Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 17 de septiembre de 2010

SOBRE FORMAS DE VER.

Porque a veces -por no decir casi siempre- ocurren estas cosas, y se lleva uno sorpresas de tamaño regular.
La noticia es la destitución de Belén Barreiro como presidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas; pero lo que para El País es "una decisión de mutuo acuerdo", para Público resulta una "decisión de Fernández de la Vega" que "desató una fuerte tormenta interna dada la profesionalidad acreditada por Belén Barreiro," y añade que "en el trasfondo de la decisión están las diferencias que desde hace tiempo mantenían De la Vega y Barreiro sobre la forma de dirigir el CIS y otras cuestiones más técnicas relacionadas con la elaboración de los estudios de opinión."
En fin, que la señora De la Vega ha debido tocarle las narices a algún compadre con mando en Público, y queda a la vista -como las vergüenzas del rey desnudo del cuento- que ya hasta en el Gobierno andan a la gresca que repercute en sus boes oficiosos.

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