O, por mejor decir, la mala educación que ofrece el Gobierno
a los pobres niños que, cuando salgan del cascarón aldeano, se encontrarán un
mundo que en nada se parece a los cuentos de abuelos cebolleta que les han
contado.
Todo esto -dicho, evidentemente, de
otra forma, pero con el mismo fondo- lo dice un sindicato de profesores de la
región catalana, y la noticia la cuenta El Mundo, en la página
16:
Un informe del sindicato catalán de
profesores AMES ha comparado los manuales de Ciencias Sociales de 5º y 6º de
Primaria de las siete principales editoriales que distribuyen en Cataluña. La
conclusión es que en los textos que manejan los alumnos de entre 10 y 12 años
hay «planteamientos ideológicos partidistas» y
«tendenciosos».
Ahí, en la captura de
pantalla, tienen ustedes el resumen del adoctrinamiento
ideológico. Pueden pulsar sobre la foto para verla a mayor tamaño.
Pero, no obstante, lo más
llamativo -al menos para mí- es que el señor ministro Méndez de Vigo, afirme que
no puede hacer nada:
«La función que tiene
el Ministerio de Educación es una función subsidiaria, corresponde a las
comunidades velar por ese rigor y al Ministerio de Educación velar por que las
comunidades cumplan con ese rigor».
Bien; parece evidente que el Ministerio del señor Méndez de Vigo
no está velando para que las comunidades cumplan sus funciones. Pero, en todo
caso, si el Ministerio de Educación no puede hacerse obedecer para que no se
enseñen falsedades, porque la competencia está transferida, ¿no piensa el señor
ministro que su obligación es recuperar las competencias?
¿O es que el señor Méndez de Vigo es un incompetente y no quiere
dejar de serlo?
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