Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 30 de octubre de 2012

SOBRE DIALOGO Y LEY, CON UN RAJOY AL FONDO.

Según cuenta El Mundo, don Mariano Rajoy ha asegurado que la situación actual con Cataluña se va a superar desde el diálogo y la Ley, que es donde están, dijo, los demócratas, la gente sensata y con sentido común.

Con estas palabras, el señor Rajoy habrá satisfecho a los quiero y no puedo, los tibios y los cobardes de su partido. Habrá extasiado de puro gozo a los flojeras, a los de tripa suelta, a los tontos cum laude y a los cabrones con pintas. Habrá enloquecido de placer a los moderaditos, los acomodaticios, los liberaloides sin gallardía y los derechistas sin vergüenza.

A mi, como soy falangista y no necesito camuflarme-, las palabras del señor Rajoy me parecen -amén de una gilipollez de las que le son tan propias- una contradicción en sus términos.

Porque -precisamente en una Democracia, en un Estado de Derecho del tipo que sea- lo que debe primar sobre cualquier consideración es el respeto a la Ley. Siendo así, ¿de qué hay que dialogar?, La Ley se cumple, y punto. Si la Ley no sirve, no es buena, no convence ni satisface, se deroga o se modifica de acuerdo con las normas que determinan el proceso. Pero mientras esté vigente, se cumple.

Y si las leyes vigentes -la Constitución, por ejemplo; que es una mierda, pero es lo que hay- determinan que las Fuerzas Armadas salvaguardarán la unidad nacional y la integridad territorial de España, no cabe diálogo. Sólo cabe -en un gesto de buena voluntad, de condescendencia, casi de pacifismo- permitir al señor Mas y sus cómplices que canten la gallina, que pidan perdón -por televisión y en directo- por su incitación a la sedición y que -si muestran arrepentimiento y buena conducta- el juez les avíe con la inhabilitación a perpetuidad para cargo público.

Cuando la Constitución dice lo que dice en su artículo 1 -la soberanía reside en el pueblo español-; en su artículo 2 -indisoluble unidad de la Nación española-; su artículo 8 -las FAS son garantes de la integridad territorial de España-; en su artículo 14 -no discriminación-; en su artículo 30 -derecho y deber de los españoles de defender a España-; en su artículo 92 -condiciones para la convocatoria de referéndum-; en el Capítulo 1º del Título VIII -organización territorial del Estado-; artículo 149, 1, 32 -competencia exclusiva del Estado para convocar referéndum-; y, finalmente, en su artículo 155 -meter en vereda a las autonomías que vulneren la ley-; cuando la Constitución, señor Rajoy, dice todo esto, ¿de qué quiere usted dialogar?

Cuando, además, el Código Penal, -artículo 472, 5- considera delito de rebelión la declaración de independencia de una parte del territorio nacional, y condena -artículo 506- con pena de prisión de uno a tres años, y de inhabilitación para cargo público de seis a doce años a la autoridad que dictare disposiciones careciendo de atribuciones para ello, ¿qué coño tiene usted que dialogar, señor Rajoy?

SOBRE LA REPRESION DE MINTEGI.

La señora Mintegi -que digo yo que en español será Mintegui, pero bueno, así lo escribe El Mundo-, es la filoetarra de EH-Bildu que dentro de unos días gobernará, bajo la sombra protectora del PNV, en Vascongadas.

Esta señora -o lo que sea, que vaya usted a saber, aunque yo si que lo sé- se ha quejado amargamente por la detención de unos etarras en Francia, afirmando que no puede aplaudir una operación de represión y  que el Gobierno español no sabe lo que significa un proceso de paz, no tiene ni idea.

En fin, señora Mintegi: se nota que a usted se le han subido las nueces que anunciara el padre Arzallus; esas que sus compinches de ETA han conseguido sacudiendo el árbol. Porque, en primer lugar, la detención ha tenido lugar, como queda dicho, en Francia, así es que no cabe acusar al Gobierno español de nada. Quéjese usted a Francia, y verá lo que le responden, porque los franceses son gente seria en sus cosas, y siguen luchando contra el crimen organizado etarra, gracias a Dios y a que saben lo que es un Estado de Derecho, algo que en España desconocemos desde hace demasiado tiempo.

Con respecto a si el Gobierno español sabe lo que significa un proceso de paz, déjeme recordarle -o no me deje, que me da lo mismo- que la criminal detenida controlaba armas y explosivos, según informa El País.

¿No le parece que quien no sabe lo que es un proceso de paz es quien tiene en el armario armamento y explosivos, señora Mintegui?
 

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