Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 22 de noviembre de 2011

SOBRE LO FACIL QUE ES ENTENDERSE.

El pasado viernes, día 18, tuve una charla con una persona con la que hacía tiempo que no hablaba.

Comenzó por felicitarme:

-Estarás contento, van a ganar los tuyos.

-¿Los míos? -le pregunté.

-Si, los del PP -me dijo.

-Esos no son los míos.

-Pues tu eres de derechas, y no hay nada más de derechas que el PP -afirmó.

-No soy de derechas; soy Nacionalsindicalista, y estoy tan lejos de la izquierda como de la derecha -tuve que explicarle.

Ella, como mujer práctica y tendente a lo concreto, quiso delimitar claramente:

-Pero bueno, ¿a quien vas a votar?

-A nadie. No hay ninguno que sea mejor que los demás.

-Yo tampoco voy a votar esta vez -dijo-. Pero a ver, ¿qué dice tu partido?

-No tengo partido, y al que he votado las últimas ocasiones no le dejan presentarse gracias a la nueva ley electoral que circunscribe la democracia a la casta política de los que ya están en el tinglado.

-¿Cómo es eso?

-Porque exigen un porcentaje de firmas sobre el total del electorado, y sólo dan quince o veinte días para conseguirlas...

-Claro, y como sois tantos que nadie os conoce... -quiso pinchar.

-No nos conocen porque las televisiones y las radios y los periódicos nos niegan el derecho de expresarnos, aunque bien se lo dan a cuaquier mindundi que aparece por las esquinas.

-Pero vamos a ver, ¿cómo piensas que se arregla la crisis económica?

-Para empezar, eliminación del Senado y de las Comunidades Autónomas. Limitar el sueldo de los Diputados, de forma que ninguno cobre más que un Director General; nada de dietas ni viajes gratis... Limitar, por Ley, los sueldos de Alcaldes y Concejales, según los habitantes de su Municipio; eliminar todo tipo de subvenciones: al cine, a los sindicatos. Toma por ejemplo la estupidez de subvencionar la traducción del cine al catalán, cuando está claro que si fuera una exigencia de la sociedad, sería rentable y ya lo harían por su cuenta las distribuidoras. O las subvenciones a los homosexuales para que nos salgan a restregar por las narices conductas antinaturales...

-Hombre, antinaturales...

-Antinaturales, y te lo explico con la mayor claridad: si lo natural fuera la homosexualidad, haría siglos que los humanos habríamos desaparecido.

-Así visto, está claro. ¿Y de la Sanidad?

-Recuperar la competencia para la Administración Central. Una Sanidad única e igual para todos. Y que la Seguridad Social atienda exclusivamente a los que cotizan. No digo que se deje a nadie morirse sin atención médica; digo que eldinero salga de otra partida presupuestaria, y no de los que pagamos los que estamos cotizando.

-Oye, que también pienso lo mismo...

-Claro, como cualquier persona razonable.

-¿Y de la Educación?

-Lo mismo que Sanidad: recuperar las competencias para el Estado. Una enseñanza pública con la máxima calidad, igual para todos, pero sin florituras innecesarias. El que quiera extras, que se los busque aparte.

-En eso también estoy de acuerdo -me respondió- Entonces, dime algo en lo que no estemos de acuerdo.

-Quizá en el aborto -le dije.

-En eso -me contestó- no lo tengo claro, porque nunca me he visto en esa situación y no se lo que pensaría. Si me viene mi hija embarazada con diecisiete años -continuó- le digo que apechugue y lo tenga; pero si me dicen que tiene cualquier enfermedad y va a ser casi un vegetal...

-Ya; pero sigue siendo un ser humano.

-No lo se; tendría que verme en la situación. Pero con todo esto que me dices estaría de acuerdo la mayoría de la gente.

-De la gente razonable, sí.

-Entonces, ¿por qué no os votan?

-Porque los partidos que mandan no permiten que se nos oiga, y porque la gente vota según sus tópicos y sus estereotipos.

***

Algo más hubo en la charla, pero lo que me importa realzar es eso: que la mayoría de la gente está de acuerdo con nosotros. Y en lo fácil que sería entendernos, si nos dejaramos de etiquetas, de tópicos, de antipatías, y usáramos las ideas.

3 comentarios:

ansiadalibertad dijo...

Yo firmo las propuestas y firmo lo de entendernos: "si nos dejaramos de etiquetas, de tópicos, de antipatías, y usáramos las ideas". Solo cambiaría 'ideas' por 'cabeza', hace tiempo que la palabra 'ideas' me da yuyu.

Es muy posible que 'te quite' todo o parte del escrito para mi blog, soy muy vago.

¡Hala! y haber si en las próximas elecciones me dais que pensar y dudar ¿eh?.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Algo similar proponía yo una vez durante una clase... sólo que proponiendo la eliminación del Congreso.
En fin, que esa conversación (o similares) la vamos a tener o la habremos tenido todos ya.

Anónimo dijo...

Gran verdad su último párrafo, señor Estremera.

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