Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 2 de diciembre de 2010

SOBRE PRIVATIZACIONES.

El día de la huelga de funcionarios -allá por junio- hecha por los liberados sindicales y tres despistados más, comenté una información de Público en la que un señor -o lo que fuese- de CCOO ó UGT afirmaba que había que hacer la huelga porque iban a privatizar la función pública, y otra liberada de CCOO ó UGT, respondía que eso era Esperanza Aguirre, que Zapatero nunca lo haría (1).
Pues, a la vista de la decisión del Gobierno de privatizar los aeropuertos de Barajas y El Prat, y casi la mitad de AENA, y un buen pellizco de las Loterías, pienso que esta señora liberada, así como sus compinches que la adoctrinaran en este tema, deberían pedir perdón por sus mentiras.
Cosa que, obviamente, espero sentado. Cómodamente.
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(1) En uno de los coches que sirvió de cobertura a la marcha (varias decenas bloquearon el carril de servicio de la Castellana) Emilia, Jesús, Eduardo y Emilio reconocían que Zapatero lo ha hecho bien en otras cuestiones, pero querían expresar "su derecho a la pataleta". "Es que van a privatizar la función pública", lamentaba Emilio. "Esa es Esperanza Aguirre, Zapatero nunca haría eso", le corrigió su tocaya.

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