Porque es el pajarito del difunto
Chávez el que permite que un gilipollas como Nicolás Maduro sea Presidente de
Venezuela.
Y no contento con ser gilipollas, con
ser un cenutrio, un zopenco, un imbécil con máster y un canalla cum laude, va
el heredero del gorila y ordena -como solía su cabronil predecesor- en una
emisión televisiva obligatoria para todas las cadenas, celebrar en Madrid,
del 1 al 3 de marzo próximos, lo que llamó Expo Venezuela, una exhibición de
“los logros sociales” del chavismo pensada para el público español con el fin
de “demoler en vivo y en directo las mentiras allá de la derecha franquista”
Los logros del gorila Chávez y del
macaco Maduro son conocidos en todo el mundo, salvo en Venezuela, donde el
pueblo vive en la miseria, con la mayor inflación del mundo confesada por el
propio Gobierno venezolano. Donde el pueblo malvive haciendo colas
interminables para poder adquirir -cuando por casualidad se encuentra- papel
higiénico, azúcar o leche; donde los periódicos ni siquiera disponen de papel;
donde las importaciones de comida -¡de comida!, en un país como Venezuela- se
pudren en los contenedores del puerto porque la administración es incapaz de
poner orden en las descargas; donde los millones de dólares del petróleo se van
en regalos a los amiguetes -fideles, evos y otros malandrines, con y sin coleta-;
en pagar a precio de oro supuestos estudios de profesorcetes antediluvianos; en
las fincas de supermegalujo para los dirigentes; en la exportación de
revoluciones chabacanas, como de matones de patio de colegio.
Y este hijoputa -que no es insulto,
señor fiscal, sino definición- se permite hablar de franquismo. Y se permite
hablar de franquismo asociándolo a la derecha, lo cual demuestra su incultura,
su necedad, su idiotez y su cortedad intelectual -sólo comparable a la de su
predecesor-, y su evidente intento de exportarnos el marxismo bananero
chavista, comprando voluntades, votos y partidos.
Sin embargo, el intento del pajarito
Maduro de identificar la derecha pepera -que no es sólo la derecha, porque no hay
partido ni periódico serio en España que no ponga a los mequetrefes chavistas
ante la realidad del su rotundo fracaso- con el franquismo, demuestra dos
cosas.
Primera, que los tópicos y los
estereotipos del marxismo -sea stalinista o castrista o chavista- siguen siendo
los mismos de hace un siglo. Pero al menos, Stalin tuvo cierta decencia al
sacar de paseo el fantasma de la madrecita Rusia -que los suyos habían
asesinado-, en tanto que Nicolasillo no es capaz de sacar a relucir mas que los
genocidas etarras que cobija y el pajarito de Chávez.
Segunda, que Franco fue
alguien tan grande, que hasta los simios extranjeros siguen viviendo
cojonudamente contra él.