Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 4 de febrero de 2011

SOBRE UNA PROPUESTA ACASO RAZONABLE.

Propuesta que me llega por correo electrónico a través de mi camarada Lobo_Ibero, y que tiene su miajita de guasa:

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¿Porque no?
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Los españoles deberíamos convocar un referéndum para darle la independencia a Cataluña. Seguro que prosperaría, y el resultado sería algo así:
Cataluña se convertiría en un Estado independiente, como es hoy Túnez o Marruecos. No pertenecería a La Unión Europea , ya que, para ello, tendría que solicitar formalmente su adhesión y cumplir con los requisitos previos; esto podría durar años. Además, España tendría que dar el visto bueno para su entrada, y, podría oponerse durante más años todavía. Tendría su moneda propia que podría ser el “catalino”, por poner un ejemplo.
Estarían separados de España y de Francia por una frontera bien definida, controlada por Aduanas, o por los antiguos fielatos, donde tendrían que pagarnos los correspondientes aranceles.
Como no pertenecerían a la Unión Europea para conseguir cualquier mejora en sus relaciones con Europa tendrían que obtener el apoyo de España. Su moneda tendría un cambio flexible con el euro y probablemente se devaluaría con lo que, para evitar una inflación importada, tendrían que trabajar más que ahora, pagar más impuestos que ahora y ser más pobres que ahora.
Los españoles allí residentes tendríamos pocas diferencias con el trato discriminatorio que recibimos hoy. Al estar en un país extranjero tendríamos que educar a nuestros hijos, como ocurre hoy, en catalán. Y si quisiéramos montar negocios, como ocurre hoy, tendríamos que hacerlo en catalán, o sea, que para nosotros los españoles habría poca diferencia con lo que nos ocurre hoy. Pero su trato hacia nosotros mejoraría porque les aportaríamos nuestra divisa, los euros. Y siempre al cambio saldríamos ganando.
Para poder renovar su actual Carnet de Identidad español, los catalanes tendrían que demostrar que tienen una residencia fija en España y que pagan sus impuestos en España. Lo mismo les ocurriría con el Actual Carnet de conducir español, la tarjeta de la Seguridad Social , etc. Incluso les podríamos pedir Visado de entrada cuando quisieran hacer turismo en España.
Nosotros, el resto de los españoles, nos ahorraríamos todo el coste que hoy nos cuesta su Seguridad Social, sus pensiones, su paro, sus vacaciones, etc. Y lo mismo con lo que nos cuesta hoy mantener a los inmigrantes que ahora residen allí, que cada vez son más numerosos, sobre todo los que provienen de países árabes.
Todos los que tenemos el dinero en alguna entidad de allí, podríamos depositarlo en el Santander, o el BBVA o Caja Madrid, que al final revertiría en la empresas españolas; por no hablar de las participaciones que tiene las entidades financieras catalanas en las principales Compañías españolas, habría que obligarlas a devolver las acciones ya que, al no pertenecer a Europa, el gobierno español podría “nacionalizar” las mismas.
Nos ahorraríamos todo lo que hoy nos cuesta la cantidad de Diputados y Senadores catalanes que nos desprecian. Sus viajes en primera a Madrid, sus estancias en hoteles de lujo, sus dietas, sus vacaciones, sus sueldos millonarios de por vida, sus guardaespaldas, sus comilonas, etc. Y serían sustituidos por Diputados y Senadores españoles que trabajarían por España. Nos ahorraríamos los traductores que ellos nos exigen, cuando solo por buena educación deberían hablar en español, idioma en el que todos nos entendemos. También ahorraríamos en las “embajadas” que tienen por todo el mundo. Dejaríamos de pagar a los Mozos de Escuadra que, por si no lo sabes, no los paga la Generalidad , sino el Ministerio del Interior, como a los Policías y a los Guardias Civiles, sólo que les paga más.
Los ríos que nacen en España y luego entran en Cataluña podrían ser desviados para regar zonas secas de España, y no como ocurre ahora que hay que pedirles permiso para hacerlo así y que siempre lo deniegan. Además podríamos construir un buen pantano en el Ebro en la provincia de Zaragoza y convertir en regadío el desierto de los Monegros.
El cava se lo pueden meter por el culo, ya que tendrían que pagar impuestos a la exportación, y no olvidar que el 80% del cava catalán se vende en el resto de España. Nosotros no tendríamos inconveniente en tomar champán francés (que con los impuestos saldría por el estilo de precio) o la buena sidra asturiana , que fresquita está de muerte, y los asturianos son unos chicos muy majos que se sienten orgullosos de haber iniciado la reconquista desde Covadonga.
Si necesitaran dinero para hacer carreteras, para ampliar sus puertos y sus aeropuertos lo podrían pedir prestado a España, claro que, pagándonos los correspondientes intereses y gastos. Podrían tener su selección de fútbol, y el Barca jugaría la liga con el Nastic, el Reus y el Sabadell, así generaría buenos ingresos para futuros fichajes. Además, ganaría siempre la liga, ya que no tendría rival. Lógicamente Messi, Pujol, Busquets, Xavi, Iniesta, Valdés, Pedrito, Alves, etc. buscarían equipos más competitivos en España o Italia, pero esto, a los catalanes de pro, no les importaría mucho, lo importante sería “sus señas de identidad”.
Pero por encima de todo, los españoles, nos liberaríamos de una buena cantidad de gente que nos desprecia, de políticos que solo piensan en su tierra, y de un montón de gente que nos usa según lo que les conviene y que muchas veces lo hacen con el dinero de los impuestos que pagamos el resto de los españoles.
Será divertido verles allí macerándose en catalanismo. Y cómo, mirándose unos a otros, descubrirán con asombro lo pequeños que son al no pertenecer a España.
Cataluña tendría entonces la dimensión que le corresponde. La de un País de paletos provincianos.
ENVIALO COÑO, VALE LA PENA

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Bien: quien me conoce sabe que yo jamás diría esto. Para empezar, siempre hago la distinción que en justicia corresponde entre Cataluña y Catalunya, que según para quien puede parecer lo mismo, pero que no lo es; de igual forma que tampoco es lo mismo ser catalán que catalá -o català, que uno sólo es capaz de maltratar con cierto decoro el español-, y en una simple letra va un mundo.
Esta propuesta nunca la podría haber escrito un Nacionalsindicalista, ni siquiera un español sin filiación pero con sentido común. No lo podría haber escrito, porque para nosotros está claro que España es una Unidad de Destino en la Universal -unidad de Misión, si se prefiere la definición de Julio Ruíz de Alda-, y en ella es Cataluña parte fundamental, como cada región, provincia, pueblo y rincón de la Patria común.
Hechas estas precisiones, traigo aquí la propuesta porque es indudable que tiene su intríngulis y que -aunque no nos guste que las cosas sean así- tiene mucha razón en todo menos la premisa inicial del separatismo. Y en que -desgraciadamente- demuestra cómo piensan muchos hoy día, incluso -que es lo peor- sin mala fé; sin darse cuenta de que esto es la otra cara del mismo separatismo.
Y porque ya, en algún momento de mayor irritación que la habitual, he dicho que me lo voy a pasar teta viendo cómo se las apañan cuando consigan la independencia -que si Dios no lo remedia la conseguirán cualquier día-, y cómo me voy a desjarretar de risa cuando los aldeanoseparatistas vuelvan con el rabo entre las patas, al cabo de pocos meses, pidiendo un centralismito por el amor de los Reyes Católicos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hmmmmmm

El texto presupone demasiadas cosas. Por ejemplo, que a una Cataluña independiente le costaría reintegrarse en la UE (¿Eslovaquia, recuerdan?), o que a un país europeo occidental le va mejor dentro que fuera de la eurozona (¿Suiza?), o que ser pequeño es peor que ser grande (¿se vive mal en Andorra, en Liechstenstein, en Dubai?), o que los españoles iban a boicotear a los catalanes, o que los catalanes iban a ser amables con los españoles en su suelo (muy, muy improbable, con todo el furor nacionalista desatado y oficializado).
La moneda, por cierto, podría ser la peseta, que para algo es una palabra catalana (piececita), y al no tener que esperar a lo que les convenga a los alemanes para introducir una medida de política monetaria, podrían adaptarla a sus condiciones económicas.
No soy catalán, ni nacionalista. Pero este razonamiento me parece pobre y, ya digo, fiado de demasiadas hipótesis muy cuestionables

Anónimo dijo...

El trigo estaría más barato si no lo comiera tanto vago

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