Este graciosísimo Plural, se pregunta de la pluma de su propio director, un fulano llamado Enric Sopena -más Enric Daspena que nunca-, si puede ser beatificado quien mantuvo fluidas y muy cordiales relaciones con la dictadura chilena.
Es increíble la fruición con que estos rojo-pijo-progres siguen a la Iglesia; con qué enorme dedicación se afanan en hacérnosla presente a todos -sobre todo a los suyos, porque de los católicos sólo algunos, como yo, lo leemos para documentarnos-; con que grandísimo celo siguen cada noticia religiosa o eclesiástica. Debe ser un vestigio aún no enrojecido del antiguo opusdeista, que acaso no medró como pretendía.
Pero, señor Depena, Juan Pablo II visitó muchos países; y entre ellos, no sólo lo que usted -en su atavismo estalinista-, llama dictaduras, como Chile -que no lo sería tanto cuando el General don Augusto Pinochet se fue tranquilamente dándole paso a la basura que había barrido-, y aquí tiene una foto mejor que la que saca en su periódico para demostrarlo. También visitó a lo que usted -en su necedad supina- no llama dictaduras, pero lo son para todo el mundo con dos neuronas normales: Cuba, la URSS, incluso la España de Zapatero. Y ahí tiene usted también las fotos que lo demuestran.
Juan Pablo II era tan tolerante, que no tuvo empacho en reunirse con tiranos -Fidel Castro, Gorbachov, Zapatero-, con asesinos -el propio Alí Agca que intentó matarlo-, y con imbéciles, y exímame de darle nombres, que la libertad de expresión en España no anda muy sobrada.
¿Qué mejor, para un pastor de almas, que acercarse al descarriado?
1 comentario:
Hasta con él se habría reunido, "fíjate si era buena persona" que dirían en aquel telebasura
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