Que de tal ha calificado el candidato Alfredo la que se realiza entre los casos Gürtel y Faisán.
Y, desde luego, con razón. Porque, aunque la corrupción es uno de los más repugnantes delitos en un político, la colaboración con el terrorismo desde el Gobierno es un crimen de Estado, merecedor -en cualquier país civilizado- de la horca.
1 comentario:
Si de verdad se persiguiera a los políticos por delinquir, las cárceles españolas serían la nueva ubicación del Congreso.
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