Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.
José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)
1 comentario:
El impresentable perjuro se huele la tostada.
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