Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 16 de febrero de 2012

SOBRE LAS BECAS Y LAS NOTAS.

La idea del Ministro Wert de ligar la concesión de becas a las notas de los estudiantes, ha levantado una feroz repulsa. Hay quien dice que -en la edición papel del 20 Minutos de hoy lo pueden ver entre las cartas- se trata de impedir que los pobres puedan estudiar.
 
Como beneficiario de beca de estudios que fui durante dos o tres años -hasta que los ingresos familiares superaron el tope-, puedo decir que en aquellos malhadados años del franquismo los estudiantes teníamos que ponernos las pilas y sacar las mejores notas posibles. Una mala nota final, un suspenso, y la beca se iba a otro que hubiera trabajado más. En consecuencia, el que se beneficiaba del esfuerzo colectivo tenía la obligación de dar lo mejor de su capacidad en justa reciprocidad.
 
Y de esto es de lo que protestan los habituales -sindicatos estudiantiles a la cabeza- como no podía ser menos en quien tiene la costumbre de recibir sin dar nada a cambio,  y consideran un derecho que cada uno de nosotros les paguemos unos estudios que no aprovechan.
 
Porque las becas están -o deben estar- destinadas a que ninguna persona con capacidad deje de estudiar por falta de recursos. Eso es lo justo, lo solidario y lo socialmente productivo.
 
Pagarle a un ganso para que se pase el curso jugando con el móvil en las aulas, para que no abra un libro, para que ni siquiera aprenda a escribir su nombre -lo de la lectura comprensiva lo dejamos para otro curso, o mejor para otro plan de estudios-, es una aberración. La sociedad no le debe nada a nadie porque sea pobre; le debe facilitarle un trabajo para que se gane la vida honradamente, la posibilidad de mejorar con su esfuerzo, y la facilidad para acceder al máximo donde su capacidad le permita llegar. Y me parece injusto que mis impuestos -esa millonésima de euro que el Estado destina a becas de lo que pago- se dedique a fomentar la vagancia, la apatía, el realganismo, la chulería y -a veces- la delincuencia juvenil.
 
Quiero que se dedique a que un niño que desea aprender a leer y escribir pueda hacerlo; a que ningún niño que quiera estudiar tenga que dejar de hacerlo por falta de medios económicos; a que ningún estudiante con buenas notas en el Bachiller tenga que renunciar a la Universidad porque le falta dinero para matricularse o para trasladarse a donde pueda estudiar lo que quiere.
 
Y quiero, por tanto, que esa millonésima de euro de mis impuestos que va a sufragar becas, se le entregue a quien la vaya a aprovechar, a quien vaya a esforzarse. No quiero que vaya a mantener en la Universidad a un vago o a un zoquete, porque entonces mi inversión en el futuro de España se va a hacer puñetas y no sirve de nada.
 
Y me parece -aunque lo haya dicho el señor Wert- que es justo que los gestores de mi dinero establezcan unas normas que me garanticen que se emplea bien, en quien lo merece y lo aprovecha.
 
Cosas todas ellas, evidentemente, incompatibles con la cultura de la subvención por nada, de la sopa boba y del tengoderechosperonoobligaciones.

6 comentarios:

De Melk dijo...

Hoy estoy completamente de acuerdo con usted, don Rafael.
Un saludo

De Melk

ansiadalibertad dijo...

Son cosas claras para cualquiera con unos mínimos, pero...

Anónimo dijo...

Se debe premiar el esfuerzo, y no la estupidez. Yo me harté durante mis años en la ESo de ver a extranjeros que ingresaban más dinero al mes que mi familia que les conediesen becas, porque falsificaban los datos, mientras que a m´no. De todas formas, ahora esos estudiantes están metidos en bandas tipo latin Kings y yo estoy cursando una ingeniería, sin ningúntipo de ayuda del Estado.

Sin embargo este año, mi 1º año de Universidad, sí que me han concedido beca, pero lo último que quiero es que pase como en EEUU que le dan becas de estudio a tipos que, aunque sean imbéciles, son buenos deportistas y se meten en el equipo de rugby o baseball de la Universidad accediendo así sin evaluarse sus conocimientos.

Anónimo dijo...

El comentario más estúpido de este asunto lo he leído de Juventudes Socialistas: según ellos, en España no había becas hasta que el PSOE llegó al Gobierno y las instauró.
Sí, ya podéis descojonaros a gusto...

EL CLANDESTINO dijo...

esos analfabetos no han oido hablar de las Universidades Laborales !!!
Camarada Girón de Velasco PRESENTE !!!

Anónimo dijo...

Aunque siempre suelo estar de acuerdo con usted, en este caso a su planteamiento le encuentro un pero.
En mi caso tengo 38 años y en mi primer año en una ingenieria tecnica tuve beca, pero al mismo tiempo tenia que trabajar para poder llevar un sueldo a casa asi que no disponia de el mismo tiempo para dedicar a los estudios que otros alumnos con beca.
¿Es justo que la situacion de estar trabajando me discrimine a la hora de recibir esa beca segun la situacion antes expuesta?. yo creo que no.
En lo demas sigo estando de acuerdo con usted.
PATRIA TRABAJO JUSTICIA ARRIBA ESPAÑA

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