Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 14 de septiembre de 2010

SOBRE UN ARTICULO DE CRUZADA HISPANICA.

Artículo que publica la referida web Cruzada Hispánica y que, como me llega con solicitud de difusión, procedo a copiar:

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Aún siendo insignificante

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Dejar de engrosar las escuálidas filas de una opción patriota, no siempre es entendido como un acto de coherencia con uno mismo y por ende con sus ideas.
Viene observándose como una falta de valentía, señal de vagancia evidente o cambio de chaqueta / síntoma inequívoco de haberse convertido en un nuevo mercenario, vaya usted a saber por qué.
Es igual lo que uno haya demostrado, es igual lo que uno haya trabajado, lo mucho que haya expuesto en lo personal o lo nada que uno haya cobrado ni pretenda cobrar en lo económico, por luchar por sus ideas.
Por muy insignificante que se haya sido dentro de un partido patriota, si uno no es autista, se relaciona con sus compañeros de fatigas, con los que considera camaradas hasta que se demuestre lo contrario.
En mi caso, no sólo ha sido así incluso con los que en mis filas no se ha considerado “camaradas” y dudo mucho que algún día se considere así. Pero esto no es sinónimo de tener que ser amigos del alma. Amistad y lucha, son dos conceptos bien diferentes.
A pesar de ello, cuando estás en las filas de esos “camaradas”, se te considera “amigo”, para cuando sales, calificarte de “enemigo” o tratarte como tal, en muchos casos.
No hace demasiado, abandoné las filas de un partido por cada vez mayores diferencias con éste, con sus directrices y por qué no decirlo, con hartazgo por su carencia de éstas en otros casos. Son muchos los que se consideraron “camaradas” y “amigos” que compartieron actividad bajo las mismas siglas, pero curiosamente, son muchos más los que nunca estuvieron en exactamente la misma trinchera, los que se han interesado por saber cuán dura ha sido la decisión de reconocerme como bien dice un Camarada: “patriota sin partido”.
De los supuestos camaradas de antaño, lo que más he escuchado ha sido el silencio, con honrosas excepciones.
Pese a ello, aún siendo insignificante en el patriotismo y sin nunca haber pretendido ser significante, es lamentable cómo pese a haber alardeado de contar con mi confianza, pese a haber debatido sobre la vida y la muerte tantas y tantas veces, a algunos les debe de parecer mucho más adecuado, hacer cábalas sobre bajo qué siglas me cobijo, que tener una conversación conmigo.
Desgraciadamente, escribo estas líneas porque seguramente, habrá quien leyéndolas, me entienda demasiado bien, porque todo esto ya lo ha vivido antes.
Vergonzoso el panorama, no por mí ni por los que han sufrido esta situación o la sufrirán, sino porque refleja que alardeamos de valores, que no sabemos qué significan: camaradería, nobleza, etc. Patético, porque nos gusta restar en lugar de sumar, desde lo menos importante en nuestra lucha, hasta lo más, dejando los cadáveres que nuestro ego alimente por el camino y en el olvido los que en esta España falsamente progresista, nos señalan como fascistas.
Rezo a Dios porque esto cambie, porque España nos necesita a todos, con nuestras coincidencias y con nuestras diferencias, subrayando las primeras y levantando un barco que está hundido y en fase de descomposición.

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
(Anónimo)
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Quien escribe esto, que prefiere permanecer en el anonimato, refleja muy bien la triste realidad en nuestro campo. También yo soy un militante sin partido, porque del primero en que estuve me echaron; del segundo me tuve que marchar por diferencias sustanciales, y el tercero se hundió por rencillas internas.
En fin: que si esto no es un llamamiento a que dejemos las tonterías a un lado y nos unamos en torno a lo principal, no se qué será.
Porque hay muchos militantes sin partido -algunos con mucho que ofrecer, otros con lo que buenamente podamos- que esperan que, los que pueden hacerlo, se pongan a trabajar en serio y de verdad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este jueves queremos hablar en el chat de "La Nación Digital" sobre la desunión patriota y los motivos. Aquí dejo el enlace para aquellos interesados en acudir a dar su opinión: http://lanaciondigital.blogspot.com/2009/09/tertulias-la-nacion.html

José Manuel (LOBO_IBERO) dijo...

La palabra, o el termino “camarada”, ocomo querais llamarlo, NO ES atributo, o copyright, de ser o no de una organizacion, ser camarada es mucho mas que eso, para mi camarada, es mucho mas que amigo, sin llegar a hacer comparaciones es tanto o mas que un hermano, dentro de una lucha, dentro de un compromiso, dentro de un juramento…

Camarada, es aquel que comparte contigo el pan y la sal, en mejores y en peores circunstancias, es aque que cubre tu espalda y tu la suya, es aquel que jamas te abandona, tengas o no razon,en el campo de batalla.

Recuerdo una anecdota, de mis años de milicia en el Ejercito, de un gran camarada y amigo que aun, a pesar de nuestros destinos, y años aun conservo.

Un dia, un compañero de Academia, le pregunto, oye, porque le llamas camarada a este?
Y el le respondio,…mira, tu seras mas rapido, mas inteligente, …pero en el campo de batalla, en las peores e inimaginables circunstancias del combate , si yo caigo, estoy convencido que el vendra a buscarme, a ayudarme, a socorrerme, aunque eso tambien le cueste la vida…eso y por eso le llamo camarada.

¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!

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