Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 14 de junio de 2010

SOBRE LAS PROPUESTAS DE REFORMA.

Las que -dice La Gaceta- Pepiño ha pedido al PP y a CiU, en vista de que ni los unos ni los otros están conformes con las que propone el Gobierno.
Dijo también que "estamos dispuestos a hablar, a dialogar y a acordar, pero no a perder el tiempo", y a "garantizar más contratos estables y contar con menos contratos precarios".
Lo que uno no entiende, si quieren garantizar más contratos estables y no quieren perder el tiempo, es por qué han esperado hasta hoy. O, mejor dicho, hasta pasado mañana.
Pero eso es lo de menos, porque la respuesta ya la conocemos todos. Por lo menos, todos los que no somos socialistas. Lo que me ha incitado a escribir es esa solicitud de ideas sobre la reforma laboral y cómo se debe hacer.
Y aunque ni soy del PP, y menos aún de CiU, ahí van mis propuestas:
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Por ser esencialmente personal y humano, el trabajo no puede reducirse a un concepto material de mercancía, ni ser objeto de transacción incompatible con la dignidad personal de quien lo preste. (1)
El trabajo constituye uno de los más nobles atributos de jerarquía y de honor, y es título suficiente para exigir la asistencia y tutela del Estado. (2)
La retribución del trabajo será, como mínimo, suficiente para proporcionar al trabajador y su familia una vida moral y digna. (3)
El Estado velará por la seguridad y continuidad en el trabajo. (4)
El beneficio de la empresa, atendido un justo interés del capital, se aplicará con preferencia a la formación de las reservas necesarias para su estabilidad, al perfeccionamiento de la producción y al mejoramiento de las condiciones de trabajo y vida de los trabajadores. (5)
De modo primordial se atenderá a dotar a los trabajadores ancianos de un retiro suficiente. (6)
El Estado asume la tarea de multiplicar y hacer asequibles a todos los españoles las formas de propiedad ligadas vitalmente a la persona humana: el hogar familiar, la heredad de tierra y los instrumentos o bienes de trabajo para uso cotidiano. (7)
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Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual y nacional repudia también al marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriadas por el marxismo, en el sentido de exigir su participación directa en la gran tarea del Estado nacional. (8)
El Estado nacionalsindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los hombres, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica. Reprobamos e impediremos a toda costa los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en el régimen del trabajo. (9)
La riqueza tiene como primer destino –y así lo afirmará nuestro Estado– mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos. (10)
El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas. (11)
Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos. (12)
Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso.Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales. (13)
Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás. (14)
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NOTAS:

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(1) Fuero del Trabajo, art. 1, 2
(2) Fuero del Trabajo, art. 1, 6
(3) Fuero del Trabajo, art. 3, 1
(4) Fuero del Trabajo, art. 3, 6
(5) Fuero del Trabajo, art. 8, 4
(6) Fuero del Trabajo, art. 10, 2
(7) Fuero del Trabajo, art. 12, 2
(8) Norma programática de la Falange, punto 10.
(9) Norma programática de la Falange, punto 11.
(10) Norma programática de la Falange, punto 12.
(11) Norma programática de la Falange, punto 13.
(12) Norma programática de la Falange, punto 14.
(13) Norma programática de la Falange, punto 15.
(14) Norma programática de la Falange, punto 16.

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