto- están metidos en electoralismo desenfrenado. 

Ya se que esto es una obviedad, y que esta democracia liberal -que con buen sentido mi camarada Eloy llama democaca- es una permanente campaña electoral. O, si lo prefieren, en una precampaña que se dilata durante tres años, once meses y quince días. Lo cual se explica en un detallito de nada, que tiene su intríngulis. Y es que los gastos de las campañas electorales están sometidas a la fiscalización del Tribunal de Cuentas, en tanto que los gastos no comprendidos en ese periodo no lo están. ¿Ven como todo se explica?

Así es que, como no voy a ser el único que respete la Ley, si es que aún no estamos en campaña, les voy a ofrecer el enlace a un vídeo de Impulso Social, que ustedes podrán ver pulsando sobre la imagen.



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