Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 18 de marzo de 2010

SOBRE EL SEVERO CASTIGO DE SARKOZY.

Castigo que el Presidente de la República francesa ha prometido para los etarras que asesinaron hace un par de días a un gendarme francés.
Según cita El Imparcial, don Nicolás ha dicho que "Francia no puede ser intimidada por los terroristas. España es una democracia, estamos en el lado de la democracia española y estamos combatiendo a los terroristas".
Bien, señor Sarkozy, ese es el problema: que para ustedes -los franceses- los etarras no eran terroristas cuando aquí asesinaban a policías y guardias civiles y militares cuando el régimen político español no les gustaba a ustedes; entonces eran simpáticos luchadores por la libertad.
Ha hecho falta -como en España, seamos justos- que empezaran a matar a políticos para que ustedes -y los de aquí- se dieran cuenta de que los etarras no iban contra Franco. Ha hecho falta mucha sangre y mucho dolor para que ustedes se dieran cuenta de que eran terroristas y no -como les llamaban- perseguidos políticos.
¿Sabe una cosa, señor Sarkozy? Que si ustedes, los franceses, no hubieran concedido su protección a ETA durante mas de 30 años, acaso anteayer no hubiera sido asesinado el gendarme Serge Nerine, y hablo de este buen hombre porque a usted -como a nuestros políticos en general- el inspector Manzanas y el millar que le ha seguido no le importan nada.

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