O el lenguajo no sexisto, que la Junta de Andalucía -o el Junto de Andalucío- quiere imponer por ley a los establecimientos turísticos -establecimientas turísticas-, en todas sus actividades -y actividados-: publicidad, anuncios, documentación, correspondencia, facturas y hasta listas de precios. (O anuncias, documentaciona, correspondencia, facturos y listos de precias).
La cosa -lo cuenta El Mundo-, no le acaba de gustar a los propietarios de establecimientos turísticos, al parecer, porque -aducen- no hay normas generales y compartidas sobre qué es un lenguaje no sexista. Indudablemente, la cosa es peliaguda. Cada hotel y hotela, hostal y hostala, albergue y alberga, tendrán que anunciar habitaciones y habitacionas, duchas y duchos, cuartos de baño y cuartas de baña, desayunos y desayunas, comidas y comidos, cenas y cenos; cercanía a la playa o cercanío al playo; minigolf o -en fin, ustedes dispensen- minigolfa.
Lo mismo que los chiringuitos y chiringuitas playeros y playeras tendrán que anunciar paella y paello; sardinas y sardinos, boquerones y boqueronas, tinto y tinta de verano y verana, postres y postras, café y cafesa, copa y copo; jamón y jamona, melón y melona...
Y lo peor vendrá a la hora de presentar la cuenta, no vayan a salir los señores, señoras, señoros clientes, clientas, clientos, con el cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario