Emocionante, sincero y clarificador artículo de Arturo Robsy que, tal vez abusando de su generosidad -pero por la buena causa de regalarlo a mis posibles visitantes- transcribo:
AQUÍ ESTAMOS. ASÍ SOMOS.
He leído hoy lo que tantos pensamos cada día y lo que todos percibimos, esa terrible sensación de finitud. Y lo que nos parece en ocasiones la precariedad del pensamiento básico falangista, porque somos víctimas de la soledad y de habernos acostumbrado a que las cosas, las nuestras, pasen sin pena ni gloria. Por más que sepamos que nuestro pensamiento es el universal y que se define desde la exacta frase de Parménides: "Sólo el ser es." Lo demás son formas de justificar la traición a la verdad. Ya lo dejó claro el mismo filósofo: "El no ser, no es."
Como pensamos rodeados por esta angustia del camino que se desdibuja y se quiebra, hay alguna seguridad de que este día de la recreación de España, no pasará sin pena, sin muchas penas, sin muchas terribles preguntas sobre nuestra misión, nuestra utilidad o nuestra fatigosa forma de ser en la desgracia. Falange ha sido siempre desgraciada porque siempre ha aspirado a lo superior, tan difícil.
Y de esa pena, que existe y muerde, sólo se podría salir triunfante con un pensamiento glorioso, es decir con esa gloria que tampoco parece ofrecernos la jornada. Porque la duda siempre es duda y jamás deviene en gloria ni en seguridad, en este mundo donde se nos exige dudar de nosotros pero nunca de la fuerza que aprisiona.
En algún momento de los últimos tres siglos el mundo se volvió telaraña tendida contra la verdad a favor de la codicia. Y, sin embargo, aquí estamos miles que, setenta y seis años después de que se enunciaran ideas fundamentales, nos mantenemos donde se ha de estar y exhibimos, en palabra y en constancia, la fuerza que da la lealtad, como dice una canción de OJE para la dislocación del campamento.
Seguramente ya muy olvidada o nunca conocida, aquella canción de adiós y de cita empezaba por donde nosotros debemos: "No temamos." Así de recto el sentido. Y, en lo que para mí era el centro de la voz que se alzaba, saltaba la chispa del orgullo de ser como somos y seguiremos: "Nuestras señas están bien claras: no nos podemos equivocar."
Y esta es una de las glorias con las que este día pasará, hasta renovarlas mañana: Que tenemos señas y están presentes, vivas, notables. Que no hay error posible al reconocerlas. Eso, setenta y seis años después, y entre españoles, es un asombro. Dame a un solo rojo actual que conserve las señas de entonces y te señalaré a un mentiroso. En cambio, al falangista le parece natural ser el mismo falangista y tener esa facilidad para levantar el ánimo cuando decae. Esta es otra de las glorias de hoy que seguirán mañana y hasta el infinito tiempo en que todos las comprendan.
Como de costumbre, todo se resuelve entre el ser y el estar. Aquí estamos. Así somos. Otra cosa es cómo nos organizamos en orden a los fines que necesitamos alcanzar, porque Falange, lo falangista, no se hizo monolítica sino como una confluencia larga y vibrante hacia la verdad que se busca, aceptando, desde aquel Veintinueve de Octubre, que la misión era permanecer firmes en los hechos y darles la respuesta razonable que cada tiempo exigiera.
La poesía que promete y los demás picos del espíritu falangista que se eleva, y que algunos han querido llamar ilusiones, no son más que la demostración permanente del realismo de José Antonio y de todos los que vamos detrás. Tanto es así que, con la pobreza franciscana, con la luz de las ideas, con la oportunidad de las respuestas, fuimos y somos el único pensamiento que se ata a la verdad y no a sus pesadillas.
Gentes que confluyen hacia su necesaria España. Y si España llegara a ser como la queremos, seguiríamos atados a la búsqueda de la verdad superior y necesaria. No se nos dará el descanso. Y hoy, día de desafíos más que de recuerdos, quiero poner la limpia palabra de José Antonio para aceptar lo que dijo que éramos y que seríamos. Y jurarla.
El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido" ...... "Sepan todos los que nos escuchan de buena fe que estas consideraciones espirituales caben todas en nuestro movimiento; pero que nuestro movimiento por nada atará sus destinos al interés de grupo o al interés de clase que anida bajo la división superficial de derechas e izquierdas."
Más la consagración nuestro realismo y de la modernidad actual enunciada hace setenta y seis años:
"Y con eso ya tenemos todo el motor de nuestros actos futuros y de nuestra conducta presente, porque nosotros seríamos un partido más si viniéramos a enunciar un programa de soluciones concretas. Tales programas tienen la ventaja de que nunca se cumplen. En cambio, cuando se tiene un sentido permanente ante la Historia y ante la vida, ese propio sentido nos da las soluciones ante lo concreto, como el amor nos dice en qué caso debemos reñir y en qué caso nos debemos abrazar, sin que un verdadero amor tenga hecho un mínimo programa de abrazos y de riñas."
Hay, pues, glorias como sacramentos. Imprimen carácter y se vuelven constantes, diarias, permanentes. Las penas pasan, las glorias permanecen y se las canta. Y se las canta más cuanto mejor se sabe que no tenemos derecho al desánimo pero sí a sentirnos impacientes y cansados por lo larga que se está haciendo la victoria.
Arturo ROBSY
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