Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 26 de abril de 2013

SOBRE LOS ENCIERROS.

Que, por la fecha, ya se imaginan que no son los de San Fermín, aunque -según se mire- de cuadrúpedos puede ir la cosa. Y de cornúpetas.

Se trata -indica Público, que casi llega al éxtasis- de encierros en los centros educativos de toda España en defensa de la educación pública, contra los recortes y para mostrar su rechazo al anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa.

Y en la cuchipanda se arrejuntan asociaciones de padres y madres -de padros y madros, de momento, no-; asociaciones de estudiantes, de profesores, y no sabemos si de mesas, sillas y encerados.

Y a mi, que estuve en la Universidad en la época de la Transición, y que me vi obligado a estudiar solidaridad con los compañeros del metal como asignatura básica, esto de las huelgas, los encierros, las cuchipandas y movidas, no me va a conmover lo más mínimo.

Partiendo de mi ignorancia acerca de si las razones de los huelguistas son de peso o de color –rojo-, sí puedo afirmar que alumnos y profesores harían muy requetebién en aprovechar sus encierros estudiando un poco, de forma que los maestros no confundiesen -hace poco lo comenté- escrúpulo con la puesta del sol; no pensaran que el Ebro pasa por Madrid -que ya quisiéramos, pero no-; que Albacete es provincia andaluza, y similares lindezas. Y que los estudiantes no cosecharan -año tras año- nuevas cotas de incultura en los estudios internacionales sobre el tema. Y que los padres meditaran sobre algo tan evidente como que en el colegio se da enseñanza, pero la educación hay que darla en casa.

miércoles, 24 de abril de 2013

SOBRE LA SECUENCIA DE MAS.

Siento tener que volver a ocuparme de él, pero es que es el payaso -primera acepción- de guardia, por lo visto.

Según dice El Mundo, Artur Mas, ha augurado este martes que se entrará "en una secuencia de guerra, de juego sucio" del Estado si avanza el proceso de autodeterminación de Catalunya; y ha añadido que tenemos que entender que, en toda esta batalla en la que estamos, el juego sucio lo practicarán contra nosotros, y que nosotros no lo practicaremos contra ellos, porque no sabemos.

Bien, señorito Mas: no dudo ni por un instante que ustedes, los separatistas, no tengan la menor idea de cómo actúan los Estados. Son -ustedes, los separatistas- como críos llorones, que no saben lo que quieren pero lo quieren ya. Ustedes quieren la "independencia", pero no tienen ni puñetera idea de cómo llevar un Estado, porque lo suyo son los pueblecitos. Son -ustedes, los separatistas- puramente aldeanos, con un concepto del Universo que no va más allá de su cortijo -dígolo así por la abundancia de charnegos andaluces entre su filas-, ni piensan que detrás de sus comisiones del tres por ciento -don Pascual Maragall dixit-, de sus iteuves, de sus palaus, de sus subvenciones a los amiguetes, hay mucho más que hacer en el mundo.

De la misma forma que los navegantes vascos puede que llegaran a América antes que Colón, pero nunca supieron a donde habían ido, así ustedes -los catalanistas decimonónicos- no tienen ni la menor idea de que un Estado no es sólo la ubre de la que amamantarse; al menos, un Estado serio como el que no tenemos en España desde hace casi cuatro décadas.

Porque si España tuviera un Estado serio, riguroso, legítimo y consciente de su razón de ser, ustedes -los aldeanoseparatistas, los indepenpaletos-, estarían en la cárcel. Y no por juego sucio, sino por legitimidad limpia.

No obstante su cerrazón mental para entender algo tan sencillo, sus propias palabras les delatan: secuencia de guerra, de juego sucio. Es lo único que ustedes entienden, de lo único que ustedes saben: de jugar sucio, de chantajear, de lloriquear, de victimizarse poniendo el cazo. Lo que les preocupa, es que el Estado les trate a ustedes con las mismas armas que los separatistas utilizan: el juego sucio de trampear subvenciones aquí y allá, de comprar voluntades, de amamantar a los amigos en los presupuestos, de poner la mano que recibe la mordida. Para ustedes -desgraciadamente no sólo para los aldeanos de Catalunlla- gobernar significa prevaricar, llenarse los bolsillos de cohechos, pegar el pelotazo con cargo a los idiotas que se dejan esquilar.

¿Juego sucio? ¿Más sucio que su caciquismo señoritil y espeso? ¿Más sucio que decir cada día una cosa diferente?

Sólo hay, por parte del Estado -del Estado español, que es el mío y el suyo, y bien que se aprovechan de ello- un juego sucio: el de no tener los santos riñones de hacer cumplir las leyes, que es su razón principal de existir. El juego sucio de darles a ustedes -no a los catalanes, sino a los separatistas- todos los caprichos de niñato que recurre a las palataletas como razón última de su existencia. Ese es el juego sucio del Estado para con todos los demás españoles.

Por lo demás, señorito Mas, si usted pudiera bajarse del burro aldeano -que no puede, porque lo lleva dentro- se daría cuenta de cómo los ven a ustedes, los separatistas, en el mundo. No tiene mas que asomarse a la prensa -no la pagada por sus subvenciones- para ver cómo se chotean de ustedes las gentes normales y sanas, en cuanto estén algo alejadas de la política espesa y sucia que su aldeanismo expele.

Ahí tiene el titular de La Gaceta: Vettel a un periodista de TV3: Ser catalán es como ser alemán de Baviera.

Esto se lo dijo el tricampeón del mundo cuando un periodista al que Vettel le preguntó si era español, le contestó que no, que era catalán. ¿Lo ve, señor Mas? Ustedes, los separatistas, hacen el ridículo en cuanto salen de este Estado español acomplejado y cobarde, indigno de representar a España como ustedes son indignos de representar a Cataluña. Mejor dicho, y más le vale no olvidarlo: a un tercio escaso de los censados en Cataluña.

jueves, 18 de abril de 2013

SOBRE UN COMENTARIO Y EL LIBERALISMO.

Comentario que hacía en mi entrada de ayer mi amigo ansiadalibertad, y que decía así:

* * * * *
¿El liberalismo es eso Rafael?.

Lo digo porque lo que he sabido estos últimos años del liberalismo me ha gustado casi tanto como todo lo que se dice en este blog, nacional-sindicalista.

Saludos
* * * * *

El liberalismo es el padre de esta democracia, o lo que sea. Es mucho mas antiguo de lo que se pudiera pensar, viendo como presumen de modernos sus seguidores. Viene, ni más ni menos, del abuelito Rousseau, que dio armas dialécticas a la Revolución americana cuando la Independencia de Inglaterra, y al poco tiempo a la Revolución francesa

Y la base filosófica es esa que decía: se supone que hay una soberanía o voluntad nacional, y por medio del voto cada cual aventura lo que cree que desea esa entelequia. Se trata, como en las quinielas, de acertar donde poner la "X".

En la actualidad, el liberalismo consiste en decir que todo está permitido, y que no hay nada más allá de la ley que es producto de la voluntad individual. Así, si una mayoría de presuntos acertadores quinielísticos elige prescindir de las vacunas, estará bien. Si elige prescindir de los antibióticos, todos nos moriremos mucho antes y se solucionará el problema de las pensiones. Y estará bien.

Si la mayoría dice que España se trocea, estará bien, y en ello estamos. Y estará bien asesinar a los niños si la mayoría lo dice, y también estamos en ello. Y el mismo derecho tiene el Estado a defenderse que sus enemigos a atacarlo.

Los liberales de hoy podrán decir lo que quieran -es lo que hacen todos, decir lo que les viene bien en cada momento-, pero con esta base ideológica, el liberalismo es el antecedente de la corrupción -todo está bien- y del suicidio de la sociedad.



miércoles, 17 de abril de 2013

SOBRE LOS DICTADORES SOCIALISTAS.

Lo recogía ayer la prensa en general, pero tomaré la referencia de Público para que no digan. El caso es que la señora Valenciano, barandilla sociata, se ha subido a la parra por el aviso de la modificación de la ley del aborto. Como no podía ser menos, los socialistas confunden una vez más el culo con las témporas, y se entregan -con la cerrilidad propia de su especie- a tergiversar sobre lo que ni siquiera se conoce. Porque si bien es cierto que el anuncio de modificación de la ley ha coincidido con la reclamación de mayor celeridad por parte de la Conferencia Episcopal, también lo es que el portavoz pepero en el Congreso ha dicho que la nueva ley no gustará a los obispos.

En todo caso, doña Elena Valenciano toma el rábano por las hojas -por no reiterar lo del trasero y los periodos horarios- para declarar que el PP va de la mano de los obispos en este asunto, y que si así lo hace, el PSOE exigirá que se denuncie el Concordato con la Santa Sede.

Como es sabido, el sistema liberal se basa en que la mayoría tiene siempre razón sobre la minoría; es una curiosa forma de quiniela, donde cada ciudadanito votante elucubra sobre lo que querrá la entelequia llamada soberanía nacional -que en el liberalismo es algo tan feble como la supuesta suma de voluntades particulares- y se supone que los más aciertan y los menos se equivocan. Este es el dogma mayor del sistema, y negarlo es salirse de él, a la barbarie, como diagnosticó el cretino Landelino allá por la tra(ns)ición.

Pues doña Elena, tan demócrata, tan tolerante, tan socialista, debe saber que si el PP modifica la Ley del aborto de su comadre Bibiana, no es porque los obispos digan -que bien poco han dicho- o dejen de decir, sino porque era una de sus propuestas electorales y fue votada con mayoría absoluta. O sea: el tótem de la democracia liberal: los más aciertan y los sociatas hundidos se equivocan.

Si doña Elena no fuera una dictadorzuela del tres al cuarto, lo entendería así, y se la envainaría con algo de la elegancia de que carecen los de su clase.

Por lo que respecta a la declaración de la misma señora -o lo que proceda calificarla- de que modificar la ley del aborto es "volver a limitar la libertad de las mujeres", podría explicarle nuevamente a doña Elena que su libertad es suya; que si le apetece, se puede rebanar el pescuezo, o cortarse en trocitos, o destriparse, o arrancarse los miembros -y las miembras-; o quemarse con productos químicos. Pero no tiene derecho a hacérselo a otros.

Además, acaso la nueva ley de aborto gallardoniana -la que según don Alfonso Alonso, vocero populista, no gustará a los obispos; esto es: seguirá desagradando a los católicos votantes del PP- consiga que se le amplíen algo las libertades a las mujeres que se están gestando en el vientre de sus madres, hasta alcanzar una libertad tan básica como la de vivir sin ser torturadas hasta la muerte.

lunes, 15 de abril de 2013

SOBRE LO SIMBOLOS DE "CATALUNYA".

Que no es, ni por asomo, Cataluña, ya ustedes lo saben si son habituales, y si no lo son y han caído aquí por casualidad, ya se lo digo.

Catalunya es esa minoría de los habitantes de Cataluña que no tienen padre ni madre conocidos, que han surgido del fondo de la prehistoria sin tocar baranda, y que acaban de salir de las cavernas y tienen como meta los bancos suizos.

Para indocumentados que deseen poner el berrido en las nubes a propósito de esa catalogación minoritaria, les remito a mi comentario de hace unos meses sobre las elecciones regionales catalanas donde -con los datos en la mano- quedaba patente que los que votan separatismo sólo alcanzan el 31,7 % del censo. Es decir, ni siquiera un tercio con respecto al total de posibles votantes, entre los que ganó con absoluta mayoría la abstención.

Pues desde esa Catalunya -que no Cataluña- aldeana y minoritaria, el mínimo señor Mas dice -véanlo en La Gaceta- que "hay una ofensiva en marcha, y uno de estos símbolos es el president Jordi Pujol, símbolo importante por lo que ha hecho y representado, que identifica a mucha gente y que se está intentando desgastar".

Otro símbolo es -al parecer- el hijo de don Jordi llamado Oriol. El que según los jueces trincó indebidamente por la concesión de las ITV en el chiringuito autonómico familiar. Aunque el señor Mas no lo dijera, es de suponer que también son símbolos de Catalunya los que desviaron fondos para financiar a su partido coaligado, a la sombra del señor Durán.

Para ser sinceros, ahora se comprende la razón del victimismo llorón del separatismo catalán. Si esos son los símbolos que enarbolan, y esos son los ejemplos de la sociedad que quieren construir en su irracionalidad, es lógico que se sientan capitidisminuidos, acomplejados, acongojados. ¿Qué sociedad seria puede tener como símbolo a los que, o bien son ladrones, o bien son tontos que se dejan chulear?

En cuanto a la presunta "campaña española" contra "los elementos referenciales" de Catalunya -que no Cataluña- ¿de verdad creen que hace falta, no digo ya campaña, sino simple soplido, para que se caigan por los suelos esos pujoles, esos duranes, esos mases? ¿De verdad quieren que esos individuos trincones, señoritos de masía, caciques de aldehuela, sean el símbolo de su Catalunya?

Menos mal que el propio señor Mas nos lo explica: "Sé cómo funcionan estas cosas y solo persiguen introducir en la sociedad catalana la duda de la fuerza de esos símbolos".

Efectivamente; él -ellos- saben como funcionan estas cosas, y llevan casi cuatro décadas introduciendo en la sociedad catalana su aldeanismo, su catetez, y su espíritu chiquito, de comerciante avaro. Pero Cataluña está fuera de esa marea de pequeñez, y un día lo dirá claramente. Posiblemente, en la misma jeta de los símbolos de Mas.

viernes, 12 de abril de 2013

SOBRE LO NATURAL Y LO ACONGOJADO.

O, si ustedes lo prefieren, en la otra versión que ya se imaginan.

Se trata del revuelo organizado en torno a las advertencias de don Sigfrid Soria, a quien El Mundo identifica como miembro de la Ejecutiva del PP canario, del comité regional y de la Junta Directiva Nacional del partido; advertencias de soltarle dos leches -él dijo otra cosa, pero no lo repetiré aquí- a los perroflautas que se acercaran a acosarle, y de que "si algún perroflauta agrediera a alguna de mis hijas..., LE ARRANCO LA CABEZA."

Todo lo cual ha molestado profundamente a los perroflautas, a los acosadores y a los imbéciles que no saben diferenciar entre el culo y las témporas, acaso porque lo primero ya lo tienen perdido y lo segundo no saben qué es.

Ha molestado también a los espíritus sensibles -algún simpático idiota anónimo de ese estilo me ha caído por aquí en ocasiones- que a su juicio estético fían el derecho de sacudir a los demás, o de negarles la palabra. Curiosos adonis de internet que -tal vez por modestia- suelen ocultar, además del nombre, la jeta; pero que consideran que quien no tenga un rostro a su gusto puede ser vapuleado.

Así, algo tan normal como el derecho a defenderse cuando uno es atacado, tan natural como recompensar con generosidad lo que a uno le hacen, o tan legal como no quedarse con lo que no es de uno, ha sido considerado por la perroflautada como provocación, cuando no va más allá del mero aviso.

Pero lo más curioso, es la reacción del PP que, a través de un comunicado, "condena categóricamente" las manifestaciones del señor Soria, afirma que "no representan en modo alguno el pensamiento y la conducta de nuestra organización" y, por si ello fuera poco, anuncia que esas manifestaciones públicas "comportan la separación automática de Sigfrid Soria de cualquier responsabilidad orgánica en el Partido Popular y la apertura inmediata de un expediente disciplinario."

O sea, y para entendernos: que al PP le motiva lo de ser meretriz y poner el lecho, y si alguno de sus miembros -y no sabemos si miembras- tiene un acceso de gallardía, la organización lo suspende de funciones y amenaza con expulsarlo, acaso para que no de lugar a comparaciones con el acongoje general. Porque díganme ustedes si soltarle un soplamocos a quien nos agrede no es lo más natural del mundo; si decirle "aquí me tienes" a quien nos amenaza no es de mera cortesía; si darle dos collejas a quien nos violenta en nuestro derecho no es incluso ejemplo de igualdad y tolerancia a seguir.

Pues parece que, para el PP, no. Para el PP, lo adecuado es acojonarse -inveterada costumbre pepera-, acobardarse, amorcillarse en tablas y dejar que otros den la cara, lo mismo individual que colectivamente. Así, desde el Ministerio del Interior ordenan que la Policía les rodee sus sedes, no sea que los perroflautas, los desahuciados de carrera y cualquiera que pase por allí les quiera dar unos sopapos. Y esto, no me lo negarán ustedes, marca actitudes e incluso aptitudes.

Ya se que yo soy un facha, un totalitario, un intolerante y hasta, si gustan, un energúmeno. Pero no puedo dejar de comparar la docilidad y mansedumbre pepera, con lo que -allá por los años 79 y 80 del pasado siglo- sucedía cuando alguna piara de guarros, hatajo de cabritos, recua de mulos, pretendía -generalmente como fin de festejo etílico y porrero, antecedente del botellón- asaltar la Sede de Fuerza Nueva en Mejía Lequerica, de donde en varias ocasiones hubieron de salir de naja, perdiendo el culo y con el rabo entre las piernas. Los que no se lo dejaran en el camino, quiero decir.

En fin, que siempre ha habido diferencias, y hay gente con una lamentable carencia glandular.

miércoles, 10 de abril de 2013

SOBRE EL DIALOGO CON EL SEPARATISMO.

Diálogo que ayer, en el Congreso, afirmaba el señor Rajoy estar dispuesto a mantener con el señor Mas, aunque dudaba de los posibles frutos del mismo, al estar el separatista empecinado en su capricho de secesionismo. (Evidentemente, lo de separatista y capricho o digo yo; el señor Rajoy no tiene... palabras para tanto)

Lo bueno de la Historia es que, a poco que se busque, suele haber ejemplo para casi todo, y enseñanza para lo fundamental. Maestra de la vida, la definen los que saben.

Así, revisando viejos papeles, me he encontrado con un ejemplo que podría ilustrar a quien no tenga las carencias de don Mariano. El asunto es viejo de 23 años, una generación larga, pero no queda tan distante en el tiempo como para que las personas medio cultas sepan de qué se habla. Además, creo que -salvo los comunistas- todos sabemos que hasta no hace demasiado existió una Unión Soviética, y no nos pillará de sorpresa la referencia.

Por lo tanto, allá va el comentario que -en marzo de 1990- escribí en EJE para que quien lo hubiese menester tomara nota de cómo las democracias populares y avanzadas resuelven cierto tipo de problemas.

* * * * *

SOBRE EL NACIONALISMO.

No el vasco, ni el catalán, tan de moda -desgraciadamente- por culpa de la fauna política que sufrimos; sino el azerí, y ustedes disculpen si no es la forma correcta de escribirlo.

Resulta que Azerbayán y Armenia -Repúblicas Socialistas Soviéticas, para lo que gusten mandar- se lían a mamporros entre ellas por problemas en los que ni entro ni salgo; resulta que esos problemas hacen salir a la luz viejas tensiones, y acaban por traducirse en una guerra civil, con lo que Moscú envía su Ejército para poner paz. Resulta que Azerbayán amenaza con declararse independiente de la URSS si no se retira el Ejército Soviético, y que al Ejército Soviético se le hinchan los cañones y dice lo que tiene que decir cualquier ejército en una situación similar. Como consecuencia del diálogo, los barcos que bloqueaban el puerto de Bakú dejan de bloquearlo; y los nacionalistas que causaban disturbios dejan de causarlos; y los que asesinaban con intencionalidad política -eso que tanto nos suena por aquí- dejan de asesinar. Lo cual demuestra lo convincente que puede ser el Ejército Soviético, y la mejor forma de dialogar con nacionalistas, independentistas y separatistas.

Lo mas curioso del caso es que ningún medio de comunicación social ha protestado, ni ha lagrimeado siquiera un poco, ni se ha rasgado las linotipias por la represión del nacionalismo azerí. Al contrario, lo han comentado como la cosa mas normal y lógica del mundo. Lo cual establece un precedente que vale la pena recordar por si -Dios no lo quiera, pero tampoco lo evite si hace falta- otros Ejércitos tuvieran que realizar intervenciones similares ante problemas formalmente parecidos.

Porque es de suponer que los medios de comunicación aceptarían cualquier intervención militar que aplicara igual remedio a idénticas circunstancias. Caso contrario, caerían en la incongruencia que señala Orwell en el prólogo que escribió para Rebelión en la granja, varios años después de la publicación de la novela:

"De acuerdo con estos pacifistas, toda violencia debe ser condenada... Pero ¿cuando han declarado que la guerra también es censurable aunque la haga el Ejército Rojo? Aparentemente, los rusos tienen todo su derecho a defenderse, mientras nosotros, si lo hacemos, caemos en pecado mortal".

* * * * *

Bien: aquí no hemos llegado -aún- a que dos autonomías se tiren los trastos, pero mas de una vez los catalanistas se han enzarzado en insultos contra andaluces, extremeños y castellanos, charnegos al fin y al cabo. No se han metido con sus presuntas colonias valencianas, pero les han negado el agua que también racanean hacia Murcia, asunto en el que coincide Aragón. Con Vascongadas el asunto no es tan aparatoso, porque el aldeanismo batúa es tan cerrado que ni alcanza a ver tras el pirigurcito de la boina, pero en sus televisivos mapas del tiempo se apropia de Navarra como si tal cosa.

Bastará que a algún iluminado -de esos que tan profusamente crean los separatismos decimonónicos- se le vaya la mano, y podemos tener una bonita situación parecida a la comentada hace casi un cuarto de siglo.

En fin, bonito ejemplo el de aquél maravilloso paraíso del proletariado, tan querido de todos los socialistas y comunistas que no lo sufrieron en sus lomos; ejemplo que justificaría de sobra que cualquier democracia avanzada tome iguales medidas.

viernes, 5 de abril de 2013

SOBRE LA PREOCUPACION DEL GOBIERNO.

Expresada por el señor ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García Margallo, en el sentido de que -titula El Mundo- 'La imputación de la Infanta no beneficia a la marca España'.

"Lo que pido es que esto se sustancie con rapidez porque, efectivamente, beneficiar no beneficia a la Marca España", ha dicho el ministro, según entrecomilla -luego se supone que es cita textual-, el citado periódico.

Queda claro que para estos liberales capitalistas -como para los liberales socialistas- todo gira en torno a los mercados, a la publicidad, a las ventas, al marketing -y digo marketing porque si escribo mercadotecnia, que es la palabra española, ni los unos ni los otros me van a entender-; y que todo se sustancia en torno a entregar lo que sea, incluso lo más sagrado, al mejor postor.

España es, desde luego, muchas cosas; pero si hay algo que no es, precisamente, es una simple y vulgar marca. Una marca es SEAT, una marca es Iberia, una marca es CAMPSA, una marca es Telefónica; todas ellas marcas españolas, empresas españolas, propiedad de los ciudadanos españoles, que ya fueron vendidas para obtener los cuartos que los diversos gobiernitos -de uno y otro lado- han ido dilapidando en las tres últimas décadas. Acaso lo que ocurre es que ya en España no se produce nada, no se crea nada, no hacemos nada de interés comercial, y lo único que nos queda por vender sea la Patria. Pero, hombre, por lo menos que los ministros tengan el decoro de no decirlo tan claramente.

Ocurre lo mismo con el motivo de la preocupación del gobierno: la imputación de la infanta Cristina en los asuntejos de su marido. Cogemos el rábano por las hojas, pedimos peras al olmo, y confundimos las témporas con salva sea la parte que ya tienen ustedes en mente. Lo que hace daño a la reputación de España, no es que una hija del Jefe del Estado esté imputada como cooperadora necesaria -vulgo cómplice- de las estafas del señor Urdangarin; lo que hace daño a la reputación de España, es que haya tantos urdangarines, tantos bárcenas, tantos blancos, tantos griñanes, tantos pujoles, tantos méndez y tantos tochos, y todos ellos se vayan de rositas, se escuden en inmunidades, e irresponsabilidades, en leguleyismos y en leches.

Lo que hace daño a la reputación de España, es que -siendo evidente que doña Cristina de Borbón no es tonta-, se tarde meses en admitir que algo tendría que ver en los negocios de su cónyuge; lo que hace daño a la reputación de España, es que a un ministro le preocupe el procesamiento, pero no el delito.

Lo que hace daño a la reputación de España, señor García Margallo, es que un ministro de España hable de España como una marca que ponerse o quitarse, según la moda.

lunes, 1 de abril de 2013

SOBRE LA GUERRA QUE NO TERMINÓ

Hoy, 1º de Abril, se cumple casi exactamente -74 años- los tres cuartos de siglo del día en que "cautivo y desarmado el ejército rojo..." las tropas nacionales terminaron de barrer la basura que se había apoderado de España.

Realmente -y como me recuerda mi camarada Arturo- al cabo de estas décadas más bien parece que hubiera sido al revés, y lo cierto es que, como él apunta, "en el día de hoy las tropas internacionales casi han alcanzado sus últimos objetivos económicos. La independencia ha terminado."

 Somos, hoy, víctimas del capitalismo internacional en lo económico, y del marxismo internacional en lo social. Total, que estamos listos; o deberíamos estarlo, si no fuera porque en peores se ha visto nuestra madre España, y porque cualquiera sabe cuando -mañana, pasado, el otro- volverá a reír la primavera.
 
Así es que, como llamada a la esperanza -y por jorobar, a qué negarlo- aquí les ofrezco un modelo del parte de la Victoria que desconocía hasta recibirlo, y les saludo con el Cara al Sol.
 
 

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