Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 21 de septiembre de 2012

LA "RAPA DAS BESTAS" (por Arturo Robsy).

Estamos en una guerra entre la administración y el ciudadano, con presencia de usureros grandes y pequeños, de suerte que se puede arreglar la frase de las medallas del amor con este contenido: Hoy debo más que ayer pero menos que mañana.

Naturalmente esta guerra se basa en el embauque y en los medios de información, pero se puede resumir con el refrán clásico: el pez grande se come al chico, pero en tal confusión que el ciudadano acaba no sabiendo que pez lo devora. Lo que sí sabe es que cuanto sucede o parece suceder está dedicado a la alimentación codiciosa de todas las partes menos la de la ciudadanada.

Las tres administraciones del estado actual se alimentan del nuevo proletariado que se llama contribuyente y, en parte, las unas de las otras. Y aquí nos encontramos con la ambición de una autonomía, que se relame ante el ciudadano si lo ha sabido engañar antes. O sea, damos con Artur Mas que anda reclamando medidas (dineros) para crear una estructura de estado desde la Generalidad de Barcelona-Cataluña. Una administración del Estado español que trabaja a sueldo contra ese mismo estado pero, sobre todo, contra sus administrados, ya bobos, ya fanáticos, ya víctimas del asombro.

Más se ha venido a menos, con deudas que no puede pagar ni aún exprimiendo a su comunidad. Poner al zorro a guardar las gallinas siempre termina mal, claro, sobre todo si las gallinas son tuertas, porque, al margen de todos los proyectos ya confesados, Mas, el atrabiliario, ha debido calcular que, si consigue una independencia pagada por todos los españoles, los jubilados que caigan en su terruño perderán sus pensiones porque las han cotizado a "España", de la que hasta ahora es parte Cataluña, velis nolis.

Mas sabe eso bien y, ante una Cataluña Estado no dudará en decir que los pensionistas, que no han pagado a la Nueva Cataluña (todos) no son pensionistas a cargo de la hacienda de la Generalidad, que, con más razón que un santo, no pagará retiros o jubilaciones por las que no ha cobrado. A reclamar o a España o al maestro armero.

Por lo tanto, que les pague "España", y así la Nueva Cataluña independiente se ahorrará cientos de miles de millones, deuda que no tendrá más remedio que asumir lo que quede de la administración española. Lo peor, que muchísimos de esos jubilados "despedidos" por Más habrán votado sus manejos, fascinados por su baile de cobra hindú que lo que quiere es cobrar.

Bien natural es que los cotizantes actuales, presuntos catalanes en activo, perderán lo que hayan contribuido hasta la fecha de esa independencia. Otros miles de millones. Un magnífico trabajo contra el pueblo soberano al que la Cataluña Libre (si llega a existir) habrá dejado sin ningún recurso. A partir de ese Big Bang "masivo", el que Artur Mas anda prediciendo, la pobreza absoluta de los catalanes estará vigente.

No vale la pena quejarse de la estafa, que se presentará como independencia y libertad "masivas", o sea, de Mas, aunque no será más que la destrucción de una región española en beneficio de lo ignoto, bancos incluidos.

Incluso el pícaro Artur será capaz de pedir un rescate a España, porque Cataluña habrá dejado de ser Europea: Mas no toleraría poderes superiores al suyo. Ni el de la razón ni el de Dios. Que no lo importunen porque está haciendo la Historia de los tontos, o sea, la rapa das bestas.

La rapa que debe ser otro hecho diferencial.

Arturo Robsy.

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