Ministro de Defensa, como acaso sepa algún estudioso de la política actual, que -según Minuto Digital- podría haber advertido “la preocupación del Ejército por lo grave del desafío catalán”.
Aquí hay, evidentemente, un error de concepto, no se si achacable al señor ministro o al periódico: el desafío no es catalán, sino separatista; y no debe olvidarse, porque hacerlo es caer en un separatismo de sentido contrario.
Por lo demás, de lo que debe ser consciente -no el Ejército, sino el ministro que lo administra y el Presidente del Gobierno que lo manda- no es del "desafío", sino de la legalidad vigente y de la legitimidad histórica.
Y sobre todo, debe ser consciente de que el señor Mas se ofrece dispuesto -véase Minuto Digital- a tirar los pies por alto a cualquier precio: “El proceso hacia un estado propio no será detenido por tribunales ni constituciones”
Pues, señor Morenés, señor Rajoy, a buen entendedor con esa afirmación basta: ni tribunales ni constituciones; luego la única solución ante la que el separatismo no se engalla está clara. Y, además, es –artículo 8º- constitucional.
Me gustaría añadir lo que afirmaba el maestro Rafael García Serrano, sobre que la rapidez es una virtud que demuestra seguridad y elegancia; pero temo que ustedes, señores del Gobierno, no lo iban a entender.