Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 30 de abril de 2012

LA RISA DEL IDIOTA.

Bien, disculpen la inconcrección, porque es obvio que idiotas hay muchos en el mundo; y en España, tres más.

Concretamente, el idiota de referencia es un individuo innecesariamente llamado Sergio Gutiérrez, que era hasta ayer secretario general de las Juventudes Socialistas de España (JSE), y que -lo cuenta La Gaceta- en su discursillo de despedida, entre risas, bromas y gracietas de tonto de baba, dijo -ante los delegados que le jaleaban, porque ellos son así, cretinos con máster, desde que les marcan el capullo sociata a fuego-, que "Cada vez que digan una gilipollez, un millón de euros menos", en referencia a la Iglesia.

El rebuzno iba dirigido por aquello de que la Iglesia considera que las relaciones homosexuales son contra natura. Lo cual -si no fueran gilipollas- admitirían como dogma de ciencia, dado que si lo natural fuera la homosexualidad, la Humanidad habría desaparecido hace tiempo. Que no sabe uno si no sería mejor, porque para producir mamarrachos así no merece la pena seguir.

El señor -o señora, o señoro- Gutiérrez, que como todos sus conmilitones tiene acusada tendencia a dar por culo -según se ve y dicho sea en sentido puramente figurado-, ha dado en el clavo de una importante regla de la memocracia que nos dimos a nosotros mismos en medio de la monumental tajada constitucional; regla que establece que el que piense de manera distinta al que manda lo lleva claro, en tanto que el que aplauda al amo se lo lleva crudo. Esta es la idea de la igualdad ante la Ley de los sociatas -sociatos, sociates...-, de la libertad de expresión y de la libertad religiosa.

Pero hay que reconocer que la ideíca del papanatas Gutiérrez tiene su parte de utilidad, si la aplicamos a la totalidad de los cuatezones ibéricos. Así, cada vez que las juventudes socialistas -juventudes de nombre, porque de ideas son decimonónicos, espesos y oscuros- digan una gilipollez, un millón de euros menos.

Y puestos a contar, vayan devolviendo un milloncejo por la gilipollez de decir que A Juventudes nos gustaría que el PSOE defendiera la República, según entrevista su nuevo mandamás en Público. Y otro, por la patochada del señorito Griñán sobre las clases de flamenco en los colegios; y por la gilipollez de RuGALcaba cuando dijo que el PSOE generó las clases medias en España; y por la de Carmen Alborch cuando se le ocurrió la gilipollez de que el feminismo fuera 'patrimonio democrático de la Humanidad'; y por la de ZP con eso de la cuestión no es qué hace Obama por nosotros, sino qué podemos hacer por él.

Y así, en un ratito, ya hemos recuperado cinco milloncejos por sendas gilipolleces socialistas; podríamos seguir hasta el infinito, pero no tengo ganas de buscar más. Entre otras razones, porque la cosa está clara y ya la definió don José Bono hace unos años: Y los del partido propio, que son unos hijos de puta.

Y a confesión de parte...

domingo, 29 de abril de 2012

SOBRE LA DESFACHATEZ DE MONTORO.


Señor Ministro de Hacienda, que ayer mismo explicaba -véase La Gaceta- a sus palmeros de guardia, con motivo del 15 Congreso del PP de La Rioja, que la subida de impuestos es equitativa y provisional.

Dejemos a un lado que en España lo provisional puede fácilmente ser eterno, y vamos a la equidad de la subida de impuestos, de los que el señor ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, anunció justo un día antes -lo contaba El Mundo-  que los "impuestos al consumo" -el IVA y los impuestos especiales- subirán el próximo año para recaudar 8.000 millones de euros y cumplir el objetivo de déficit el próximo año.

Pues, señor Montoro, la cosa está clara: o bien ustedes no se hablan en el Consejo de Ministros, y el Presidente es tan ceporro que ni siquiera les pregunta la lección, o ustedes son unos ineptos. Por supuesto, ambas cosas son posibles y hasta probables.

Porque los impuestos al consumo, señor Montoro, tienen de equitativos lo que el Gobierno del que forma parte de sincero. Mírese la prensa y ahórreme copiar titulares y enlaces, y mírese el BOE si no cree a la prensa de cualquier color.

Los impuestos al consumo -que dicho así lo mismo despista, pero que son sencillamente el IVA y los impuestos especiales- son tan equitativos que lo mismo paga el millonario que el indigente. El mismo IVA -que ustedes acabarán poniendo a nivel europeo, que es lo progre; pero con los sueldos a nivel africano- paga por un kilo de arroz el señor Botín que el parado; el mismo IVA paga por el kilovatio o el metro cúbico de gas y de agua -siendo que vivan en la misma ciudad- el presidente de la compañía que el empleado que mira los contadores. El mismo IVA paga usted, señor Montoro -si es que lo paga, que esa es otra- que el último empleado de su Ministerio.

Y los impuestos especiales tienen, señor Montoro, un efecto añadido que a usted, tan listo, no se le habrá escapado. Y es que -dejando aparte los que gravan el alcohol y el tabaco, que dirá usted que no son artículos de primera necesidad- el impuesto especial de hidrocarburos que grava a los combustibles, termina repercutiendo en los precios de todo. De todo, señor Montoro. Porque si las patatas, la harina, los huevos o las manzanas hay que transportarlas, el precio de la gasolina o el gasoil les afecta. Porque si el gasoil es más caro, al agricultor le cuesta más producir su trigo, sus naranjas o sus melones. Porque, salvo que uno se compre las camisas y los pantalones en la mismísima fábrica, llevarlas a la tienda requiere gasto de combustible; y aunque así lo hiciera, llevar las telas a la fábrica ya habrá salido más caro.

Eso, sin contar a quienes necesitan ir a trabajar en su propio vehículo. Que no lo hacen -al menos en muchos casos- porque sean unos insolidarios y unos despilfarradores, sino porque el transporte público no llega a donde van, o no lo hace en un tiempo razonable. O porque, con los precios que han puesto -doña Esperanza Aguirre, correligionaria suya, es un buen ejemplo- le sale igual de caro, cuando no más barato, usar el vehículo particular. Si quiere usted, le pongo ejemplos que ahora omitiré por no cansar. Y caso aparte, pero no menos significativo es el de quienes necesitan vehículo para llevar sus herramientas de trabajo.

De forma, señor Montoro, señor De Guindos, señor Rajoy, que la equidad de sus impuestos se la pueden ir metiendo por el camino recto, que no les hará daño.

(Por cierto, señor Montoro: la elección de las fotos no obedece a que ustedes sean risueños y desprendan alegría, sino a un ímpetu expresionista de presentarles según ustedes nos tratan: riéndose de nosotros)

sábado, 28 de abril de 2012

SOBRE LA REIVINDICACION DE HONRADEZ.

El secretario general del PP de Madrid, don Ignacio González, ha tenido la humorada de reivindicar la honradez de la "inmensa mayoría" de quienes se dedican a la política, frente a los "movimientos callejeros totalitarios" que la cuestionan y que "carecen de representación" , en la primera jornada del XV congreso regional de su partido.

Ignoro si el señor González es aficionado al mosto, y llevaba ya puestos un par de litros, o si es abstemio y su estado se debía a haber esnifado los efluvios de una cerveza sin alcohol. Lo ignoro y no me importa, porque resulta evidente que don Ignacio González estaba beodo o es un sinvergüenza. Sin que lo uno sea obstáculo para lo otro.

El señor González ha gastado una broma -pesadita- a los compromisarios de su partido, o los ha tomado por borregos, sin que haya prueba en contra de que acierte. Pero el señor González se ha olvidado -o le importa tres leches- de que hay en el mundo gente que no lleva grabado a fuego su pajarraco, y después de acabar de reírse lo mismo se iba a molestar.

No es mi caso -ni el del pajarraco ni el de molestarme- porque conozco el paño, y los tontos se repiten con una monotonía verdaderamente aburrida. Ya un Landelino Lavilla dijo que fuera de la Constitución sólo había barbarie, y el que no estuviera con el Gobierno o con la oposición estaba fuera, lo cual fue respondido por mucha gente con un a Dios gracias, previo al corte de mangas inevitable. Ahora es un Ignacio González el cretino que define la honradez por la pertenencia a un partido político de los que maman del sistema, del erario y de la mala leche del ciudadano común. Acaso quiere, don Ignacio, pasar a la posteridad como miembro del fresco de gilipollas ilustres. O de caraduras graníticos. O de Landelinos meapilas.

O tal vez don Ignacio es un cobarde, que no se atreve a llamar a los antisistema de ultraizquierda por su nombre y filiación: comunistas, anarquistas y gamberros. Pero si es un cobarde, acaso debiera el señor González abstenerse de generalizar; porque una cosa es la guerrilla urbana, la manifestación violenta e ilegal, el desafío a la legalidad vigente, y otra no tener representación.

Los gamberros de ultraizquierda, callejeros y totalitarios, recibirían -en un Estado de Derecho como el que no tenemos- la respuesta establecida en el Código Penal, y punto. Para eso están ustedes, los partidos políticos tan honrados: para que se cumplan las leyes.

Pero no me mezcle la representación con la honradez. Porque si usted, don Ignacio, tuviera una mínima honradez, se le hubiera caído la cara de vergüenza cuando su partido, el PP, se alió con el PSOE para reformar la Ley Electoral de forma que sólo puedan concurrir a las elecciones los partidos que ya se nutren de los Presupuestos Generales del Estado, o los que pueden venderse bien a los bancos para obtener créditos -que no pagarán- con los que montar un chiringuito de captación de firmas previa a la presentación de candidaturas.

Y usted, señor González, sabe perfectamente que su partido -los demás también, pero a quien usted representa es al PP, así es que le toca aguantar la vela- vive a costa de mi bolsillo, mientras que usted, en su soberbia ceporrez, me insulta porque mi opción política no es de las que se han vendido a los bancos. Esos mismos bancos a los que ustedes, los honrados de los partidos con representación, han soltado una millonada indecente.

¿Y ustedes son honrados? ¡Vaya usted a hacer puñetas, y que los dioses le porculicen, idiota!

jueves, 26 de abril de 2012

SOBRE UN ANUNCIO INTERESANTE.

Me llega el aviso, procedente de un buen y admirado camarada, que me parece interesante reproducir:

***

Creo que puede ser muy interesante, sobre todo para los "desmemoriados" ó para los de la "memoria

selectiva y retorcida".

Un abrazo

***

El día dos de mayo, en La Otra de Telemadrid (probablemente lo podréis ver por las autonómicas los que estéis en otra provincia), empieza una serie de trece capítulos sobre la Guerra Civil. Están muy bien hechos y documentados, pues se ha prescindido de mentiras y deformaciones propias de la izquierda. Lo realiza el Centro de Estudios Históricos de la Universidad San Pablo CEU.

No te lo pierdas. En este enlace verás la presentación de la serie.

Echa un vistazo a este vídeo en Youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=xCYmWWinQoE&feature=youtube_gdata_player



martes, 24 de abril de 2012

SOBRE EL ETERNO RETORNO.

Llamado a veces mito, pero muy racionalmente explicado por historiadores como Toynbee y -especialmente- Spengler, el gran filósofo de la Historia condenado al ostracismo por lo políticamente correcto.

Viene a decir la teoría que las civilizaciones tienen un desarrollo parecido al de los seres vivos; que nacen, crecen, a veces se reproducen -como España- y mueren. También viene a significar que la Historia se repite, pues estos procesos son razonablemente similares en todas ellas. Mi camarada Arturo Robsy va un paso más allá, y piensa que si la Historia se repite es porque siempre acaban por aparecer los mismos tontos, los mismos sinvergüenzas, los mismos malandrines.

Y esto, en España, lo vemos cada día más claro. Llevo tiempo pensando -y a veces diciendo- que nos acercamos peligrosamente al punto de ruptura de los años treinta del pasado siglo. Los años del zapaterismo han supuesto un incremento salvaje del revanchismo y del odio, de la ideologización de la sociedad y de la fractura casi irremediable -o irremediable del todo- entre españoles. Podría esto muy bien corresponderse con el primer bienio republicano, que gobernó contra el ya fallecido General Primo de Rivera más que como fuerza creadora de ilusiones nuevas. Aquél primer bienio azañista -otra similitud: es un personaje torvo y resentido el que da su imagen y su nombre a la época- fue una revancha contra algo que ya no existía. El septenio zapaterista lo fue, igualmente, contra un pasado ya inexistente. Y, a falta de ideas y de fuerza creadora, tuvo que revivir artificialmente situaciones ya superadas para reavivar odios.

Estamos ahora -sigamos el ejemplo- en el bienio cedista. En la etapa en que una derecha cobarde se muestra incapaz de enderezar el rumbo de la política, y se centra en recetas económicas antisociales y puramente capitalistas. Cobarde e incapaz, porque el comienzo de la solución a los problemas españoles estriba -así lo reconoce ya la mayoría de los que no viven del cuento- en la desaparición de las autonomías, al menos tal y como están concebidas en la actualidad, lo cual no significa la centralización administrativa ni mucho menos. Estriba -así lo demandan todos los que no pertenecen a la casta síndicopartidista- en la retirada de subvenciones a partidos y sindicatos. Estriba en la racionalización del gasto público, y en este sentido si se van viendo algunas iniciativas útiles, aunque tímidas, como la lucha contra el turismo sanitario o la supresión de becas a los malos estudiantes, que habían venido prostituyendo el sentido de su concesión para convertirse en sopa boba al vago.

Y ahora -ayer mismo lo escenificaba doña Elena Valenciano- el PSOE que ha perdido las elecciones llama a la movilización callejera, retornando a su reciente pasado pancartero, pero con connotaciones verbales cercanas al revolucionarismo callejero decimonónico. O, por continuar con la similitud segundorepublicana, exaltando las pretendidas masas para detener al Gobierno del PP, como ya hiciera el PSOE en el Octubre del 34.

Esta confesión de parte del socialismo frustrado en las democráticas urnas viene a confirmar lo ya entrevisto en diversas y -de momento- dispersas algaradas, como la de los estudiantes valencianos, primero manifestantes por la ausencia de calefacción en un centro donde jamás faltó, y posteriormente luchadores de izquierdas contra la derecha, según confesión de los mascarones de proa del sarao. Queda por ver si las pretendidas masas están dispuestas a ser carne de cañón del socialismo corrupto y revanchista, en cuyo caso nos terminaremos de aproximar peligrosamente a 1936.

Con la salvedad de que en la actualidad la situación no es semejante en muchos aspectos, por lo cual seguramente el futuro de España no sería tanto el de aquél año 36, sino el de la extinta Yugoslavia: un panorama de todos contra todos que no quisiera llegar a ver pero que, si me lo imponen -y sirva de aviso- estoy presto a aceptar y, en lo que pueda, aprovechar.

sábado, 21 de abril de 2012

SOBRE LA OPERACION.

La de apendicitis a que ha sido sometido el genocida Santiago Carrillo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Hay que ver lo bien que nos viene que Franco creara la Seguridad Social.

Como no soy de la misma ralea que el genocida Carrillo, no me alegro en absoluto de sus cuitas; eso si, le deseo lo mismo que él le deseara al Generalísimo Franco cuando -ya cercano el final de su vida- sufrió la misma intervención.

viernes, 20 de abril de 2012

SOBRE EL REY DE CAYO.

Cayo Lara, papanatas sumo de la izquierda estalinista y casposa, ha declarado -véase Minuto Digital- que “No entendemos que alguien por el hecho de ser hijo de, tenga que ser jefe de un Estado. ¿Y si sale tonto?. ¿Tenemos que cargar con un jefe del Estado tonto?”

Sabida es mi escasa devoción por la monarquía, salvo la representada por los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II. Sabida es también mi preferencia republicana. Evidentemente, no de la Segunda, y menos aún de la Tercera que busca ese Cayo de referencia, sino de la República Nacionalsindicalista, que ya instauraremos un día de estos.

Mis argumentos contra la monarquía son amplios, pero para no ser prolijo me ceñiré a los ya de sobra conocidos por todos los españoles que tienen ideas en vez de antipatías: la traición a lo jurado, la oscura intervención en torno al 23-F, la sanción de leyes criminales, y la conducta impropia en un Jefe de Estado. Todo ello está en la prensa y en los libros, así es que los señores fiscales pueden irse de fin de semana tranquilos.

Pero mi escasa devoción monárquica, y mi profunda aversión juancarlista, no es obstáculo para pensar con toda la lógica que mis maestros se empeñaron en enseñarme en aquél lejano Bachiller que he comentado con mis amigos visitantes recientemente.

También aquellos lejanos y añorados maestros se empeñaron en lograr que aprendiese a leer, cosa que al parecer no lograron con Cayo Lara, que con sus palabras muestra su ineptitud para la lectura comprensiva, dado que ignora los artículos de la Constitución destinados a establecer el método para incapacitar al rey en caso necesario.

Por otra parte, Cayo, es evidente que también por elección popular, partidista y memocrática, podemos acabar teniendo a un tonto como Presidente del Gobierno.

O como Coordinador General de Izquierda Unida.

jueves, 19 de abril de 2012

SOBRE COMENTARIOS ACERCA DE LA ENSEÑANZA.

Comentarios a mi entrada de ayer, que les recomiendo vean siguiendo el enlace.

Creo, amigos De Melk, Simancas, Rafa España,Tío Chinto de Couzadoiro, que el desastre de la enseñanza no es casual. Por casualidad se puede meter la pata una vez, dos, hasta tres. Más de eso ya es sospechoso, y la realidad es que -desde la mitad de los años 70 en adelante- cada reforma educativa ha sido para peor.

Y lo malo no es que el nivel de conocimientos sea mínimo, prácticamente de analfabetos en gran parte de los casos como atestiguan Rafa España y Tío Chinto, sino el nivel de desarrollo personal y mental. Prima, como señala De Melk, la cultura de la inmediatez y lo fácil y -como indica Simancas- la actitud irrespetuosa.

Y falla -en mi opinión- la capacidad de razonamiento; de análisis y de síntesis, cosas ambas que son parte de la misma moneda del conocimiento. Si a los estudiantes se les da todo hecho y se les quita el deseo de aprender, de investigar; si se les quita eso tan humano de la curiosidad sobre los motivos de las cosas, los cómos y los porqués, se consigue una masa perfectamente manipulable.

Y -en vista de los resultados- nadie me va a convencer de que ese no era el objetivo.

miércoles, 18 de abril de 2012

SOBRE LA ENSEÑANZA "DE LOS 70".

Así dicen los señores profesores que será la enseñanza con las reformas del ministro Wert: como la de los años 70. Lo dicen porque habrá más alumnos por aula; tantos como cerca de cuarenta, ¡qué horror!.

A la vista de esta enormidad, he recordado mis años de colegio e Instituto: precisamente en los primeros años 70. En el 76 entré en la Universidad -a la par que en la memocracia- y ya fue otro mundo, en el que habitualmente lo que se estudiaba era la solidaridad con los compañeros del metal.

No recuerdo con desagrado mis años de colegio e Instituto, y no precisamente porque cualquier tiempo pasado fuese mejor aunque, a decir verdad, Jorge Manrique tenía -cuando menos para este periodo- más razón que un santo.

Recuerdo que los profesores enseñaban y los estudiantes aprendíamos. Cada cual según su capacidad y su voluntad, evidentemente; pero aprendíamos. Recuerdo que pese a haber tantísimos alumnos -cerca de cuarenta, ¡qué exageración!- los profesores conocían a cada uno, sabían las capacidades de cada uno, motivaban a cada cual de la forma más efectiva para hacerle lograr su mejor rendimiento, y conseguían que todo el mundo -todo el mundo- saliera del Instituto o colegio con una base suficiente para andar por la vida.

Lo que se de Historia, de Filosofía, de Literatura, de Física, Química o Matemáticas, lo aprendí en el Bachiller -según la opinión de hoy, masificado- de los años 70. Indudablemente podría -debería- saber mucho más. También eso lo aprendí: que siempre hay posibilidad de seguir aprendiendo, de seguir investigando, de seguir evolucionando; que nunca se alcanza el límite del aprendizaje, que nadie lo sabe todo, y que el más sabio es -con Sócrates- el que sabe que no sabe nada.

Hablo de lo que conozco y, obviamente, conozco mejor mi peripecia personal que la de otros. No obstante, todos mis amigos, conocidos, compañeros de la época -incluso los más negados o mas reacios al estudio- darían sopas con honda a la multitud de cenutrios que fabrican en serie en los actuales, y tan individualizados, centros de enseñanza.

Por supuesto, no pretendo insinuar que la masificación sea la panacea. La solución al enorme fracaso de la enseñanza española no está en la cantidad sino en la calidad. Y si alguien piensa que la calidad de la enseñanza consiste en tener menos alumnos que jueguen con el móvil en clase, o tener pocos alumnos que manejen ordenadores pero no aprendan el orden alfabético, vamos de cráneo.

Exactamente como vamos desde hace décadas.

martes, 17 de abril de 2012

SOBRE LA SEÑORA FERNÁNDEZ.

Que es la presidenta de Argentina por parte de consorte difunto, y que decidió ayer trincarle YPF a Repsol.

Vaya por delante que Repsol es una multinacional que de española sólo tiene, a estas alturas, el origen y parte -acaso ni siquiera mayoritaria- del accionariado. Por lo tanto, no es de recibo la postura de algún energúmeno cruzado de imbécil que reclama la intervención militar. Como si el caso afectara a la Soberanía Nacional, en vez de a una multinacional capitalista, y como si tuviéramos Ejército, Armada y Aviación.

Pero vaya por delante, también, que cuando Repsol compró YPF, a Argentina le vino de perlas, porque sin esa inversión aún estarían sin descubrir parte de los yacimientos encontrados, y no digamos ya de su puesta en explotación. Los detallitos sobre comisiones y trinques -véase el blog de mi camarada Rafa España- son otra historia.

Lo que ha hecho el Gobierno argentino es un simple robo a particulares, y como tal hay que verlo. Es una muestra más de la absoluta inseguridad jurídica en que se mueven los inversores extranjeros -que no es privativa de Argentina, ni mucho menos, y en España tenemos buenos ejemplos- y en la poca seriedad de los países gobernados por advenedizos, ladroncetes y tiranuelos de segunda, movidos por el interés momentáneo de su posición política y no por la visión de Estado.

Bien hubiera hecho doña Cristina Fernández en meterse antes en otras cosas, para dotar a su administración de la mínima seriedad. Por ejemplo, para conseguir que su país sea un receptor serio y solvente de correspondencia, pues actualmente -y desde hace muchos años- Correos no admite el envío de giros, al no poder dar seguridad de su llegada. Lo mismo pasa con los paquetes postales: se envían sin ninguna garantía de entrega.

Pero, dicho que Repsol es una empresa multinacional y que el tema corresponderá a los Tribunales Civiles Internacionales, también hay que decir que España no puede dar la callada por respuesta. Va en ello la dignidad nacional, mucho más importante que los intereses económicos, y no podemos tolerar que lo mismo que en la época zapateril era una ganga secuestrar barcos españoles, ahora sea un juego expropiar a empresas españolas.

Así es que, de entrada y a falta de conocer las medidas prometidas por el Gobierno del señor Rajoy, propongo que se aconseje a las empresas españolas que tengan inversiones en Argentina -BBVA, Banco de Santander, Telefónica...- la salida de aquél país; y que, caso de existir alguna deuda por parte de Argentina, se reclame el pago inmediato.

Y, por supuesto, que España exija a la Unión Europea -no ruegue, ni proponga, ni plantee; que exija- el bloqueo total y absoluto de las importaciones argentinas.

Me duele decirlo -hace pocos días pudieron ver mi recuerdo de la guerra de las Malvinas-, no sólo porque nací en Argentina, sino porque allí tengo familia y buenos amigos; pero, dejando a un lado mis sentimientos personales, España necesita sentar -con serenidad y sin histerismos, pero sin debilidad ni condescendencia- su lugar en la política internacional. Lástima que haya sido la inepta señora Fernández la que haya dado lugar al asunto.

sábado, 14 de abril de 2012

SOBRE UNA FAMILIA EJEMPLAR.

El Mundo (10-4-2012):
Froilán usaba una escopeta no permitida a los menores de 14 años

El País (11-4-2012):
El juez bloquea una cuenta en Suiza ligada a Urdangarin

El País (10-4-2012):
El accidente del nieto mayor del Rey, una clamorosa infracción

Público (10-4-2012):
Marichalar podría ser sancionado con entre 300 y 600 euros

El Mundo (14-4-2012):
Implantan al Rey una prótesis de cadera tras caerse en un viaje de caza en Botsuana

La Gaceta (14-4-2012):
Botsuana ofrece safaris con licencia para matar un elefante por 37.000 euros

La Gaceta (14-4-2012):
La reina está en Grecia y no regresará hasta el lunes

La Gaceta (14-4-2012):
La Casa del Rey no aclara donde está el Príncipe

jueves, 12 de abril de 2012

SOBRE LA POLEMICA DE LAS ARMAS.

Polémica bastante habitual y general, pero agudizada por el hecho reciente de que un nieto del rey se haya pegado un tiro en el pie.

A mi modo de ver, son dos cosas muy distintas y que no se pueden mezclar. La Ley -presuntamente igual para todos- prohíbe el uso de armas a menores de catorce años. En este sentido, la utilización de armas por un menor tendrá las responsabilidades que la Ley determine, y de ello se podrá discutir lo que se guste.

Pero lo que no se puede es -como dicen los habituales "pacifistas"- usar un hecho ilegal para arremeter contra la tenencia de armas por parte de cualquiera que cumpla las leyes.

A quien tiene un arma -legalmente, digo- obtener la licencia correspondiente le ha costado lo suyo. Le ha costado, para empezar, un dinero en tasas y en documentos. Pero le ha costado mucho más: le ha costado someterse a un examen médico en un centro especializado, para determinar que sus condiciones físicas -vista, oído, reflejos- son adecuadas a la tenencia de armas, y para establecer su capacidad psicológica a tales efectos.

Le ha costado someterse a un examen teórico y práctico, tanto sobre la legislación aplicable a la tenencia de armas, como a la seguridad de su manejo.

Le ha costado someterse a la investigación de sus antecedentes penales -y en caso de tenerlos no obtendrá la licencia-, y a la posibilidad de ser investigado en su vecindario por la Guardia Civil.

Tener un arma le supone, además, la renovación de la licencia -con nuevos gastos y nuevas revisiones médicas y psicológicas-; la revista de armas, donde la Guardia Civil determina que está en un estado adecuado de funcionamiento, y la nueva comprobación de no tener antecedentes penales. Eso, cada cinco años.

Es evidente, que quien quiera un arma para delinquir no se va a someter a todo este proceso, ni va a facilitar sus datos personales y los datos de su arma. Quien quiere delinquir tiene bien fácil -eso se rumorea, al menos- conseguir un arma ilegal, sin quedar registrado al hacerlo.

Por lo tanto, lo que los detractores de la tenencia legal de armas pretenden, es que las personas de bien, que se someten a cuantos requisitos les reclama la ley, no puedan tener armas y, en cambio, que las armas sean de uso común entre los que van a cometer delitos con ellas, puesto que la tenencia ilícita no les supondrá un añadido demasiado gravoso a la posibles condenas que conlleven sus actos.

Por otra parte, ¿cabe mayor seguridad en la corrección de intenciones de una persona, que el hecho de quedar plenamente identificado ante las autoridades como poseedor de un arma?

En otro orden de cosas, la perdigonada de don Froilán no hace sino rememorar viejas gestas familiares.

martes, 10 de abril de 2012

SOBRE COMENTARIOS A LO DE LAS MALVINAS.

Comentarios recibidos en la entrada anterior, a propósito de la Guerra de las Malvinas, que transcribo:

* * * * *


No creo que le debamos nada a los Argentinos. Nos apoyaron en tiempos de la autarquía porque Perón compartía ideología con Franco, del mismo modo que éste envió maquinaria agrícola a los Castro, comunistas, por ser descendientes de gallegos. Se enorgullecen de tener sangre española, pero a San Martin no le tembló el pulso de venderse a los ingleses para expulsarnos de allí. No veo porque debemos tener lástima de un suceso que fue provocado por los mismos que los ayudaron a independizarse. Sobre todo tras la alegría de Kirschner por no tener representante español en las celebraciones de la independencia de dos mil diez.

Lo siento, pero lo mismo que nosotros tenemos nuestro Gibraltar ellos tienen sus Malvinas. Ajo y Agua.

Un saludazo.

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NO, seguro que no nos deben nada. Nosotros les debemos mucho: la lengua, las costumbres, la FE. El tema de SAN MARTIN es discutible. Pero lo que hagan o digan los Kirchner no tiene nada que ver con ARGENTINA, ya que esos no tienen Patria.

ROBERTO ESTEVEZ murio heroicamente defendiendo una FE, una RAZA, una CULTURA y esa es la que le debemos a ESPAÑA, le guste o no a quien fuera.

Murio peleando valientemente contra el materialismo sajon, creyendo firmemente, a diferencia del pirata usurpador, en la Resurreccion de la carne y en la vida perdurable.

MALVINAS VOLVEREMOS ¡¡¡¡¡

ROBERTO ESTEVEZ, MARTIR DE LA PATRIA: PRESENTE ¡¡¡¡

CRIOLLO Y ANDALUZ

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Soy un viejo ya con Alzheimer....ME EMOCIONA SU BLOG, hace tiempo que lo tengo en favoritos pero mi mente se va....Nos esperan GRANDES PENAS

pero la Fé mantiene también nuestro amor a un Pueblo Grande en donde no se ponía el Sol...

Un abrazo cordial..........

* * * * *

Bien: respeto el derecho a opinar -para eso soy falangista- pero no puedo estar de acuerdo con el comentario del amigo C S Peinado.

Argentina no sólo nos apoyó en los tiempos del cerco internacional por una cierta -aunque para mi no tan clara- afinidad ideológica. O, en todo caso, el suyo no fue un apoyo meramente verbal, sino efectivo y valiente, en lo económico, en lo político y en lo diplomático.

Considerando el asunto históricamente, los criollos -esto es, los descendientes de españoles- que se independizaron de la Corona de España, no representaron la tónica general ni fueron siquiera mayoría. En las tropas realistas abundaron tanto los criollos que permanecían fieles, como los nativos hispanoamericanos. Finalmente vencieron los que el otro día llamé progres de la época -los afrancesados de América-, más que por méritos propios, por dejadez de España y por la traición de los liberales peninsulares, que preferían organizar sus revolucioncitas, sus complotitos y sus asonaditas cuarteleras, que irse a combatir en serio. A veces, como a Riego, la cosa le salía mal y pagaban con la cabeza su traición y su ineptitud.

Además, es indudable que, por mucho que hace dos siglos se independizaran de España, los virreinatos -las provincias- de ultramar, pesan en el corazón de cualquier español, siquiera sea con la nostalgia de lo que pudo ser y no fue. Así, en la Norma Programática de la Falange se hace expresa mención de Hispanoamérica con el mandato de establecer relaciones preferentes.

No digo que en 1982 España debiera alzarse en pie de guerra contra Inglaterra, fundamentalmente porque para esa época ya no teníamos con qué hacer una guerra; pero si que, como español, sentí la vergüenza de la postura gubernamental ucedarra, lamiendo las botas del mismo pirata inglés que nos tenía usurpado Gibraltar. Con que, simplemente, el Gobierno español se hubiese colocado del lado de la legalidad internacional de las Naciones Unidas, hubiese sido una posición digna y, cuando menos, coherente.

Y no ya por razones históricas y culturales, que las hay muy claras como señala el amigo CRIOLLO Y ANDALUZ; sino porque España sufre el mismo colonialismo británico en su propio suelo.

En todo caso, uno siempre siente respeto y admiración por quien muere valientemente, defendiendo su Patria y sus ideas. Incluso aunque no hubieran sido las mías.

Amigo Francisco, es un honor para mi recibir su visita. Un fuerte abrazo.

sábado, 7 de abril de 2012

SOBRE UN DOCUMENTO DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS.

Gracias a Dios, tengo amigos -buenos, aunque a distancia- y camaradas -aquí no hay catalogación; el camarada es camarada, y punto- en buena parte del solar hispano. Solar que comprende -¿cómo no?- la tierra hermana de Hispanoamérica.

Uno se pregunta a veces qué hubiera sido del mundo, si el felón Fernando VII, el traidor Riego y los criollos ensoberbecidos -los progres de la época- no se las hubieran apañado para destrozar la unidad política de la Hispanidad; qué hubiera sido del mundo si aquellas -como las denominaba la Pepa, en otras cosas tan malhadada y en esto tan certera- provincias de ultramar hubieran formado piña con la España del Viejo Mundo, y hubiera sido posible establecer una unidad política, sin imposiciones pero sin dudas. El mundo, sin duda, hubiera sido mejor, y la Hispanidad un contrapeso al pirata inglés y al mercachifle yanqui.

Esto viene a cuento de que, gracias a un amigo argentino, he tenido conocimiento de un documento histórico y espeluznante, y cuando ustedes lo lean -cosa que, evidentemente, les encarezco y recomiendo- me dirán si no es cierto.

El documento está situado en la guerra de las Malvinas, de la que se han cumplido 30 años. Aquella que el gran ciprés Calvo-Sotelo Bustelo -mascarón de proa receptor de todas las bofetadas de la pasada por la izquierda pactada y próxima- consideró distinta y distante, para vergüenza de los españoles y escarnio de la Historia.

Se vio entonces una guerra colonial, y cómo las democracias del ancho mundo se alistaban de guardaespaldas de los piratas ingleses, que sin declaración de guerra disparaban contra los buques argentinos fuera de la zona de exclusión en torno a las islas. Se vio como los yanquis velaban por su colonia británica, y como Occidente perdía las últimas gotas de decencia que le pudieran quedar.

Algo así quise representar -con la colaboración de un dibujante amigo, porque mis habilidades artísticas son nulas- en la portada de la publicación que por entonces dirigía, y ahí la tienen ustedes.

Ahora -enlazo con el principio- un amigo argentino me hace llegar el enlace a un blog de aquella nación hermana a la que los españoles tanto debemos. Como no quiero copiarlo, porque el lugar merece su visita, sólo les animo a que visiten el sitio y lo vean por sí mismos:


miércoles, 4 de abril de 2012

ALTO Y A PULSO.

Alto y a pulso; así escribe mi camarada Arturo, con palabra de bronce, versos de oro.

Versos que me recuerdan lo que nunca podré olvidar: la última Semana Santa que viví con mi padre, y cómo me llevó a ver a La Legión con el Cristo de la Buena Muerte.

Ya lo he contado -véalo aquí quien guste- y no quiero cansar repitiéndolo. Les dejo con los versos de Arturo Robsy y, si lo desean, con el video que podrán ver si pulsan sobre la imagen.

* * * * *

Mañana es el día. Cristo irá en las manos de sus soldados, como volando sobre ellos, que es como volar sobre el cielo. Irá como un milagro con los brazos abiertos y el dolor supremo. 5, Jueves Santo, y la fuerza santificándose. Benditos los que pueden levantarlo y tenerlo ahí, libre, sobre nuestras cabezas.

Alto y a pulso, Señor,
suspendido cara al cielo,
brazo y alma te levantan.

Mis heroicos compañeros
desde mi cuerpo te elevan,
te rezan como hombres muertos
que te entregaron la vida
y forman en los luceros,
la bayoneta calada,
mientras guardan al Dios cierto,
que les dio la Buena Muerte
de los soldados eternos.

Mientras empujan mi brazo,
polvo de Patria son ellos,
voz que grita en la batalla,
palabra de Padrenuestro,
hijos de amor y de guerra,
soldados para el recuerdo
cuando entregaron la vida,
y amor clavado al madero.

Alto y a pulso, Señor,
los legionarios sabemos
que la vida es sólo vida
y más altos son los sueños,
más vivo el clarín de ataque
y que el valor es eterno.

El hombre que siempre lucha,
el que no conoce el miedo,
nunca muere si te lleva
a pulso mirando al cielo
y los demás legionarios,
firmes compañeros recios,
presentan armas brillantes
al Señor del Universo:
muriendo sonreirían
por hacer un mundo nuevo
y ser soldados de España,
que es ser soldados del Cielo.

Arturo Robsy.

Nota bene: se han tomado, libremente, dos alusiones a las canciones legionarias, en honor a los que murieron con ellas en los labios.

martes, 3 de abril de 2012

SOBRE "JUANITO".

Los habituales ya saben que en este diario no suelo tratar temas deportivos; al menos, no lo hago salvo que tengan alguna significación política o social. También saben los habituales que soy madridista, y a mucha honra. Y, por último, saben igualmente -porque lo comentó profusamente la prensa, y las radios, y las televisiones- que ayer se cumplieron veinte años del fallecimiento de Juan Gómez, Juanito.

Juanito fue uno de esos jugadores que simbolizan al club al que pertenecen. En su época, además, compartió campos, banquillos y triunfos -también derrotas- con otros muchos jugadores especialmente simbólicos para el madridismo, como Gordillo o el mítico Santillana.

Ya se publicaron ayer múltiples panegíricos, pero quiero sumarme al homenaje a un futbolista que dejó profunda huella, y a una persona que sintetizó en su personalidad el alma española.

Y como cualquier cosa que escribiera ahora resultaría fría, aquí les transcribo lo que escribí hace esos veinte años, con la noticia caliente, y que fue publicado -pulsen sobre la imagen para verlo en el original- en el Nº 41 (15 a 21 de abril de 1992) de La Nación.



* * * * *

Futbolista torero

No sé qué pensamiento político tendría Juanito. No sé si alguna vez, caso de que tuviera alguna ideología concreta, la hizo pública. No sé si era de los nuestros o todo lo contrario. Ni lo sé, ni me importa.

Sé que ha muerto en la carretera, como tantos miles de españoles cada año, y que todos los medios de comunicación han cantado su genialidad como futbolista y su pasión por los toros. Sé que fue uno de mis ídolos deportivos; mío y de toda la generación que tuvo la suerte de conocer el último Real Madrid que ha merecido la pena ver en el campo.

Pero lo más destacable —para mí— del Juanito Gómez que entusiasmó a las multitudes, no es que fuera un buen futbolista. Ni siquiera que tuviese ese algo que separa la genialidad del simple buen hacer. Lo fundamental de Juanito es que siempre fue un hombre apasionado y trasmitía su pasión a los demás. Eso, tan manido, de que era el revulsivo de su equipo. Fue un hombre al que se le desbordaba el coraje, hasta el extremo de caer —quizá en demasiadas ocasiones— en la descortesía y la incorrección; pero que igualmente le llevaba al caballeroso gesto de la disculpa. Y para pedir perdón —todos lo sabemos— hace falta mucho más valor que para la ofensa en caliente.

Anduvo por los campos de fútbol como el torero que siempre quiso ser: fajándose con el adversario, poniendo la vida en el intento, dejándose la piel en cada partido, creciéndose ante la dificultad con auténtica vergüenza torera. Echándole riñones. Y fue uno de los últimos representantes de la furia española; aquella que —en los campos de fútbol, en las plazas de toros y en todos los aspectos de la vida— tenía por bandera el pundonor, el esfuerzo, el orgullo, la dignidad y la gallardía.

Más que lecciones de fútbol —no entiendo lo suficiente del tema para hablar de ello—, la lección que Juanito impartía cada partido —y de forma particular en los más difíciles— era la del hombre que lucha y se esfuerza; que trabaja; que hace frente a la dificultad; que le echa redaños a la vida. Que se revuelve —a veces con demasiada vehemencia— contra lo que considera injusto; que busca el triunfo apasionadamente pero con limpieza, y se duele ante la derrota. Que combate sin arriar la esperanza.

Puede que no tuviera la resignación cristiana de poner la otra mejilla. Pero, por eso mismo, era un arquetipo de la forma de ser hispana, cuando los españoles no eran unas gentes agarbanzadas que se conformaban con ir viviendo mal que bien. Era un hombre capaz de entregarse completamente a la defensa de un ideal —los colores de su equipo, en su caso— sin regatear esfuerzos e ilusión. Algo inimaginable en el actual panorama, cuando los multimillonarios jugadores de fútbol no pasan de ser —pese a toda la genialidad que les quieran adjudicar— meros burócratas que despachan aburridamente su reducida jornada laboral. Algo inimaginable en una España donde las palabras pundonor, vergüenza, decoro y gallardía, han dejado de significar algo.

Con Juanito —don Juan Gómez— se nos ha marchado un retrato arquetipo del ser español. Precisamente ahora, cuando tanta falta nos hacía el ejemplo de lo que es ir por la vida con la cara por delante y echándole un par.

domingo, 1 de abril de 2012

PRIMERO DE ABRIL

Así, sin más:

Y esto es, indudablemente, memoria histórica.

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