Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 6 de julio de 2009

SOBRE LOS TRAJES.

El juez que instruye el asunto de la corrupción pepera en Valencia ha concluído en el auto que finaliza las diligencias previas que existen "indicios racionales de delito", según informa El Mundo.
El asunto es el famoso de los trajes y la financiación irregular, pero resulta que el tema de los cuatrocientos mil euros largos que supuestamente recibió el PP por favorecer a la empresa Orange Market, no ha sido estimado por el Tribunal.
La cosa queda, pues, en unos cuantos trajes regalados al señor Camps. Y uno piensa que si todo un Presidente de Comunidad Autónoma se pringa por unos trajes, tiene que dimitir inmediatamente.
No por cohecho, sino por gilipollas.

1 comentario:

Herrgoldmundo dijo...

No seas tan duro con el pobre Camps, que hasta el mismísimo Al Capone pringó por unas pequeñas "desaveniencias" con el fisco.

Saludos y ¡Arriba España!

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