Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 3 de diciembre de 2010

ROCAMBOLESCA HISTORIA (por Eloy R. Mirayo).

Hoy aparezco aquí, en casa de mi camarada Rafael C. Estremera, para comentar un suceso que, seguramente conoceréis, pero no en tanta profundidad como yo lo conozco.
Por ese motivo, y porque no soy capaz de guardar un secreto, os voy a desvelar todos los entresijos de tan rocambolesca historia: sucede que ayer han robado unos individuos encapuchados, en una nave situada en un polígono industrial de Getafe, un camión cargado de obras de Chillida, Tápies, Botero, Julio González, Antonio Saura... valorados en unos cinco millones de euros.
¡Qué audacia!, dirán los que no han seguido, como yo, la historia. Seguramente alguno de vosotros, los que tenéis el acierto de visitar esta casa de Rafael, también consideraréis que este suceso es un ejemplo de audacia y de planificación para hacerse con esas obras de arte. Pues no; no ha sido un trabajo bien planteado para hacerse con un botín concreto. El robo de las obras de arte en cuestión, ha sido una casualidad. Los ladrones iban buscando algo de un valor fácilmente contrastable, seguramente cable de cobre.
Me cuentan quien tiene un conocimiento exacto de lo que ocurrió al principio y de lo que siguió ocurriendo, que cuando los ladrones, lejos del lugar del robo, descubrieron lo que el camión tenía en su barriga, se llevaron un profunda decepción. Los tres ladrones se miraron desconcertados y el que parecía el jefe, encarándose con el que condujo el camión, le espetó de muy mala manera, en francés (no sé si en francés correcto, porque yo no sé francés): “eh tú, garsón, sir buplé, ques que sé, esto ser une merdé”.
Otro de los ladrones, el más alto, para poderles distinguir, jurando en arameo, parece ser que gritó: “joder tíos, hemos robado el camión de la tramoya de una verbena de pueblo.”
“Pues yo creo (comenzó a hablar el tercero que, para ser reconocido les diré que es bajito, gordo y calvo, después de cavilar durante un buen rato) que lo que hemos robado es un camión municipal, de los que van recogiendo trastos viejos e inservible, por las calles de este pueblo”.
Estos comentarios se han producido esta misma mañana y en uno de esos momentos silenciosos en los que todos los presentes están esperando que haya a quien se le ocurra algo, el bajito, gordo y calvo dijo: "me voy a comprar el periódico”. Y fue entonces cuando se enteraron que aquellos horrores, eran obras de arte de las mejores firmas contemporáneas españolas. Mi sobrinillo Pedrito, un chavalín de cuatro años, esta mañana viendo las fotos que han salido en la prensa, se pego un susto de órdago a la grande y se puso a llorar durante un buen rato.
Los propietarios de las obras en cuestión están tranquilos porque saben que la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, se ha encargado de la investigación del robo. Ellos temían que fuera encargado a la policía del caso “faisán”.

2 comentarios:

Antón dijo...

Pués lo mismo las metálicas ya no las encuentran,las habrán vendido como chatarra para sacar unos eurillos

eloy r mirayo dijo...

Estalló el bombazo: el conflicto a tres bandas entre AENA, el sindicato de controladores aéreos y el gobierno del señor Rubalcaba. Perdón, quería decir el señor Rodríguez. Conflicto que pagaremos todos los españoles, a largo plazo, y que desde el primer momento están pagando en metálico y con sufrimiento las personas que, por turismo o por necesidad tenían que usar como medio de transporte el avión, las aerolíneas y los hoteles y restaurantes.
Ahora, con la tranquilidad de los acontecimientos sobre la mesa y los viajeros en los lugares que pretendían ir, es el momento de pasar la vista sobre la actuación de los actores, y sacar, cada cual, sus conclusiones.
Es fácil llegar a comprender que el asunto no ha dejado a nadie indiferente. Las opiniones se dividen, en lo que concierne a la opinión pública en, al menos, tres muy diferenciadas. Unos, entre los que se encuentran la mayoría de los afectados de diferentes formas, en contra de los controladores. Otros piensan que los culpables, a partes iguales, son los controladores y AENA, que al fin de cuentas, es la entidad para quien trabajan. Y otras muchas opiniones, quizá las más perspicaces, derivan hacia la persona del ¿ministro? De Fomento. Y se quedan cortos.
Valla si se quedan cortos. Como he dicho unos pocos renglones por encima, hay varia opiniones pero yo… me que do con la mía, que seguidamente paso a explicar.
Para mí solamente hay un culpable y un tonto útil. El culpable es todo el conglomerado que conforman la cúpula semisecreta del partido socialista encabezado, no por el presidente Rodríguez, si no por el “mago” Rubalcaba. Como en la barraquilla del titiritero, nosotros vemos los muñecos, pero no vemos quien los mueve. Rodríguez, Blanco, Pajín, Aido, Salgado, de la Vega, Magdalena Álvarez etc. etc. etc. ¿Quién les puso el traje que les quedó tan grande? Tremendo arcano.
De ese aquelarre salió el decreto, que encendió la espoleta. ¿Por qué? ¿Para qué? Ya sé que esas preguntas, a quien se tome la molestia de leer este artículo, le van a salir por la boca casi sin querer. La respuesta es sencilla como la vida misma. Para enmascarar las consecuencias de las últimas decisiones, entre las que se encuentra el subsidio de los cuatrocientos veintiséis euros, tomadas por el Gobierno. ¿Parece exagerado por mi parte? Vale; pero déjenme que les recuerdo como se ganaron unas elecciones el año dos mil cuatro. Para ello el partido socialista solamente usó dos ingredientes: la Mentira y el Engaño. Mienten tanto en todo y engañan tanto a todos que estas dos palabras, en los nuevos cambios que ha realizado la Real Academia de la Lengua, las han reducido a una sola: PSOE.
Querido Rafael: cuando leo tú “Mi libre opinión”, mi brazo, sin apenas darme cuenta, se va alzando en dirección a las estrellas, y de lo más profundo de mis entrañas brota un vibrante ¡!!ARIBA ESPAÑA!!! ¿Eso es malo?
Por Eloy R. Mirayo

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