Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 23 de octubre de 2010

SOBRE UNA INCÓGNITA DESPEJADA.

Creo, mi querido amigo al que hacía referencia en una entrada de ayer, que ya te he "cazado". Y no sólo "Así", sino en esa Cruz de los Caídos que ya no existe, o en el que fuera Eje de nuestros esfuerzos durante un tiempo. La referencia a facebook ya me puso en camino, pero debo confesar que ese invento no me convence.
Quiero también, desde aquí, pedir perdón a cuantos en facebook me envían mensajes, comentarios, invitaciones... por no atenderles. Pero es que me viene demasiado grande: necesitaría más tiempo del que tengo para atender a tantos amigos y camaradas, y me harían falta más horas de las que le puedo dedicar para comenzar a entender cómo funciona.
Volviendo al tema, mi ya no desconocido camarada, no sabes cuanto me alegro de que nos hayamos vuelto a encontrar, siquiera sea de esta forma. Ni que decir tiene que estaré encantado de retomar la colaboración de aquellos buenos tiempos, y vayan como aperitivo los versos que me dejas:
-
Como ciudadano, aun currante,
Disciplinado y decente,
Me siento decepcionado
Viendo tanto incompetente
Que se llena los bolsillos
Con el sudor de mi frente.

Dicen (el PSOE) que es posible
Que salgamos de este trance
Pero, si hacemos balance
De cómo hasta aquí hemos llegado,
El resultado me dice…
¡Dios te pille confesado!

En este viejo y bello solar
De doctas universidades
Forja de excelsas mentes
Que en el Mundo nos dio fama,
Unos mastuerzos gobiernan
Sin ideas y sin maña.

El gobierno de este memo
Ejerciente de baranda,
Se cubre -es un exceso-,
Con desbaratadas reses
A quienes les han de apuntar
Que, en el año, hay doce meses

Sin atender a razones
De gentes más preparadas,
Nos fríen con mil impuestos
Para cubrir las demandas
De cuatro “titiriteros” y
De unas cuantas “fulanas”.

Nos requisan los ahorros
Con singular desparpajo,
Aduciendo que “es por mucho,
Y tal vez, muy mal ganado”,
Y para que sirva de ejemplo,
Nos dejan a cero el saldo

Por eso, la excelencia molesta
Al socialista reinante;
A ver quien les echa el guante
Y en la jeta les espeta,
Que se reconoce al burro,
Aunque se ponga careta.

Desplumarnos es su Norte
-no existirá quien lo dude-
Sin importarles que al irse,
Dejando al país esquilmado,
Quedemos los españoles
Con el cuero como sayo

No se podrá mejorar,
-Es un hecho irrefutable-
Si primero no se expulsa,
Como a rata repugnante,
A tanto imbecil presumiendo
De avezado gobernante.

Las orejas les delatan
A gentecilla tan cutre
Al sol las nubes le tapan
A mí me crujen los dientes
Viendo esta trupe de “friquis”
Siendo nuestros gobernantes
Después de pasado tanto,
Díganme si no es desgracia,
Que nos haya tocado un memo,
Malo, de tan mala baba.


¡Bienvenido a tu casa, Eloy!

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