Gracias a una amable comunicante catalana me llega un artículo de un llamado Alfonso López Tena; artículo del que creo haber leído referencias en su día, y si es el que creo debe tener unos meses. Como no recuerdo haberlo leído entero antes, y me parece que no comenté nada en su día, voy a hacerlo ahora.
El artículo se titula Dependencia o independencia de Catalunya -esto es, Cataluña, dado que el artículo lo escribe en español- y como es largo no lo voy a reproducir entero. Quien guste lo puede leer en este enlace.
El señor López -entiendo que ese es su primer apellido y Tena el segundo, al no haber ni guión ni otro apellido posterior- comienza proponiendo hacer un balance de "si le conviene a Catalunya seguir en España", y afirma que "el fundamento económico de la conveniencia de pertenecer a España ha desaparecido."
Veo, señor López, que es usted un seguidor de la interpretación materialista de la Historia, de recia raigambre marxista. Esto no cuadra demasiado bien con sus apelaciones a la democracia, a la Unión Europea, y a la globalización, factores que, junto a la prosperidad, le hacen preguntarse por la conveniencia de "seguir en España".
Sobre la interpetación materialista de la Historia, me parece usted -disculpe, señor López- un tanto egoísta. Una vez que España ha colocado a su región en la UE, la ha metido en el mundo globalizado y la ha hecho próspera, quiere usted romper la baraja porque "el fundamento económico de la conveniencia de pertenecer a España ha desaparecido."
No se si usted, señor López, está casado y, caso de que lo esté, si eligió a su esposa en función de la dote que le aportara, o de las influencias que le pueda facilitar en un futuro. Pero, de ser así, imagino que debe saber que si se divorcia le costará una buena pasta y -salvo si se casó en régimen de separación de bienes- perderá usted buena parte de los mismos. Como el "matrimonio" de Cataluña con el resto de las regiones españolas ha sido siempre, claramente, un régimen de gananciales, temo que, caso de separación, Cataluña debería partir sus ganancias con las demás. Por lo tanto, la prosperidad a que alude usted se vería un tanto afectada cuando tuviera que pasar pensiones a Extremadura, Galicia, Andalucía... regiones todas ellas que tanto han contribuído con su fuerza humana -charnegos, los llaman los señoritos separatistas-, y que de tantas industrias caecen por haberlas llevado a Cataluña el Estado español.
Pero usted, señor López, se atiene estrictamente al catalanismo novecentista. Usted sabe -y si no lo sabe, yo se lo digo- que el separatismo catalán nace de las ansias de mayores ventajas económicas para los capitales repatriados tras el desastre del 98. La burguesía catalana -más bien barcelonesa- buscaba con ahínco todo eso que usted refiere en su artículo: la moneda que ponga la cara ante el mundo, los tipos de cambio favorables a los intereses de la industria catalana -aún a costa, muchas veces, de perjudicar a otras regiones-, los tipos de interés y los aranceles de importación y exportación. Todo ello, dice, ahora es competencia de Bruselas, y ya no hay "mercado español ... con el resultado inevitable de la disminución de la importancia relativa del antiguo mercado protegido".
Esto -disculpe nuevamente, señor López- es la confesión más palmaria que he leído jamás sobre el sentido puramente utilitario de los separatistas catalanes. Mientras "el Estado español" se fastidiaba comprando sus productos en vez de otros -más baratos en orígen, pero encarecidos por los aranceles-, tenía sentido seguir en España. Y esto no lo digo yo; lo dice usted: "A Catalunya la dependencia ya no le es compensada por el acceso privilegiado al mercado español, que además se ha convertido en arriesgado por ser el único en que los productos catalanes son boicoteados por el hecho de serlo (práctica del 21% de los madrileños, según ABC)."
Tiene razón en que hay madrileños -y españoles en general-, que alterados por lo que entienden como egoísmo del separatismo catalán hacen campaña contra los productos catalanes. Error que -modestia aparte- advertí hará unos treinta años, y dentro de unos días, cuando lo encuentre, copiaré aquí lo que en su día firmé en El Alcázar.
Pero su confesión acerca del acceso privilegiado al mercado español define la cuestión muy claramente: mientras haya sangre que chupar, me quedo. Muy triste concepto tiene usted de su Catalunya, que yo nunca confundiré con mi Cataluña.
Pero usted sigue: "Mal negocio es hoy España para Catalunya". Y cita la carencia de política fiscal, la desinversión pública, el boicoteo a sus productos -ya comenté el tema antes- y el rechazo a sus compradores. Porque -dice- "tampoco a la hora de comprar empresas españolas es una ventaja estar en España, pues la toma de control catalana es bloqueada".
El problema, señor López es ese precisamente: que ustedes -los separatistas, digo- quieren "tomar el control"; que ustedes -los separatistas, digo- quieren que España siga invirtiendo en esa región lo que necesitan perentoriamente otras; que ustedes -los separatistas- con su egoísmo insolidario, se hacen antipáticos al resto de los españoles que les han facilitado un buen nivel del que muchas otras regiones carecen. Porque lo que los españoles -madrileños, dice usted- desprecian no es a los catalanes, sino a los catalanistas. Que no es lo mismo, por más que ustedes -los separatistas- consideren en su egocentrismo que quienes piensan diferente -o sea, lo que en su artículo llama "unionistas"- son "próximos a los usos de la dictadura maoísta" y lanzan "acusaciones de delirio psiquiátrico (idénticas a las practicadas por la dictadura soviética)."
Sinceramente, señor López, lo que a mí me parece un delirio digno de urgente revisión por el psiquiatra de guardia, es su victimismo. El de los separatistas, digo. Me parece de auténtica dictadura soviética -maoísta, si la prefiere- la política de guerra a todo lo español que hacen ustedes, los separatistas. Me parece de la típica escuela bolchevique esa contínua perversión de la realidad histórica -que fue la que fue, y ni ustedes ni yo la vamos a cambiar ya- para adaptarla a sus intereses arancelarios.
Victimismo que le lleva, señor López, a recordar frases peligrosas de un pasado que -usted mismo lo reconoce- es irrepetible. Afirma que "dijo Azaña que para mantener España unida había que bombardear Barcelona cada cincuenta años". Si usted lo dice, señor López, será verdad que tal salvajada la pronunció el señor Azaña. No lo se, porque a mí lo que dijera el señor Azaña me suele importar bien poco, pero en su erudición confío.
Pero dígame, señor López, si no le parece -con lo bien visto que está Azaña hoy en día, que le aclaman lo mismo en el PP que en el PSOE- un tanto peligroso recodar eso, con el riesgo de que algún panegirista de tan execrable personaje tenga la intención de llevarlo a cabo. ¿O se trata, señor López, de soliviantar al personal para que alguien diga en voz alta lo mismo que usted impunemente escribe, y de esa manera pasar mejor por víctimas?
¿No es eso mismo lo que pretende -hacerse la víctima- cuando pide que alguien le explique alguna ventaja de la "dependencia" sobre la independencia, pero que lo haga sin insultar?
Pues usted, señor López, no lo sabrá; pero los habituales pueden atestiguar que mi lenguaje no suele ser tan medido y circunspecto. O sea, que sin insultar -sin siquiera definir con buenas y rotundas palabras españolas- he dicho lo que me parecen ustedes, los separatistas.
Le diré también, señor López, que da por hechas cosas que no están nada claras. ¿Se piensa usted que si la región catalana se declarase independiente, España iba a consentir que ustedes formaran parte de la UE? ¿No se le ocurre pensar que vetaría el ingreso, y que ustedes se tendrían que buscar la vida por otra parte? ¿Se piensa que su "Catalunya" iba a mantener la moneda y los tipos de interés a que alude? ¿No se da cuenta de que si su "Catalunya" -o Catalonia, como ponen es sus pancartas futboleras- se separa de España, por lógica se separa de la UE?
Pero esto es lo de menos, señor López. Mi campo no es la economía, ni la política fiscal, ni el proteccionismo arancelario. Mi campo, señor López -de lo que entiendo un poquito- es la Historia. Si usted deja su discurso economicista, de puro materialismo histórico marxista, verá que además del euro -la pela- hay más. Verá que Cataluña nunca se ha asociado -como usted parece entender- con España, sino que ha sido una de sus partes constitutivas. A través, por cierto, del Reino de Aragón.
Fíjese, señor López, lo que son las cosas: hasta esa palabra la pela, la peseta, moneda que según usted declara necesitaban los burgueses separatistas catalanes para asomarse al mundo, es de orígen catalán. Si, señor López: la tan española peseta, es catalana, para que vea.
Piense otra cosa, señor López. Usted firma su artículo como "vocal del Consejo General del Poder Judicial". Del Poder Judicial español, evidentemente. Dejando a un lado lo que esto puede tener de inconveniente, de poco agradecido, de desaire -no diré traición para que no piense que insulto- a quien le paga, podría usted preguntarse si en esa "Catalunya" independiente que usted propugna, habría sitio para usted. Porque cuando le han mandado aquí, al Madrid opresor y centralista, será porque usted no da el perfil requerido por el separatismo catalanista gobernante.
Piénselo, señor López Tena. Que lo mismo consigue lo que desea, y tiene que venirse luego al extranjero a mendigar un puestecillo por el amor de Dios.
El artículo se titula Dependencia o independencia de Catalunya -esto es, Cataluña, dado que el artículo lo escribe en español- y como es largo no lo voy a reproducir entero. Quien guste lo puede leer en este enlace.
El señor López -entiendo que ese es su primer apellido y Tena el segundo, al no haber ni guión ni otro apellido posterior- comienza proponiendo hacer un balance de "si le conviene a Catalunya seguir en España", y afirma que "el fundamento económico de la conveniencia de pertenecer a España ha desaparecido."
Veo, señor López, que es usted un seguidor de la interpretación materialista de la Historia, de recia raigambre marxista. Esto no cuadra demasiado bien con sus apelaciones a la democracia, a la Unión Europea, y a la globalización, factores que, junto a la prosperidad, le hacen preguntarse por la conveniencia de "seguir en España".
Sobre la interpetación materialista de la Historia, me parece usted -disculpe, señor López- un tanto egoísta. Una vez que España ha colocado a su región en la UE, la ha metido en el mundo globalizado y la ha hecho próspera, quiere usted romper la baraja porque "el fundamento económico de la conveniencia de pertenecer a España ha desaparecido."
No se si usted, señor López, está casado y, caso de que lo esté, si eligió a su esposa en función de la dote que le aportara, o de las influencias que le pueda facilitar en un futuro. Pero, de ser así, imagino que debe saber que si se divorcia le costará una buena pasta y -salvo si se casó en régimen de separación de bienes- perderá usted buena parte de los mismos. Como el "matrimonio" de Cataluña con el resto de las regiones españolas ha sido siempre, claramente, un régimen de gananciales, temo que, caso de separación, Cataluña debería partir sus ganancias con las demás. Por lo tanto, la prosperidad a que alude usted se vería un tanto afectada cuando tuviera que pasar pensiones a Extremadura, Galicia, Andalucía... regiones todas ellas que tanto han contribuído con su fuerza humana -charnegos, los llaman los señoritos separatistas-, y que de tantas industrias caecen por haberlas llevado a Cataluña el Estado español.
Pero usted, señor López, se atiene estrictamente al catalanismo novecentista. Usted sabe -y si no lo sabe, yo se lo digo- que el separatismo catalán nace de las ansias de mayores ventajas económicas para los capitales repatriados tras el desastre del 98. La burguesía catalana -más bien barcelonesa- buscaba con ahínco todo eso que usted refiere en su artículo: la moneda que ponga la cara ante el mundo, los tipos de cambio favorables a los intereses de la industria catalana -aún a costa, muchas veces, de perjudicar a otras regiones-, los tipos de interés y los aranceles de importación y exportación. Todo ello, dice, ahora es competencia de Bruselas, y ya no hay "mercado español ... con el resultado inevitable de la disminución de la importancia relativa del antiguo mercado protegido".
Esto -disculpe nuevamente, señor López- es la confesión más palmaria que he leído jamás sobre el sentido puramente utilitario de los separatistas catalanes. Mientras "el Estado español" se fastidiaba comprando sus productos en vez de otros -más baratos en orígen, pero encarecidos por los aranceles-, tenía sentido seguir en España. Y esto no lo digo yo; lo dice usted: "A Catalunya la dependencia ya no le es compensada por el acceso privilegiado al mercado español, que además se ha convertido en arriesgado por ser el único en que los productos catalanes son boicoteados por el hecho de serlo (práctica del 21% de los madrileños, según ABC)."
Tiene razón en que hay madrileños -y españoles en general-, que alterados por lo que entienden como egoísmo del separatismo catalán hacen campaña contra los productos catalanes. Error que -modestia aparte- advertí hará unos treinta años, y dentro de unos días, cuando lo encuentre, copiaré aquí lo que en su día firmé en El Alcázar.
Pero su confesión acerca del acceso privilegiado al mercado español define la cuestión muy claramente: mientras haya sangre que chupar, me quedo. Muy triste concepto tiene usted de su Catalunya, que yo nunca confundiré con mi Cataluña.
Pero usted sigue: "Mal negocio es hoy España para Catalunya". Y cita la carencia de política fiscal, la desinversión pública, el boicoteo a sus productos -ya comenté el tema antes- y el rechazo a sus compradores. Porque -dice- "tampoco a la hora de comprar empresas españolas es una ventaja estar en España, pues la toma de control catalana es bloqueada".
El problema, señor López es ese precisamente: que ustedes -los separatistas, digo- quieren "tomar el control"; que ustedes -los separatistas, digo- quieren que España siga invirtiendo en esa región lo que necesitan perentoriamente otras; que ustedes -los separatistas- con su egoísmo insolidario, se hacen antipáticos al resto de los españoles que les han facilitado un buen nivel del que muchas otras regiones carecen. Porque lo que los españoles -madrileños, dice usted- desprecian no es a los catalanes, sino a los catalanistas. Que no es lo mismo, por más que ustedes -los separatistas- consideren en su egocentrismo que quienes piensan diferente -o sea, lo que en su artículo llama "unionistas"- son "próximos a los usos de la dictadura maoísta" y lanzan "acusaciones de delirio psiquiátrico (idénticas a las practicadas por la dictadura soviética)."
Sinceramente, señor López, lo que a mí me parece un delirio digno de urgente revisión por el psiquiatra de guardia, es su victimismo. El de los separatistas, digo. Me parece de auténtica dictadura soviética -maoísta, si la prefiere- la política de guerra a todo lo español que hacen ustedes, los separatistas. Me parece de la típica escuela bolchevique esa contínua perversión de la realidad histórica -que fue la que fue, y ni ustedes ni yo la vamos a cambiar ya- para adaptarla a sus intereses arancelarios.
Victimismo que le lleva, señor López, a recordar frases peligrosas de un pasado que -usted mismo lo reconoce- es irrepetible. Afirma que "dijo Azaña que para mantener España unida había que bombardear Barcelona cada cincuenta años". Si usted lo dice, señor López, será verdad que tal salvajada la pronunció el señor Azaña. No lo se, porque a mí lo que dijera el señor Azaña me suele importar bien poco, pero en su erudición confío.
Pero dígame, señor López, si no le parece -con lo bien visto que está Azaña hoy en día, que le aclaman lo mismo en el PP que en el PSOE- un tanto peligroso recodar eso, con el riesgo de que algún panegirista de tan execrable personaje tenga la intención de llevarlo a cabo. ¿O se trata, señor López, de soliviantar al personal para que alguien diga en voz alta lo mismo que usted impunemente escribe, y de esa manera pasar mejor por víctimas?
¿No es eso mismo lo que pretende -hacerse la víctima- cuando pide que alguien le explique alguna ventaja de la "dependencia" sobre la independencia, pero que lo haga sin insultar?
Pues usted, señor López, no lo sabrá; pero los habituales pueden atestiguar que mi lenguaje no suele ser tan medido y circunspecto. O sea, que sin insultar -sin siquiera definir con buenas y rotundas palabras españolas- he dicho lo que me parecen ustedes, los separatistas.
Le diré también, señor López, que da por hechas cosas que no están nada claras. ¿Se piensa usted que si la región catalana se declarase independiente, España iba a consentir que ustedes formaran parte de la UE? ¿No se le ocurre pensar que vetaría el ingreso, y que ustedes se tendrían que buscar la vida por otra parte? ¿Se piensa que su "Catalunya" iba a mantener la moneda y los tipos de interés a que alude? ¿No se da cuenta de que si su "Catalunya" -o Catalonia, como ponen es sus pancartas futboleras- se separa de España, por lógica se separa de la UE?
Pero esto es lo de menos, señor López. Mi campo no es la economía, ni la política fiscal, ni el proteccionismo arancelario. Mi campo, señor López -de lo que entiendo un poquito- es la Historia. Si usted deja su discurso economicista, de puro materialismo histórico marxista, verá que además del euro -la pela- hay más. Verá que Cataluña nunca se ha asociado -como usted parece entender- con España, sino que ha sido una de sus partes constitutivas. A través, por cierto, del Reino de Aragón.
Fíjese, señor López, lo que son las cosas: hasta esa palabra la pela, la peseta, moneda que según usted declara necesitaban los burgueses separatistas catalanes para asomarse al mundo, es de orígen catalán. Si, señor López: la tan española peseta, es catalana, para que vea.
Piense otra cosa, señor López. Usted firma su artículo como "vocal del Consejo General del Poder Judicial". Del Poder Judicial español, evidentemente. Dejando a un lado lo que esto puede tener de inconveniente, de poco agradecido, de desaire -no diré traición para que no piense que insulto- a quien le paga, podría usted preguntarse si en esa "Catalunya" independiente que usted propugna, habría sitio para usted. Porque cuando le han mandado aquí, al Madrid opresor y centralista, será porque usted no da el perfil requerido por el separatismo catalanista gobernante.
Piénselo, señor López Tena. Que lo mismo consigue lo que desea, y tiene que venirse luego al extranjero a mendigar un puestecillo por el amor de Dios.
1 comentario:
"POR SUS FRUTOS CONOCERÉIS EL ÁRBOL..." "Judíos, raza de víboras, vuestro padre, es el padre de la mentira..." "Sepulcros blanqueados, hermosos y blancos por fuera y por dentro llenos de podredumbre y huesos de muuerto...." "Semejantes al perro, os acostáis sobre el Pesebre y ni coméis vosotros, ni dejáis comer al
ganado..." "¡Ay del que escandallizare a mis pequeños! ¡Más le valera no haber nacido! Harían bien atándose una rueda de molino y arrojarse al agua..." "MI REINO, NO ES DE ESTE MUNDO"...
Y no sigo, porque si EL QUE DIJO ESTO, TUVO AQUEL "FINAL HUMANO TAN COMPASIVO"... MEJOR NO DAR IDEAS A LEGULEYOS Y JUECES, QUE EN ÉPOCA DE JESÚS, HUBIESEN ACABADO LAPIDADOS EN EL BASURERO DE LA GEHENNA...
De Hijos del Diablo, LIBERANOS DÓMINE, o al manos danos Fuerza Moral y Armas para Combatirlos. AMEN.
Publicar un comentario