Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 15 de septiembre de 2011

SOBRE UN COMENTARIO A LO DE AYER.

Comentario a propósito de mi entrada respecto a la encuesta sobre la inmersión lingüística, que transcribo, pues me parece sumamente interesante:

***

De Melk dijo...

Don Rafael, discrepo.

La cosa no está que arde. Simplemente hay un ruido mediático que tergiversa el fenómeno independentista y subraya su faceta más impresentable. Tiene Ud. que saber que existe un independentismo transversal, tranquilo y democrático que no quema nada y que entiende que las cosas se consiguen por vía dialogada y a partir de amplios consensos, pero este no sale en ciertos medios puesto que no ofrece ningún rédito electoral a los partidos que sacan una tajada nada despreciable de votos a base de asustar a la ciudadanía española con el fantasma del independentismo. Fíjese que ese "fantasma" cobra protagonismo cuando se acercan elecciones.

De todas formas no se preocupe: la mejor encuesta son las urnas, y las urnas siempre han dado un resultado más bien pobre al independentimo.

Y añado para terminar que el independentismo no es un mal en si mismo y que obedece a sentimientos identitarios legítimos y que muchas veces son incentivados por la sensación que tienen algunos que España no siempre es una madre acogedora para sus hijos no castellanos.

En fin, es el eterno debate.

Reciba un saludo,

De Melk

***

Acaso no me he expresado bien, señor De Melk; con eso de que "la cosa está que arde" me refería a la quema de banderas separatistas catalanas en Aragón, Valencia y Baleares, amén de la habitual quema de Banderas españolas ante la pasividad -prevaricación- de las autoridades.

Como puede usted ver por los enlaces de referencia a las noticias que comento, suelo leer varios periódicos y de todas las tendencias. Evidentemente, hay cosas que nunca van a salir en ningún periódico de los afincados en el Sistema, sean procomunistas, prosocialistas o propeperos. Por ejemplo, esa noticia de los grupos que reniegan del imperialismo separatista catalán hacia Valencia, Aragón y Baleares.

Según usted lo plantea, los alardes separatistas se difunden más en época electoral para beneficiar a partidos que obtienen rendimiento en votos de asustar a la ciudadanía española. Esto nos llevaría a pensar que la prensa -de toda tendencia, puesto que toda ella lo refiere- quiere beneficiar al PP, único partido "grande" que -cuando menos de boquilla; llegado el caso habría que verlo, como ocurrió con Aznar- difiere de las posturas separatistas. Sinceramente, me cuesta mucho creer que El País, o Público, jueguen a favor del PP.

Este planteamiento, igualmente, nos llevará en último extremo a pensar que los separatistas catalanes tienen esta actitud permanentemente, pero sólo sale en prensa en época electoral; y que los referidos separatistas pretenden, pues, de contínuo, beneficiar con sus actos al PP.

Acepto, por supuesto, que la mejor encuesta es la de las urnas. No estoy de acuerdo con el sistema, pero lo admito por existente. De ello se desprende que la mayoría de los ciudadanos residentes en Cataluña y con derecho a voto, son partidarios del independentismo de CiU que no me parece nada tranquilo ni democrático; y en segundo lugar, del independentismo socialista, aún menos tranquilo y democrático. El de ERC creo que no necesita comentario.

En cuanto a la sensación de que España no siempre es madre acogedora para los no castellanos, lo puedo admitir como sensación, no como realidad. Para quien padece manía persecutoria, la sensación de ser perseguido es evidente, aunque en la realidad nadie le persiga. Pero no deja de ser -por muy real que al enfermo le parezca- una patología.

Cataluña podría haberse sentido perseguida en el siglo XVIII, tras la victoria de Felipe V en la Guerra de Sucesión. Pero el separatismo catalán no es de ese tiempo, sino muy posterior. Precisamente de la época en que Cataluña fue beneficiada con respecto a las demás regiones españolas.

En todo caso, y haciendo tabla rasa de la Historia anterior a 1978, se hace extraño que esa sensación de que España no es madre acogedora se mantenga, alimente y exacerbe ahora, precisamente cuando la autonomía catalana ha recibido todo lo que ha pedido. Con más o menos reticencias, pero todo lo que permite la Ley. A veces, incluso más.

Por último, a mi me parece legítimo ese sentimiento identitario en cuanto tenga de cariño hacia lo que se considera propio; en lo que tenga de gusto por exaltar lo más próximo. Todos los pueblos, provincias y regiones se consideran mejores que los vecinos, consideran mejores sus tradiciones, sienten particular cariño hacia su terruño propio. Pero ese sentimiento no me parece legítimo cuando se lleva al extremo de querer romper una unidad superior; algo que tiene existencia propia, más allá de la suma de sus partes.

Una nación, una Patria, no es una herencia que repartir entre los hijos. Ese concepto feudal tenían los antiguos reyes medievales, y así se vió España empantanada ocho siglos en una Reconquista que, de no haberse dividido y subdividido aquellos reinos, tal vez se hubiera acelerado mucho. Una Patria es algo que nos trasciende, y de la que somos simples custodios en este momento determinado, con la ineludible obligación de entregarla sin mengua a quienes nos sucedan.

Un saludo.




1 comentario:

De Melk dijo...

Don Rafael,

Ante todo gracias por responder tan generosamente a mi comentario.

Su análisis, razonado desde los principios de los cuales usted parte, le permiten llegar a resultados de argumentación coherente. Pese a esto, soy de la opinión que algunos de esos puntos de los que usted parte son cuestionables, discutibles, aunque del todo susceptibles de ser defendidos en plena libertad.
Yo respeto su concepción de Nación o Patria, pero en mi caso no son términos con demasiado sentido. Y no me refiero a la supuesta patria o nación española. He discutido con muchos independentistas de la Nación Catalana justamente diciéndoles lo mismo. Para mi las Patrias como unidades sacrosantas, como entidades en si mismas, como ideas puras del tipo platónico o metafísico, no tienen ningún interés. Por supuesto, insisto, estamos hablando de posturas respetables y legítimas, y no tiene mucho sentido que nos las discutamos aquí.
Lo que sí me permito es decirle que se equivoca en una apreciación: CiU no es independentista. A veces lo parece para seducir a su cuota de mercado electoral independentista. También, fíjese, a la hora de la verdad, no hablan abiertamente de independencia, sino que usan términos eufemísticos: soberanismo, derecho a decidir... y eso cuano Duran Lleida no se declara directamente partidario del unionismo con España (aquí, en Cataluña, eso se lo hemos oído). Y todo por no alarmar a su cuota de mercado electoral no independentista pero sí conservadora y moderadamente catalanista (autonomista, vaya). Tampoco es cierto que el partido socialista en Cataluña (PSC-PSOE) sea independentista. Nada más lejos de la realidad. Ya le digo yo que si CIU y PSC fueran independentistas el Parlamento Catalán ya hubiese proclamado unilateralmente la independencia hace tiempo. Las únicas formaciones que se declaran abiertamente independentistas son ERC (minoritaria) y un par o tres de formaciones residuales: la formación de Laporta (S.I.) y la de Joan Carretero (Reagrupament), ambas escisiones de ERC. Vea usted si está mal el independentismo político en Cataluña.

Sin ánimo de discutir, como usted sabe. Yo entro a leerle por entrar en contacto con otros puntos de vista, y si cabe intercambiar unos comentarios de modo cordial.

Un saludo.

De Melk

Publicidad: