Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 15 de septiembre de 2011

SOBRE UN CURITA IMBECIL.

Y siento mucho si alguien se siente ofendido, pero mi catolicismo confeso no me obliga a comulgar con ruedas de molino, sobre todo cuando el curita en cuestión es evidentemente necio, es decir, ignorante, desconocedor de lo que debería saber.

El curita imbécil se llama Germà Prats, y se niega a decir Misa en castellano -esto es, español- porque, señala, se atiene a lo establecido en el "Concilio Provincial Tarraconense del año 1995".

Y todavía sigue el capullo diciendo -véase Minuto Digital- que no tiene ningún problema en dar la misa en castellano o italiano, pero que lo seguirá haciendo en catalán “como han hecho mis predecesores desde hace 400 años exceptuando los años del franquismo”.

Ahora viene -salvo para los meapilas, que no habrán llegado hasta aquí- la explicación de por qué le llamo necio, idiota, imbécil, capullo y -además- mentiroso y sinvergüenza al curita de marras: porque sus predecesores -exceptuando precisamente unos años del franquismo, los posteriores al Concilio Vaticano II- no han dicho nunca Misa en catalán, sino en latín, cosa que hasta los que no frecuentamos la iglesia -precisamente porque estos curas de mierda no son separados de su Ministerio- sabemos.

¡Gilipollas!

2 comentarios:

Tío Chinto de Couzadoiro dijo...

Me uno a lo que parecen insultos, sin serlo; quiero decir, que, llamándole necio, idiota, imbécil o capullo, lo que haces es transmitir información precisa del cura.
Saludos.

Anónimo dijo...

Si es cura y tiene todos esos adjetivos, con más razón habrá que decirlo.

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