Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 21 de marzo de 2019

SOBRE LA CIVILIZACIÓN QUE PROPONE VOX.

Como ustedes saben -si es que aún alguien visita este diario-, no me he pronunciado a favor de VOX hasta el momento. Mas bien, si acaso, en contra.

VOX no es lo mío; no son los míos, no representan lo que pienso, ni lo que quiero. Soy Nacionalsindicalista -lean falangista los que no se hayan preocupado de saber qué es eso, aunque no se les caiga del morro lo de llamar fascista a todo lo que no encaje en sus tópicos-, y VOX no lo es.

Pero también es cierto que VOX se está mostrando como el único partido capaz de decir claras unas cuantas cosas. Esas cuantas cosas que todos los políticamente correctos dicen en conversaciones privadas. VOX está diciendo que ya está bien de tergiversar -de falsear- la Historia; que ya está bien de subvencionar vividores -y vividoras- a costa del erario público; que ya está bien de pasarse a España por el forro de los escaños.

Y ahora viene Santiago Abascal y propone facilitar la tenencia de armas de fuego y despenalizar su uso en situaciones de amenaza real.

Como no podía se menos, todos los partidos, todos los tertulianos, todos los periodistas apesebrados, han clamado al cielo. Todos los que defienden al delincuente y desprecian a la víctima se han echado las manos a la cabeza. Todos los que no tienen idea de nada, han gritado, que es lo suyo, hablando de armas sin control y -Albertito Rivera dixit- tiroteos en colegios y locos con pistola.

Evidentemente, ustedes ya han adivinado que yo si soy partidario de que los españoles podamos tener armas de fuego. Por supuesto, con su correspondiente licencia que esté al alcance de quien la solicite y cumpla los requisitos para ello. Y que los requisitos sean los adecuados. Más o menos como ahora, que para obtener o renovar la licencia de armas hay que presentar un certificado médico -físico y psicológico-, y autorizar a la Intervención de Armas de la Guardia Civil la investigación de los antecedentes penales. Amén de -cuando se trata de la obtención- pasar el correspondiente examen.

Lo que no puede permitirse un país civilizado, es que sólo los delincuentes puedan tener armas; que sólo los criminales puedan usarlas impunemente; que a uno le puedan entrar en su casa y no pueda defenderse; que a uno le asalten por la calle y no pueda decir ni "mu"; que a uno le atraquen en su negocio y tenga que resignarse al expolio. 

Lo que no puede permitirse un país que quiere ser civilizado, es que a un ciudadano que se defiende de una agresión le caiga todo el peso de la Ley, y al que le agrede le pongan en la puta calle a los diez minutos, para que continúe su oficio. Lo que no puede permitirse un país que presume de civilizado, es que las Fuerzas de Seguridad del Estado lleven armas para su propia defensa, no para defender al ciudadano que es -en última instancia- quien se las ha dado. Lo que no puede permitirse un país que aspira a la civilización, es que se vulneren impunemente todos los derechos fundamentales sin que el perjudicado pueda defenderse.

Así es que si; soy partidario de que los españoles podamos tener armas de fuego, y de que si nos vemos en la necesidad de usarlas con motivo justificado no se nos caiga el pelo. 

Sólo los locos, los cómplices y los ignorantes pueden pensar que a un ser humano normal le gusta tener armas para matar a la gente sin ton ni son. A los que nos gustan las armas, tenemos nuestra correspondiente licencia y pasamos los trámites administrativos que conlleva, sabemos lo que es un arma -porque la hemos tenido en las manos, no sólo la hemos visto en una película-, y sabemos lo que puede hacer, jamás se nos ocurrirá usarla por una tontería. 

El verdadero peligro de las armas no está en el acero, el plomo y la pólvora; está en la posibilidad de que la use un ignorante o un criminal. Y a ninguno de esos grupos -ignorantes y criminales- le va a impedir usarla la carencia de permiso.

Total: que no soy de VOX, pero me va gustando lo suficiente como para que me merezca la pena ir a votar.


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