Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 26 de enero de 2011

SOBRE EL "ESCLAVO DEL FRANQUISMO".

El mismo Público que tan contento se muestra de que nadie le compre el 40% largo de su tirada -nunca mejor dicho-, sale con otra de sus truculentas historias para rojos incultos -valga la redundancia- necios con master y cabrones con pedigrí: Ricardo Limia: "Yo fui un esclavo del franquismo", lo titula.
Y cuenta la historia de un fulano que -dice- tras estallar la guerra se escondió un año con otros milicianos por la sierra onubense -esto es: que era un prófugo-; que de allí se fue con un destacamente de mineros de Huelva a luchar en el frente pero los mataron a todos porque "fue un engaño" -si fue un engaño sería de los mismos rojos, porque los nacionales estaban en su derecho y obligación de dispararle al enemigo-; que luego fue reclutado y, como descubrieron su plan para pasarse a los rojos -deserción- lo condenaron a cadena perpétua en 1937 -vaya suerte; por ese mismo delito, en cualquier otro ejército del mundo la pena es fusilamiento-; y que se la conmutaron por trabajos forzados -o sea, lo mismo que hoy día en Estados Unidos-, donde lo mandaron a trabajar en el Canal del Bajo Guadalquivir -que ellos llaman de los presos-, en el que tuvo la suerte de no tener que cargar piedras porque era encargado de la contabilidad. Tuvo la suerte -dice- de saber leer y escribir porque había aprendido en una colonia minera controlada por los ingleses. Esto es, que no había sido la República la que le había enseñado desde su adorado 1931 en adelante.
"Los presos morían de hambre, enfermedades, palizas... No lo podéis imaginar. Como te desviaras una mijita, te castigaban. Más tarde o más temprano, caían sobre ti", recuerda Ricardo, y añade: "Pero en el campo era uno más. Dormíamos todos en los barracones, en el suelo. Me podían mirar mejor o peor según el día, pero era un preso. Era un esclavo, como todos"
Los reporterillos peripatéticos no se lo podrán maginar, como dice el fulano que se libró de cargar piedras; pero cualquiera que viviese aquellos años -hablamos de 1937 a 1942, según dice él mismo- seguro que si lo imagina. Peor aún, lo recuerda; porque el hambre y la enfermedad eran moneda común en una España en guerra, o en una España atrapada en medio de una guerra mundial. Acaso el abuelito rojo -viendo el percal de hoy- echa de menos que los presos vivieran mejor que los demás españoles; pero aquél era un Estado serio, muy poco inclinado a favorecer la delincuencia.
Por otra parte, muchos españoles no tenían en aquellos años mas que el santo suelo para dormir. Eso, los que no dormían al raso y en el frente, peligro del que este abuelito cabroncete desertó.
Total, que este individuo salió de la carcel en 1942, habiendo cumplido cinco años de una cadena perpétua conmutada a trabajos forzados, volvió a Riotinto y sacó plaza de jefe de estación -lo que demuestra la implacable persecución sufrida- de donde lo echaron por -dice- declararse culpable de los robos en los vagones que la gente hacía por hambre.
Así es que esta hermanita de la caridad, tan solidario, tras delcararse culpable de robo se fue a Sevilla donde -¡horror!- debía presentarse cada día en el cuartel. Horrorosa represalia, tras desertar, librarse de la cadena perpétua y declararse ladrón.
Y así estuvo hasta nada menos que 1963. Como si se hubiera tratado de cualquier criminal en libertad condicional de hoy día. ¡Horroroso!
Luego -afirma- montó una panadería y llegó a ser uno de los líderes del gremio en Dos Hermanas, cosa que evidencia aún más la tremenda represión sufrida.
Pero, eso sí, el abuelete cabrón afirma sin arrugarse que "Yo fui un esclavo del franquismo."
Venga, abuelete, diga ya cuanto pide y váyase a dormir la siesta.

SOBRE UN COMUNICADO SUPUESTO Y UNA PRUEBA CIERTA.

Un comunicado que me remiten por correo electrónico, pero del que hace tiempo -no se si hasta llegué a publicarlo aquí- me dijeron que era falso. El enlace que en teoría remite a la página original está roto, así es que lo transcribo con ciertas reservas.
Pero lo transcribo porque -sea cierto o no que es un comunicado de no se qué Imán- tiene más razón que un santo en cuanto proclama:
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Traducción del Comunicado Oficial del Imán HUKFHAS AL HIRAHZ.
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Debilitando a España debilitaremos a Europa.
España es el país más débil de la Unión Europea.
Los españoles son muy dados a la holgazanería y se entregan a todo vicio con prontitud.
La juventud española actual, ya sean hombres o mujeres, son débiles ante la droga y ante la fornicación.
Sus mujeres se entregan con facilidad y ellos son adictos a toda clase de vicio.
Ya ni siquiera sienten ánimos patriotas porque hasta sus militares han de ser reclutados en otros países. Ante este panorama tan propicio para nuestros fines es aconsejable insistir en su debilitamiento, bien con la droga que consumen con facilidad, bien con otros vicios denigrantes.
Un vicioso en nuestras manos es el mejor aliado. La droga ha de entrar en España todavía con mayor facilidad y ha de rebajarse de precio para que su consumo sea mayor. A mayor consumo, más debilitamiento, y a mayor debilitamiento, mayor entrega, al carecer de la fuerza necesaria para defender sus posesiones.
Hemos de penetrar en esa sociedad caduca, estéril y viciosa pero sin contaminarnos. Nuestros jóvenes no han de caer en la tentación de la hembra española fornicadora.
Hemos de controlarlos para que su moral no se vea resentida por esas viciosas mujeres tan entregadas al pecado.
Nuestros jóvenes que llegan a España han de fortalecerse todavía más ante la flaqueza moral y corporal de los españoles y sentir su orgullo de ser superiores, y nuestro control ha de ser preciso e insistente para que no caduquen.
La enfermedad moral de todo tipo que tiene sumida a esa sociedad débil española es campo propicio para nuestros intereses.
Una vez España en nuestras manos la penetración a Europa será más fácil. España no es ni más ni menos para nosotros que la puerta que se nos abrirá con facilidad.
Insistamos en despersonalizar a esa juventud viciosa y consumista dándole lo que quiere y al menor precio, cuando no regalándolo.
Esa es nuestra labor y a ella nos entregaremos con todas las fuerzas de nuestro espíritu.
¡Adelante, hermanos!
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Y esto, repito, será cierto o no que viene de un santón islámico; pero si recuerdan lo que comenté hace unas dos semanas, a propósito de cómo consideraban algunos paquistaníes afincados en Reino Unido a las mujeres inglesas -"carne fácil", en palabras del ex-minitro británico Jack Straw-, y cómo lo justificaba un señor llamado Mohammed Shafiq, director del grupo juvenil musulmán Ramadhan Foundation que afirmaba que "hay una percepción de que estos hombres jóvenes no ven a las chicas blancas como iguales o valiosas, de que consideran que no tienen la estatura moral que ven en sus propias hijas o en sus propias hermanas...", la cosa se acerca más a lo creíble.

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