Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 20 de enero de 2010

SOBRE UNA PORTADA.

La de Qué! en su edición de papel de hoy, que reza textualmente: la hora de los soldados.
 
Se refiere, claro está, a los militares que intentarán poner orden en la distribución de la ayuda a Haití tras el terremoto de días pasados, y evitar el bandidaje que ya ha asomado.
 
Y uno, que duda -creo que con razonable fundamento- de que los periodistas de Qué! hayan leído a Spengler o tengan noticia de él, no puede por menos de regocijarse al ver que, aunque sea a costa de una tragedia, hasta los políticamente correctos acaban viendo la luz, y el pelotón de soldados salta a la palestra en cuanto las circusntancias aprietan.

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