Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 16 de mayo de 2013

SOBRE MOURIÑO.

José Mouriño, entrenador del Real Madrid C.F.

Los habituales saben que raramente escribo de fútbol. Ni tengo conocimientos para sentar cátedra en este tema, ni me parece que sea una cuestión digna de romperse la cara -siquiera virtualmente- cuando tantos otros buenos motivos hay, por más que nunca haya ocultado mi madridismo y me sienta razonablemente orgulloso de los logros de mi equipo.

Por eso hoy, a un día vista de la final de la Copa, me parece el momento justo de decir un par de cositas sobre el señor Mouriño. Antes de que se juegue el partido, para que -si lo perdemos- nadie vea en ello una reacción frente a la derrota; y si lo ganamos, nadie lo tome por crítica a la marcha del citado entrenador, ya más que segura a decir de los entendidos.

Para mi, -madridista de filas, simple aficionado- el señor Mouriño le ha dado al Real Madrid más problemas que alegrías. Ha traído un estilo que no es el del Madrid; un estilo más próximo a la taberna que al señorío. Ha traído una chulería barriobajera, unos desplantes de mal perdedor, unas rabietas de niño malcriado y a veces llorón.

Lamento no coincidir en esto con mucho madridistas -alguno tan querido como mi camarada Eloy, que comentaba esto no hace mucho en su trinchera-; lamento no estar de acuerdo con las tácticas de un entrenador que -también es cierto, y no lo voy a discutir- ha hecho que el Real Madrid levantara la cabeza.

Pero los entrenadores, y los títulos pequeños, pasan. Las entidades permanecen. Y prefiero un Real Madrid con tres titulitos menos y el señorío que lo ha hecho lo que es, a un club marrullero y quejica, que no sabe perder ni -aún peor- sabe ganar.

En fin, señor Mouriño: no le ha hecho usted -en mi modesta opinión- ningún servicio al Real Madrid. Ni tiene usted el espíritu del club, ni ha sabido mantenerlo limpio de rencillas y murmuraciones, ni ha respetado una historia limpia de buen ganador y mejor perdedor.

Vaya usted, señor Mouriño, a donde guste marcharse, y váyase en paz. Aquí no necesitamos niñatos maleducados, que paguen sus berrinches con quien le desagrada a costa de menoscabar la dignidad del club y la efectividad de la plantilla.

Váyase usted, señor Mouriño, a donde le venga en gana, y a donde necesiten un payaso que encubra con sus desplantes extemporáneos sus evidentes fracasos.

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