Hay gentes que no aprenden en cabeza ajena. Suelen ser los
más necios -en la primera acepción de la palabra según el diccionario, aunque
sin descartar las segunda y tercera-, los más tontos -en casi todas las
acepciones-, y los más desesperados.
También
hay gentes que no aprenden en cabeza propia, y siguen dándose golpes contra una
piedra, en la confianza de que el pedrusco se partirá antes que su
cráneo.
Hay, también, gentes que aún
conociendo lo inútil de sus pretensiones, machacan con una mano sobre hierro
frío para evitar que los palurdos que los contemplan noten que, con la otra
mano, les están aligerando la cartera.
Y hay,
finalmente, gentes que, por mucho que se les advierta de que el camino que
siguen sólo conduce a un precipicio, y es sólo de ida, continúan caminando hasta
llegar al borde. Un borde donde se detendrán y dejarán que sus seguidores
avancen hasta caer al fondo.
Todo este
preámbulo -largo, si que necesario- viene a cuento de la próxima guerra civil
catalana.
Ya estoy viendo a los catalanistas
echándose las manos a la cabeza, con lo demócratas y tolerantes que son ellos,
faltaría más; ya estoy oyéndome llamar de todo, particularmente fascista,
que es cosa que a ellos les debe parecer muy gorda, aunque no tienen ni puta
idea de lo que es.
Pero esperen; tómense la
molestia de leer lo que sigue:
El director de los
Mossos deja el cargo a 75 días para el referéndum:
“La policía no es de nadie, es de todos. No es de un partido ni de
un gobierno”, defendió el día de su toma de posesión Albert
Batlle.
Los mossos exigen quedar “al margen” de
la tensión política.
Pascal dice que “los
soldados del PDeCAT” están dispuestos a todo en defensa del
referéndum
Marta Pascal,
coordinadora del PDeCAT, ha asegurado este mediodía que todos los "soldados" del
PDeCAT están dispuestos a hacer "lo que haga falta" desde el punto de vista de
la responsabilidad y de compromiso con el referéndum del 1 de
octubre.
El exdirector
general de Seguridad Ciudadana de la Generalidad, Miquel Sellarès, ha pedido que
se impartan cursos a los Mossos de Esquadra para que "estén preparados para
asumir la seguridad nacional" de Cataluña el "día después" de la proclamación de
la ruptura.
O sea, que son ellos los que
hablan de soldados y de ejércitos. Y resulta que los políticos
separatistas catalanes quieren que sus mozos de escuadra sean el ejército de su
presunta Catalunlla independiente, porque hay que ver todos estos pacifistas,
tolerantes, demócratas y otras malas hierbas, cómo se pirran por jugar a los
soldaditos en cuanto su estupidez les hace pensar que llevan las de
ganar.
Pero su ejército les sale
respondón -inevitable cuando una fuerza armada se siente mal dirigida, mal
mandada, mal comprendida, mal empleada- y advierte que ellos no son "de un
partido ni de un gobierno", y que les dejen “al margen” de la tensión
política.
Es decir: que si se emperran, lo
más probable es que se líen a bofetadas entre los separatistas y los mozos de
escuadra, con participación de toda esa purrela de anarcoseparatistas, de
gorrinocatalanistas, de guarrokupas y demás fauna asilvestrada al calor de los
aldeanos de barretina calada hasta la mandíbula.
Y todo ello -según los altos mandatarios europeos- fuera
de la UE, cosa que los cavernícolas separatistas siguen negando porque en
ello les van años de cárcel por fraude, por estafa, por malversación de fondos,
y por esos ahorrillos en Andorra o Suiza o...
Todo lo cual no traigo a colación por casualidad en este día 18 de
Julio, como podrán imaginarse, de la misma forma que esa sentencia joseantoniana
que figura justamente bajo la cabecera tampoco es casualidad.
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