Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 16 de septiembre de 2010

SOBRE OTRO COMENTARIO.

El recibido en una entrada de hace días, sobre la Guardia Civil y la Seguridad Vial, que dice así:
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Hoy a las 22:00 hrs, en el Juzgado de Instrucción No. 2 de Palma de Mallorca tuve que interponer una denuncia por abuso de autoridad y amenaza de la guardia civil de Calvía. Hoy hacían un control enfrente al hotel Maricel a las 19:30, tenían una de las furgonetas sobre la acera y los peatones teniamos que bajar la acera para pasar, les dije que si la podían mover, de ahí me pidieron mi DNI para denunciarme. El guardia civil me habló en tono bastante agresivo poniendo el pecho encima y reteniendome el carnet. Soy española nacida en México cuando lo vio me llamó cuatro veces escoria, que era una machupichu y que me fuera de Baleares. Me solicitaron los papeles de los perros para devolverme el DNI y me amenazaron con quitarme a los perros. Gracias a Dios sé que hay otro tipo de guardias civiles pero esta prepotencia insultante es inadmisible.
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Suceso inadmisible y demasiado habitual, amiga.
En la Guardia Civil, como en cualquier sitio, hay de todo. Lamentablemente, en los últimos tiempos ha entrado demasiada gente que no saben distinguir la chulería y prepotencia de matoncete de taberna, del desempeño de la autoridad cuando visten de uniforme.
Ya hace casi dos años tuve que dejar de considerar a la Guardia Civil, como Cuerpo, entre mis afinidades irrenunciables. Conozco a algunos guardias civiles. Unos personalmente, otros a distancia. Todos ellos -y un recuerdo especial a mi amigo Ángel, ya fallecido- personas de bien. Pero ya no puedo sacar la cara por el Cuerpo, y no puedo negar, ni justificar, ni disculpar, la presencia de mindundis disfrazados en sus filas.
La Guardia Civil ha sido debidamente democratizada y, en consecuencia, refleja la sociedad de la que procede. Antes, ser guardia civil era un honor y se le hacía honor. Ahora es un trabajo, y a ella acude de todo. Incluso los chulos que antaño se acogían a la pitufancia municipal y espesa porque no daban para más.
Como español nacido en Argentina -de padre y madre españoles, pero en Argentina- tengo que decir, además, que quien elige voluntariamente ser español tiene mucho más mérito que quien simplemente ha nacido en España sin saber lo que significa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, por desgracia hay mucho subnormal (y buena parte de ella engrosando "nuestras" filas y autodenominándose "patriotas") que no son más que deshechos sociales fruto del sistema carente de valores y principios en el que vivimos.

De ese y otro tema quiero tratar más detenidamente... porque lo primero que necesitamos si queremos aspirar a algo en un futuro es una regeneración del llamado "área patriota", para sentar unas bases que creen un movimiento sano, idealista y libre de influencias y calaña de este tipo.


Un saludo.




VELASCO

27 puntos dijo...

Normalmente los que más exigen son los que menos trabajan; en esta fauna de augc´s, de defensores de que la Virgen del Pilar sea desterrada de los cuarteles y que se elimenen lemas tan "facciosos" como el de TODO POR LA PATRIA,CON ESTA ralea es el ambiente en que trabaja la guardia civil.-

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