Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 4 de marzo de 2010

SOBRE UN ANÓNIMO ILETRADO.

Anónimo, porque así figura su comentario; iletrado, porque al parecer no es capaz de algo tan sencillo como leer lo que escribo antes de dejar sus chorradas.
El comentario en cuestión del anónimo necio -mirate los enlaces si no entiendes el español, majete- dice así:
***
Anónimo dijo...
Efectivamente, la bandera es la española, pero creo que debes preguntarte si el escudo está en consonancia con la Constitución.
4 de marzo de 2010 16:10

***

El comentario lo hace en la entrada correspondiente a mi declaración de principios y presentación, y el pobre ignorante se ha quedado en la frase en que digo que "la Bandera del encabezado es la Bandera de España". No ha sido capaz de seguir leyendo la segunda mitad del párrafo, donde se explica que es "la Bandera constitucional de España, tal y como la define el artículo 4º de la Constitución."
Y menos aún se ha molestado en seguir el enlace a ese citado artículo 4º de la Constitución, que le hubiera hecho saber que "la bandera de España está formada por tres franjas horizontales, roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas", y le hubiera permitido ver la fotografía de la edición príncipe de la Constitución, bajo ese mismo escudo que, en opinión del anónimo analfabeto, no está en consonancia con la Constitución.
Este escudo -que no es de Franco, gilipollas, sino de los Reyes Católicos- puedes decir que es alegal; esto es: que no está recogido en la Ley de Banderas de primeros de los 80; pero nadie puede decir que sea ilegal -porque no hay ley que lo prohíba- y menos aún que sea anticonstitucional.
¿Entendido, iletrado y necio anónimo?

SOBRE LA PRIMERA CAUSA DE MUERTE.

Que -dentro de las no naturales- ya no es la de los accidentes de tráfico, sino el suicidio.
Debemos congratularnos de que cada vez menos personas pierdan la vida en carretera, desde luego. Habrá que esperar, no obstante, a que tantos millones de parados vuelvan a poder usar coche para echar definitivamente las campanas al vuelo.
Pero lo que nos debe llamar la atención, es que la mayor causa de muerte no natural sea el suicidio. Y que quien corresponda piense qué mierda de sociedad estamos haciendo -hemos hecho- para que el deseo consciente y voluntario -o provocado por las enormes cantidades de tóxicos físicos y morales- lleve a más gente a la muerte que la fuerza bruta de lo imprevisible.

Publicidad: