Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 19 de julio de 2009

SOBRE LA DESGRACIA.

La ocurrida en el caserío de los padres de Zigor y Arkaitz Goikoetxea que -según dice El Imparcial- ha sido incendiado por unos desconocidos, aunque una vecina consiguió sofocar las llamas.
Ni que decir tiene que esto es algo que siento profundísimamente.
(El que la vecina de marras extinguiera el fuego, quiero decir)

3 comentarios:

Alvaro Romero Ferreiro dijo...

Yo tambien estoy consternado...por lo de la vecina

Anónimo dijo...

Me estoy enjuagando las lagrimas..Antón

Rafa España dijo...

¡ Ay amá ! Salvajes, asesinos, hijos de mala madre, Txakurrak, les daría yo en las narises..., no meresen el aire que respiran.
¡Josu, María eta José!, donde vamos a llegar.
¿Unos desconosidos? Si volverían a la carsel, no pasarían estas cosas. Pues.
-Padre Arzallus,a los otros, perdónales. Son también txikos de la gasolina.

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