Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 15 de diciembre de 2009

SOBRE LOS SEPARATISTAS CATALANES A LA GREÑA.

Porque tras el desastre participativo en las ilegales e irracionales cuchipandas urniles del pasado domingo, cuando unos cuantos hijos de padre y madre desconocidos decidieron preguntar a los cretinos si querían trucidar a España, y hundir a Cataluña en la miseria arrojándola por el sumidero de la Historia, ahora empiezan las puñaladas buscando cabezas de turco.
En suma, que unos señores llamados López Tena, Mora, Carretero, Martínez, entre otros apellidos igualmente catalanes, se tiran los trastos a la cabeza, acusando a los demás de lo mismo que, probablemente, ellos están dispuestos a hacer, culpándose entre sí de haber organizado mal el putiferio separatista.
Pero lo realmente significativo es lo declarado por el ministro Chaves, acerca de que la participación muy minoritaria demuestra que la mayoría de la ciudadanía se ha mantenido al márgen. Y el secretario de organización del PSC, José Zaragoza, se ha descolgado diciendo que sólo han votado uno de cada cuatro personas convocadas en las urnas.
Bien, señor Chaves, señor Zaragoza: más o menos, la misma participación con que aprobaron ustedes el Estatuto vigente ¿no?. Pues entonces sólo hay dos opciones: o la ínfima participación invalida la consulta, en cuyo caso el referido Estatuto no debe ser válido, o la baja participación no es dato invalidatorio, en cuyo caso no pueden ustedes decir que no pasa nada.

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