Dicho sea de don José Blanco, que se mostró de acuerdo con el fracasado empresario Díaz Ferrán en cobrar a los usuarios de infraestructuras y en subir el precio de los transportes, diciendo -según Minuto Digital- que “en materia de infraestructuras nada es gratis y, o contribuyen a financiar su construcción y conservación en mayor medida quienes las usan o al final las pagamos todos”.
Hombre, señor Blanco, las infraestructuras públicas ya las hemos pagado entre todos, lo mismo que su sueldo de Ministro encargado de hacerlas y conservarlas. Si quiere usted hacer las autovías y las carreteras de peaje, ¿para qué queremos un Ministerio de Fomento con un presupuesto tan abultado?
Además, piense usted -bueno, si puede- que no todo el uso de infraestructuras es directo. Se lo explico: yo no suelo ir a Valladolid, pero la leche que consume mi familia asegura estar producida en esa provincia. El arroz que consumo no se de donde viene, pero seguro que no de Madrid capital; y lo mismo digo de las patatas, las zanahorias, el azúcar, la sal -lo siento, señora Jiménez, pero consumo ambas cosas, ya puede usted decirle a mi médico que no me atienda, si gusta-; y tampoco suelo viajar a los lugares típicamente productores de esos alimentos. Pero ya se ve que, si usted cobra por usar las carreteras a los camiones que los transportan, me va a repercutir.
Otra cosa es el AVE, que dice el señor Díaz Ferrán, su aliado, que resulta carísimo de construir y mantener, y que no cubre gastos. Pues oiga, don José, ¿para qué coño hacer tantas líneas de AVE, si no se usan lo suficiente para que merezca la pena? ¿para fardar a costa del contribuyente?
Porque usted -al parecer asesorado por ese ejemplar empresario que lleva arruinadas varias empresas-, lo que quiere es que entre todos le paguemos un negocio para su Ministerio, que cobrará por el uso de lo que nosotros hemos pagado.
Para eso -esto es, para que el contribuyente pague la construcción y luego el Gobierno gestione nuestra inversión como negocio privado-, quédese usted con ocho o diez ingenieros y otros tantos auxiliares administrativos que gestionen la concesión a las empresas privadas, y deje de gastarse nuestros cuartos.
Hombre, señor Blanco, las infraestructuras públicas ya las hemos pagado entre todos, lo mismo que su sueldo de Ministro encargado de hacerlas y conservarlas. Si quiere usted hacer las autovías y las carreteras de peaje, ¿para qué queremos un Ministerio de Fomento con un presupuesto tan abultado?
Además, piense usted -bueno, si puede- que no todo el uso de infraestructuras es directo. Se lo explico: yo no suelo ir a Valladolid, pero la leche que consume mi familia asegura estar producida en esa provincia. El arroz que consumo no se de donde viene, pero seguro que no de Madrid capital; y lo mismo digo de las patatas, las zanahorias, el azúcar, la sal -lo siento, señora Jiménez, pero consumo ambas cosas, ya puede usted decirle a mi médico que no me atienda, si gusta-; y tampoco suelo viajar a los lugares típicamente productores de esos alimentos. Pero ya se ve que, si usted cobra por usar las carreteras a los camiones que los transportan, me va a repercutir.
Otra cosa es el AVE, que dice el señor Díaz Ferrán, su aliado, que resulta carísimo de construir y mantener, y que no cubre gastos. Pues oiga, don José, ¿para qué coño hacer tantas líneas de AVE, si no se usan lo suficiente para que merezca la pena? ¿para fardar a costa del contribuyente?
Porque usted -al parecer asesorado por ese ejemplar empresario que lleva arruinadas varias empresas-, lo que quiere es que entre todos le paguemos un negocio para su Ministerio, que cobrará por el uso de lo que nosotros hemos pagado.
Para eso -esto es, para que el contribuyente pague la construcción y luego el Gobierno gestione nuestra inversión como negocio privado-, quédese usted con ocho o diez ingenieros y otros tantos auxiliares administrativos que gestionen la concesión a las empresas privadas, y deje de gastarse nuestros cuartos.
1 comentario:
No te enteras, Rafael. No te enteras. EL dinero público NO ES DE NADIEEEEE!
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