Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 23 de enero de 2013

SOBRE EL NEANDERTAL.

Lo cuenta El País, y lo comenta mi camarada Eloy en su Trinchera, cuya lectura, una vez más, les recomiendo.

El caso es que un imbécil -esto es, alelado, escaso de razón, según nuestra madre Academia- llamado George Church, titulado genetista de la Universidad de Harvard, ha declarado estar en condiciones de clonar a un hombre de neandertal y -añade- sólo le falta encontrar a una mujer dispuesta a gestarlo.

Mi camarada Eloy hace observaciones muy bien puestas al respecto. Eloy es hombre serio, de intelecto riguroso y, aunque bienhumorado, carece de mala leche.

Quizá por ello, no ha caído en la cuenta de que este fulanito Church, lo que pretende es reproducirse a sí mismo, y no sabe cómo apañarse para encontrar concubina, salvo esta graciosa especie de la clonación neandertalense.

Porque, ahora en serio: ¿no es este proyecto la más firme prueba de que el señor Curch en un auténtico neandertal?

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